Un joven vecino de Villaescusa (Campoo de Enmedio) fue atacado este miércoles por un oso pardo en el monte de El Bardal cuando se encontraba en un bosque de las inmediaciones sacando fotos. El muchacho, aficionado a la fotografía, caminaba por un tramo muy transitado por senderistas entre las localidades de Izara y Villaescusa cuando observó movimiento entre unos arbustos. Pensó que se trataba de algún animal, preparó la cámara y se dispuso a fotografiarlo, pero se encontró de frente con un oso adulto que iba a por él. El joven se protegió como pudo del ataque y se llevó un zarpazo que le desgarró un brazo. A continuación, el oso se apartó del chico y se internó de nuevo en el bosque.
Un vecino de Villaescusa se encontró al muchacho caminando como podía de vuelta a casa –apenas le quedaba un kilómetro para llegar al pueblo– y le pudo prestar ayuda hasta que llegaron los servicios de emergencia.
Primero fue trasladado al Hospital Tres Mares (Reinosa), pero desde allí decidieron evacuarlo a Santander para que fuera atendido en la Unidad de Politrauma del Hospital de Valdecilla, donde fue operado del desgarro que sufrió en el brazo al intentar defenderse de las zarpas del oso.
«Todo apunta a que se ha tratado de una carga rápida de un animal que se ha visto amenazado y que se ha quitado el problema de en medio. Actúan así», precisó Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo, tras conocer el desafortunado suceso. Los expertos señalan que, efectivamente, esta zona del monte de El Bardal es muy frecuentada por montañeros arrastrados por la belleza del entorno, pero también les gusta a los osos. «Cada vez más», reconoció Palomero. El año pasado, de hecho, se detectó por primera vez en la zona la presencia de una osa con crías.
«Lo que corresponde ahora es mandar a los guardas forestales a tomar muestras genéticas para identificar al animal y tratar de averiguar por qué ha ocurrido algo tan grave e infrecuente», reclamó el presidente de la Asociación Oso Pardo antes de insistir en que «se dan muy pocos casos como este y, en todo caso, ocurren porque el oso se ha sentido amenazado».
La primera hipótesis que se manejaba en el entorno de Villaescusa apunta a que el joven atacado podría haberse acercado demasiado y de manera inconsciente a una cría de oso, provocando sin querer el ataque. Los expertos no descartan tampoco que la carga del animal respondiera a un período de celo.
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