Un arma por cada 16 asturianos

Asturias cuenta con 65.552 legales, más del 80% son escopetas para la caza

SUSANA BAQUEDANO -  GIJÓN 29 agosto 2016

   
Florente Hernández, condenado por un jurado popular a doce años de cárcel por el asesinato a tiros en Avilés de Francisco Jiménez Vargas 'Nano' en 2013, guardaba en su domicilio hasta cinco armas, entre escopetas, rifles y pistolas. Todas ellas eran legales. En el juicio, celebrado el pasado mes de mayo, declaró que practicaba tiro olímpico y que había obtenido el preceptivo permiso de la Guardia Civil para tenerlas.

LICENCIAS

Total en Asturias 43.707


Por cada 100 habitantes 4,15 licencias

Una licencia «A» por cada 223,9 hab.

Una licencia «B» por cada 3.781,3 hab.

Una licencia «F» por cada 536 hab.

Al común de los mortales, al menos en España, donde los requisitos para obtener licencia son más estrictos que en otros países, sorprenden hechos como éste, que reabren el debate sobre el control de las armas. En Asturias, según los datos de la Guardia Civil, existen 65.552 armas amparadas por una licencia. Es decir, un arma por cada 15,9 asturianos o, lo que es lo mismo, 6,2 por cada cien habitantes. La mayoría son escopetas de caza. En total, hay 41.047 armas de este tipo bajo el control de las oficinas de intervención de armas del instituto armado. Si a esa cantidad le sumamos los 12.153 rifles de caza mayor censados en la comunidad, la conclusión es que en Asturias 53.200 armas son para caza, más del 80%.

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Si nos centramos en el número de armas legales que hay actualmente en España, en términos absolutos, Andalucía con 645.356 es la comunidad que más acumula. Le siguen Madrid (303.007), Cataluña (275.715), Valencia (273.581) y Castilla-La Mancha (244.015). Sin embargo, si se analizan los datos en función de la población, la comunidad con mayor número de armas por habitante es Extremadura con 13,98 por cada 100, seguida de Castilla-La Mancha (11,85), Navarra (8,78), La Rioja (8,43) y Castilla y León (8,33). Todas ellas, bastante por encima de la media, que se sitúa en una tasa de 6,25 armas por cada 100 habitantes, o lo que es lo mismo, una por cada 15,97.
El Principado tiene la tasa más alta de licencias del país para tiro deportivo

De los datos, facilitados por la Guardia Civil, se desprende que aquellas comunidades autónomas que cuentan con una mayor tasa de escopetas y rifles son precisamente las que poseen una mayor tradición cinegética: Extremadura (12,9 por cada 100 habitantes), Castilla-La Mancha (10,5), Navarra (7,94), La Rioja (7,41) y Castilla y León (7,40).

En el caso de las armas cortas (pistola y revólver) la distribución por zonas cambia. Así, la tasa más alta la tiene Ceuta, con 1,59 por cada 100 habitantes, por detrás Melilla (1,3), Asturias (0,66), Madrid (0,63) y Aragón (0,59). El alto número de militares en las dos ciudades autónomas explicaría ese porcentaje. De hecho, Ceuta y Melilla se sitúan a la cabeza en lo que a permisos tipo A se refiere. Para poder contar en España con una pistola o revólver es necesario estar en posesión de alguna de estas licencias: A, B o F.

La tipo A se concede a personal militar y cuerpos de seguridad del Estado para la tenencia de armas de uso privado, es decir, al margen de su actividad. Aquellos que cuenten con esta licencia pueden tener en su domicilio hasta cuatro armas cortas, incluidos calibres que no se permiten en otro tipo de permisos. Sin embargo, el uso generalizado de este tipo de armas es para tiro deportivo. Para ello, es necesario sacarse la licencia F, que obliga llevar el arma desactivada, separada de la munición y sin cargar en los trayectos entre el domicilio y el campo de tiro.

A la cabeza en licencias F

La región que cuenta con una tasa más alta de licencias tipo F es Asturias, donde uno de cada 555 habitantes posee una. En segundo lugar se sitúa Murcia con una cada mil.

Para poder tener o llevar armas de fuego en territorio español es necesario contar con una licencia. Para tramitar esta documentación, y también las autorizaciones especiales, los solicitantes deben acreditar que su estado físico y psicológico es el adecuado y que tienen los conocimientos necesarios sobre el manejo, el mantenimiento y la conservación de las armas. Además, los dueños de las armas de fuego tienen la obligación de guardarlas en un lugar seguro y de tomar precauciones para evitar su pérdida o su robo. Si aún así el arma se extravía o es robada, o si sufre algún tipo de daño, su dueño debe comunicarlo de forma inmediata en la oficina de intervención de armas de la Guardia Civil correspondiente. También aquí debe informar sobre cualquier cambio de domicilio del titular de un arma.

Otra medida encaminada a garantizar el buen uso de las armas es la caducidad de las autorizaciones. La vigencia de los permisos está condicionada a que se mantengan los requisitos que exige el Reglamento de Armas. El cumplimiento de esas normas puede ser comprobado en cualquier momento y, en caso negativo, la autorización puede ser revocada. Además, una vez que el plazo de validez de la licencia finalice, el dueño del arma debe depositarla en la intervención más próxima a su domicilio, porque en caso de no hacerlo puede ser acusado de un delito de tenencia ilícita de armas. De todos modos, la ley permite, en determinados casos tener en casa un arma sin licencia. Es posible siempre y cuando se trate de un arma de fuego corta o larga de las no prohibidas a particulares y una vez acreditado su valor histórico o artístico. También se pueden tener armas de avancarga, documentadas y cuando su dueño presente previamente un informe que acredite sus adecuadas condiciones físicas y mentales.


FUENTE EL COMERCIO DE GIJON

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