Una convivencia insostenible
Los ganaderos de Onís relatan su difícil día a día por los continuos ataques del lobo al ganado. A principios de esta semana el cánido atentaba contra un rebaño de ovejas en los montes de Ibéu, en La Robellada.
Los ganaderos comarcales, al igual que los que desarrollan su labor en otras partes de la región, sienten estar estancados en un eterno 'día de la marmota' o vivir escuchando siempre el célebre relato sin final, el 'cuento de la buena pipa'. Para ellos la situación que está creando el lobo con su presencia en los montes y el Parque Nacional de los Picos de Europa es «insostenible», aunque lo peor es que llevan describiéndola así durante años.
Están cada día más convencidos, en vista de los acontecimientos, de que «la convivencia entre el lobo y la ganadería no es posible», y así lo han querido hacer constar esta semana varios profesionales del campo afincados en el concejo de Onís. Allí, en la zona más al Norte del municipio, en las últimas semanas el cánido ha atacado a diez ovejas de un mismo dueño. Fue en la zona conocida como Ibéu, en el pueblo de La Robellada, y el afectado es Manuel Palacios, 'Lolo'. Él mismo lamentaba ver cómo el lobo «nos está llegando a matar animales a la puerta de casa».
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«Como sigan permitiéndole campar a sus anchas, llegará un verano en el que tengamos lobos en la playa de San Antolín. Igual a las quejas de los bañistas les hacen más caso que a las nuestras», ironiza 'Lolo'. Dice que en la medida de lo posible, «tratamos de tomarnoslo con resignación, porque solución no vemos ninguna». Y es que, además del quebranto económico que suponen las pérdidas de ganado, también hay un gran daño «sentimental». «Ves a las ovejas muertas, en su mayoría, y las que quedan las tienes que acabar matando para que dejen de sufrir. Cuando las ves con tantas heridas y sin ganas de comer, es muy duro pensar que no hay forma de frenar estos ataques», relata.
Cuenta que en Ibéu «cabras ya no hay». «Las tenemos que dejar en casa, a la puerta y con cercaos, para poder controlar mejor el ganado sin abandonar las labores diarias, que son muchas y muy atadas», recuerda. Y es que, además de criar el ganado, 'Lolo' ordeña para después elaborar Gamonéu del Valle. «La producción va a pique porque no podemos ordeñar con este panorama de animales. Yo diría que este año estamos haciendo la mitad que los pasados», lamenta. «Esto es todo una cadena, vamos para atrás. Y lo peor es que parece que los palos van siempre para los mismos», denuncia. Por eso pide «más batidas, porque esta zona fue declarada libre de lobos y muy poco se nota el control que puedan hacer». «El que quiera lobos que los cierre con vallas y los mantenga allí para disfrutar de ellos, igual que nos vemos nosotros obligados a hacer con el ganado para protegerlo».
Desde la zona conocida como Soñín, Alberto Asprón también está acostumbrado a lidiar con la presencia del cánido y su mella en el ganado. Tiene 90 cabras, 60 ovejas y 30 vacas y sabe que «si quieres vivir del ganado tienes que cuidarlo», pero esta situación le supera. «Esto no tiene solución, la gente está desilusionada porque vemos que no ponen remedio y, los que ponemos los ganaderos, al final no sirven de nada», detalla Asprón. Indica que, además de cierres y vallas, «hay mucha gente que opta por tener perros mastines, pero estos sirven con la reciella, a las vacas las separan». Si a esto se suma el hecho de que «los daños se pagan tarde y mal», no es de extrañar que esta semana fueran varios los ganaderos que advirtiesen que «en este concejo, al menos, se están calentando mucho los ánimos y no sería de extrañar que se montase algo gordo», refieriéndose a protestas. Al menos una ya está organizada, este próximo miércoles en Oviedo, convocada por el sindicato UCA.
Por su parte el alcalde, José Manuel Abeledo, mostraba su indignación por esta situación en las redes sociales esta misma semana y afirmaba después que «me pongo en contacto con la consejería cada vez que tengo constancia de nuevos daños». «No es de recibo esta situación, cuando estamos hablando de un concejo en el que los daños del lobo, directa o indirectamente, afectan al 100% de la población, una población ganadera y quesera en su gran mayoría», denuncia el regidor. Por ello vuelve a solicitar «controles, dentro y sobre todo fuera del parque». «Los lobos están entrando a matar en las propiedades privadas y eso sí que no tiene ninguna lógica. Hay que actuar», sostiene. El primer edil socialista sabe que, en los objetivos de cualquier alcalde de la zona rural asturiana, «se encuentra fijar población o incentivar la economía, pero con un panorama como este, ¿cómo va a ser posible conseguirlo?».
Nueva quesería
A pesar de la difícil situación que vive el sector en el concejo de Onís, en el área conocida como Soñín d'Arriba hay mucho movimiento. En los últimos meses se habilitado una quesería y se ha acondicionado una antigua cabaña de pastores que, incluso su propio dueño, desconoce cuántos años podría tener. Enrique Remis realiza su actividad ganadera en la majada de Belbín pero en Soñín d'Arriba «tenía una cabaña que estaba casi cayendo, se encontraba en muy malas condiciones, y decidí rehabilitarla». Detalla este ganadero que «el techo, tuvimos que ponerlo nuevo íntegramente» y de las paredes «hubo que retocar mucho». Los obreros se encontraba allí estos días barnizando las maderas del interior y la nueva puerta, para dejarla completamente renovada y dispuesta «para lo que venga». «Igual me da un día por irme allí a pasar las vacaciones», bromeaba Remis.
Escasos menos más arriba se acometía una reforma y mejora integral de otras instalaciones, en este caso para dar forma a una nueva quesería. Los trabajos fueron financiados a través de las ayudas al área de influencia del Parque Nacional de los Picos de Europa que reciben, además de los ayuntamientos, los particulares afectados por las restricciones del terreno. Entre otras mejoras, se terminaba recientemente el bombeo de agua que dará servicio a estas nuevas instalaciones. Los ganaderos, ante la adversidad, se hacen fuertes. Y es fuerza lo que necesitan porque, en vista de su realidad diaria, valientes ya han demostrado que lo son.
FUENTE EL COMERCIO DE GIJON
AUTOR ANDREA INGUANZO
BENIA
Una convivencia insostenible
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