El coto de Ribadesella finaliza la campaña con 135 verracos abatidos
El pasado fin de semana se escuchaban los últimos disparos de la temporada en el coto de caza de Ribadesella, un espacio geográfico en el que a lo largo de la campaña se abatieron 135 jabalíes, 14 corzos, dos gamos y un venado. Son cifras de récord. Y buena parte del éxito, sin desmerecer a nadie, se debe a la excelente gestión que del espacio realiza desde hace años el guarda Carlos Callejón. Eso sí, el coto riosellano depende bastante de los llamados lotes suministradores, como son la Reserva del Sueve y el cuartel parragués de Sinariega, lugares limítrofes con los enclaves de Moru y Barréu, los mejores del coto de Ribadesella.
A la hora de realizar el inevitable resumen anual, la cuadrilla más certera fue la que capitanea Toto Peón, con 35 navajeros pasaportados. Y a continuación se situaron las palomillas gestionadas por Víctor Caravia (32 macarenos); Benito Cibrián Pubillones (30); Josín Granda Cabrales (25) y Juan Carlos García (14).
Por lotes, el espacio más prolífico fue el de Moru, donde 42 jabalíes entregaron el pellejo. En Barréu se apiolaron 41 cerdos salvajes y en Collera eran 25 los verracos que doblaban la rodilla. En Santianes se cobraron 15 gorrinos y 12 en Llovio. Más allá de los fríos números, el mejor comportamiento habría que adjudicárselo al cuartel de Collera porque de los 30 jabalíes posibles que contemplaba el plan de caza para la campaña 2014-2015 se abatieron 25. Un 80% de efectivida
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No fue la de este año una temporada espectacular en lo que a volumen de los jabalíes hace referencia. El verraco de más peso, un navajero de 115 kilos, lo pasaportaba en el mes de noviembre, en el lote de Collera, José Faustino Bulnes Bueres, para la cuadrilla de Benito Cibrián.
Se apiolaron siete cerdos salvajes de entre 90 y 100 kilos y estos fueron los certeros tiradores: José Alberto Valle Villanueva (97 kilos, en Moru); René Fernández Cortina (96 kilos, en Barréu); Manuel Antonio Cerra Arada ‘Litri’ (95 kilos, en Barréu); Tomás Colino (92 kilos, en Barréu); Didier André Viego (90 kilos, en Moru); Alberto Prieto (90 kilos, en Barréu) y Mario Ampudia Valle, un navajero de 90 kilos el día que estrenaba rifle en el lote de Collera.
Un fin de semana pletórico
A mediados del mes de noviembre, la cuadrilla que gestiona Víctor Caravia disfrutó de tres cacerías consecutivas y regresó a la villa con una docena de jabalíes: Cinco abatidos en Cofiño; otros cinco pasaportados en Bandujo, en el concejo de Proaza, y dos más en Barréu.
La nota más pintoresca de la temporada que acaba de finalizar es la captura de dos gamos machos en tierra de Calabrez, abatidos por Marcos Martino Pintado y Santos Gutiérrez Bulnes. El único venado apiolado lo tumbaba Víctor Caravia, en el cuartel de Barréu.
En el mes de septiembre ya se habían cobrado en Ribadesella 24 jabalíes y ése es un dato importante para valorar la buena campaña. El calor en esas fechas afecta al rendimiento de la jauría y la maleza en pleno esplendor impide la buena visibilidad de los cazadores en sus posturas. Casi todas las monterías de septiembre se dan por finalizadas a mediodía.
La opinión del guarda Carlos Callejón valora la temporada como «extraordinaria, muy tranquila y sin incidencias dignas de resaltar. Todas las cuadrillas colaboraron y las cacerías de jabalí fueron un éxito». A pesar de que los peores resultados se produjeron en los lotes de Llovio y Santianes, Callejón opina que son «mucho mejores que en temporadas anteriores. Este año, se cobraron allí 27 jabalíes en los dos lotes, frente a los 15, más o menos, que se abatían en anteriores temporadas». Y alabó los buenos números de Collera, «con una efectividad superior al 80% al tratarse de un espacio que te permite cazar a lo largo de todo el día aunque las piezas superen las posturas».
También confirmó la importancia de que Sinariega, el Sueve y el coto de Llanes tengan una elevada población de jabalíes «porque esos espacios son limítrofes con los nuestros y el flujo de la fauna es constante de unos lugares a otros. La buena gestión en todos esos espacios resulta imprescindible de cara al futuro», matizaba.
Sí detecta el guarda del coto de Ribadesella un preocupante descenso en la población de faisanes, una especie alóctona que criaba bien en tierras de la Mediana y Collera y en lugares próximos a la costa. La causa de este despoblamiento habría que situarla en «el aumento del jabalí en estas zonas, donde devora todos los huevos de la puesta de faisán». Y tiene que ser el jabalí el culpable porque en épocas anteriores «el zorro y el faisán eran perfectamente compatibles. Ambas especies mantenían el equilibrio».
Hace años el coto de Ribadesella puso en marcha una repoblación con conejos en la zona de Collera y la colonización se encuentra ahora en punto muerto. Callejón opina que hubiera sido importante «continuar con las sueltas y realizar un efectivo control de depredadores».
FUENTE EL COMERCIO DE GIJON
AUTOR Guillermo Fernández BUERGO CAZA EN ASTURIAS