La matanza de cabras en Gran Canaria enfrenta a ecologistas y Podemos con un aguerrido sacerdote
El Cabildo de la isla ya ha ordenado dos batidas con tiradores profesionales para preservar la flora endémica La cabra, de ancestral relación con el canario, es el centro de una fuerte polémica en Gran Canaria, después de que el Cabildo Insular ordenase una batida en el oeste de la isla, con tiradores profesionales llegados de Andalucía. La matanza, la segunda en pocos meses, ha conseguido dividir a Podemos, cuyo consejero de Medio Ambiente ordenó las acciones, y a los ecologistas, además de tener como actor de relevancia a Fernando Báez, un sacerdote que ha abrazado la causa de las cabras con notable vigor.
«Matar las cabras, es... cobrar de Europa, ¡y eso sí que es divertido!», ha sido la tesis de Báez, que con su curioso aspecto —vestido de amarillo, como la UD Las Palmas— ha conseguido movilizar a la opinión pública contra estas acciones justificadas en programas europeos, tanto en una recogida de firmas que ya va por las tres decenas de miles en change.org, como en una manifestación frente a la sede del Cabildo, que despertó la natural simpatía de viandantes, coches y taxistas.
Entre sus argumentos, no dudó, cuando se entregaron los premios Oscar, en apelar al gran ganador de esa noche, el protagonista de «El renacido», Leonardo di Caprio, para llamar la atención sobre el significado de su apellido: «Di Caprio ("De Cabra")... me refiero a un tal Leonardo, que ganó una estatuilla y que cuando recogió su Oscar, se refirió al cambio climático, y a ver si en el Cabido matacabras se entera».
Las «acciones de control» —ese era el eufemismo oficial— de cabras y herbívoros en los espacios naturales de Güigüi, Inagua y Tamadaba se fundamenta en la afección de estos animales asilvestrados sobre la biodiversidad de Gran Canaria y poder cumplir con el proyecto «Life+Guyguy».
La iniciativa con fondos europeos busca recuperar el bosque endémico Juniperus (brezales macaronésicos endémicos y bosque de pino canario) y eliminar las principales amenazas que afectan a la Reserva Natural Especial de Güigüi, entre otros.
Sin embargo, el movimiento popular no entiende de programas europeos y llegó incluso a pasarse de la raya, ya que se produjeron ataques contra el personal y material de Medio Ambiente por parte de ciudadanos opuestos a las batidas. «Indudablemente, esta institución tiene que defender la integridad e interés de sus trabajadores», dijo Juan Manuel Brito (Podemos), responsable de Medio Ambiente.
Pero sus decisiones no cuentan con el beneplácito de sus compañeros de partido. El «aparato», que nunca fue de su simpatía, aprovechó la matanza de cabras para desmarcarse del consejero y reclamar un «trato ético» hacia los animales.
«No Podemos... perder votos. Por eso, se dieron prisa, para manifestarse en contra de la matanza y en contra del mismo consejero Brito», comentó el cura Báez, que no deja pasar una a los adversarios de su causa.
Fin de la batida
La matanza de cabras se dio por terminada el viernes 8, pero el eco de los disparos de fusil todavía resuena, porque el movimiento popular reclamó la posibilidad de organizar apañadas para recoger los ejemplares silvestres, algo que hicieron muchos voluntarios, que se fortografiaron «salvando» cabras en medio del monte.
El Cabildo reaccionó diciendo que no ha prohibido a nadie que acuda a recoger cabras, pero que las personas que quieran hacerlo deben tener seguro de responsabilidad civil y pedir autorización a la corporación insular por tratarse de suelo público.
Para el PP, es un paso «importante» que el Cabildo de Gran Canaria no siga realizando batidas para acabar con las cabras asilvestradas, pero critica que no haya definido claramente los requisitos para obtener el permiso, lo que «supone trasladar toda la responsabilidad a las personas que se han mostrado dispuestas a capturar vivas las cabras sin colaboración del Cabildo».
Un grupo de expertos, por su parte, defendió la matanza, al afirmar que las cabras están incluidas «entre las cien especies invasoras más peligrosas del mundo» y que se están «comiendo literalmente la biodiversidad vegetal de Canarias y poniendo en serio riesgo una parte de la estrategia de reforestación emprendida por las diversas instituciones».
La opinión docta, pese a todo, no convence al padre Báez, que apuesta por la adopción de cabras por parte de los grancanarios. «Sea este el lema del Cabildo, en lugar de pegarles tiros: “¡Ponga una cabra en su vida!” Y asunto solucionado. Le sale a usted una cabra gratis y la saca del hambre»
FUENTE DIARIO ABC
AUTOR B. Sagastume Las Palmas De Gran Canaria