La verdad es que no dejamos ni de hablar ni de admirar sus armas. Pero por variar algo, hay otras cosas que también admiro.
Podrían disponer de un magnífico hemiciclo como el grandioso edificio permite suponer.
Podrían aposentar sus parlamentarios traseros en los más nobles y rancios escaños que el buen gusto y la comodidad aconsejen.
Podrían debatir con la parsimonia que su fama de flemáticos pudiera dejar intuir.
Podrían comportarse con la pompa que su viejo parlamentarismo pareciera exigir.
Podrían, en fin, ser un reflejo del protocolo y las viejas normas que rigen tantos y tantos aspectos de la vida social del país.
Pero no. Y por muy de acuerdo que esté con don Blas de Lezo cuando dijo que "todo buen español debería siempre mear mirando a Inglaterra", creo que también en esto aciertan.
Un salón a lo sumo suficiente, asientos sin solución de continuidad y por tanto sin lugar donde reposar los brazos, culo con culo, ni parsimoniosos ni pomposos y mucho menos protocolarios. Parlamentarismo en estado puro. Un mueble por delante, juntitos todos y cara a cara.
Se entienda o no el idioma, en este caso es lo de menos, uno aprecia en el vídeo que sigue, cual es el pleno significado de un parlamento. Y la verdad, me dan envidia, aunque esta fórmula en la mayoría de los países del mundo acabaría hasta con muertos.
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