La Organización Nacional de Caza me acaba de enviar este correo:
LA LEY DE PROTECCIÓN ANIMAL DE MADRID SE APROBÓ CON LA INCORPORACIÓN DE LOS FUNDAMENTOS DEFENDIDOS POR LA ONC
MADRID, 22 DE JULIO
La Ley de Protección de Animales de Compañía de la Comunidad de Madrid fue votada la semana pasada, con la incorporación al texto de las alegaciones realizadas por uno de los socios de la ONC, la Asociación Española de Rehalas (AER), quienes habían trabajado en ellas con todos los grupos, durante los pasados meses. A la vista de la previa labor de la AER, la Oficina Nacional de la Caza, la Conservación y el Desarrollo Rural (ONC) redactó una carta insistiendo en los artículos más controvertidos de dicha norma, apoyándose en informes científicos de la Universidad de León proporcionados por ARRECAL; documentación que fue remitida a los todos los miembros electos de los partidos políticos de la Asamblea de Madrid, mediante la citada carta. De esta manera, la ONC celebra que, a la luz de dicha misiva, se modificasen a última hora aspectos sustanciales del proyecto que afectaban de manera muy negativa al sector cinegético.
Así pues, la ONC, previa coordinación con la AER y otras entidades como la Federación Española de Tiro al Vuelo, provocó un contacto con todos los diputados madrileños que ha permitido la rectificación del proyecto.
En definitiva, y a falta de conocer la redacción final, se ha conseguido, por ejemplo, que se mantengan las intervenciones ‘funcionales’ sobre los perros de rehala, de forma que se podrán seguir practicando por un veterinario en un claro beneficio delos canes. Asimismo, se ha impedido que miembros de las protectoras de animales pudiesen llegar a convertirse en autoridades de inspección, potestad que, como marcan los principios generales de nuestro derecho positivo y resulta lógico, seguirá en manos de la Administración competente.
Por último, tal y como se propuso en la carta aludida, el tiro al pichón queda fuera de esta nueva regulación legislativa por razón de la materia, dado que el pichón no puede ser considerado, en ningún caso, como animal de compañía, aspecto que,aunque obvio, ha debido ser reiterado a muchos de los diputados madrileños por la ONC.