HOMO RURALIS VS. HOMO URBANUS.

Quizás, mucho me temo, que las vicisitudes que actualmente pasa La Caza como actividad, tienen sus raíces más profundas en la disyuntiva que da título a esta reflexión. No me queda más remedio que pensarlo porque en otros tiempos, cuando en nuestro país y en muchos otros había más gente de campo que de ciudad, o al menos en cantidad similar, o más aún, cuando la gente de ciudad miraba al campo con más desprecio o desapego que otra cosa, las actividades propias del campo, como la Caza, estaban mejor vistas que ahora.

Es más, si se hiciera una encuesta sobre qué se piensa de la Caza sólo entre personas que viven y trabajan el campo, en nuestro país, la respuesta sería muy diferente a si la hiciéramos sobre el total de la población del país, o por supuesto, entre ciudadanos exclusivamente urbanitas.

En los últimos sesenta años, la balanza de población del país se ha descompensado, siendo mayoría el personal urbano respecto al personal rural. Y en paralelo han ido cambiando las preferencias de los ciudadanos respecto a ciertas actividades que, digamos son totalmente comprendidas y asimiladas por gente que trabaja el campo, lo vive todos los días y también vive de él, como la Caza.

Para más desventaja, los centros de formación de opinión, o sea los medios de comunicación, políticos, administradores públicos,.. están más en las ciudades que en el campo y cada vez hay menos gente que procura acercarse a la realidad rural de verdad, no sólo a darse un paseo o pasar un fin de semana en una casa rural. 

Esta realidad hace que el prisma con qué se ve la Caza sea totalmente distinto para un urbanita que para un campesino. Y si no, miren ustedes y pregunten sobre la Caza en países donde todavía la vida rural tiene ponderación suficiente, como puedan ser la mayoría del hemisferio sur y muchos del norte, como por ejemplo, Canadá, Estados Unidos, Finlandia, Polonia, Hungría, Rumanía,.. En estos la opinión sobre la actividad cinegética es totalmente favorable.

En resumen, desgraciadamente para los que somos cazadores, el principal problema estriba en que el ciudadano urbanita quiere disponer sobre un espacio que él disfruta de vez en cuando, pero que el que lo sufre, le va en ello la vida y por que no, también disfruta con más frecuencia, es el hombre del campo. 

El principal problema es que la gente tiene demasiado de todo. Si pasasen un poco de estrecheces valorarían las cosas y sabrían para que sirve una liebre y para que sirve la caza. Y no habría vegeanos!!! ni tanta gente en contra de la caza, ni tanta gente que se cree que un perro o un gato es como una persona.
Yo la verdad que creo que esta superabundancia se va a acabar...

Estoy de acuerdo contigo Podenco, en general la gente de las zonas rurales ve con otros ojos las actividades cinegeticas, no en vano la gente mayor cuenta como la caza suponía un aporte fundamental de proteínas, en otro tiempo escasas en las dietas de la gente del campo.

Y lo peor no es eso Manuel, los urbanitas cuyo sueño es hacerse una casita en el campo, con placas solares, huerto ecológico y otro sin fin de cosas para ser ecologistas de pro, son los mas acérrimos detractores de la caza. Piensan en un entorno natural en el cual el hombre vive en completa armonía con la naturaleza, abranzado árboles para sentir su... etc.

Mi ahijado y cuñado es uno de ellos, mejor dicho, "era". Hace dos años que mi suegro, hombre de campo, falleció, así que la hct, de olivar que tenía y que el cuidaba los 365 días del año de 9 a 15 H. ahora es su hijo el que va casi a diario por allí con sus hijas. El otro día fuí por allí, y era notoria la falta de los cuidados desede que falta mi suegro (ya el año pasado se bajó del burro y tuvo que furmigar el olivar sopena de que los bichos se cargaran la cosecha de aceitunas, hala a exterminar animalitos).

Pude ver los múltiples agujeros de topillos que están minando el terreno, y le dije que esos podrían roer las raices de los olivos mas jóvenes, y que qué pensaba hacer al respecto.

Con la boca pequeña me dice que se lo ha dicho a uno del pueblo, y que vendrá a solucionarlo, así que le dije que la solución pasaba por gasear o cualquier otro método las galerías subterraneas y que se cargaría a los topillos.

Me mira y me dice por lo bajini que no diga eso delante de las niñas (5 y 9 años). Vamos que al final tendrán que palmar los bichos, pero la idea del ecologeta de tapar ante sus vástagos la realidad del campo no cesa.

Joder, que hay que cargarse a los topos porque sino estos se cargan los árboles, ¿¿ tan difícil es explicarle eso a los niños ??. Les dirá que ha hablado con los bichejos esos, y que se han marchado a otro sitio donde no estorbarán a nadie, y que le han dejado un regalito de despedida antes de irse, previa compra de cualquier chuche en un chino.

Ya te contaré el final de esta historía ecológica Manuel.

Yo ya hace muchos años que no intento razonar con ellos. Es imposible. Soy maestro y en mi trabajo oculto que soy cazador. Hay un cartel en mi nevera que me recuerda prohibido hablar de caza en el trabajo, no sea cosa que me despiste y me salga lo de la última excursión dominical.
Los ecologistas/ animalistas son implacables, es su credo, su religión, si hasta quieren soltar los peces de los acuarios, los delfines de los delfinarios, playas para perros etc.
Creo que en el estreno de la peli mascotas había cines a donde se podía ir con los perros. Tratar de explicarles a esa gente la realidad del campo es completamente imposible ya que el mundo que han construido en su mente es diferente y estas cosas no tienen cabida. Cómo vas a contarles por ejemplo que hay que abatir los zorros, si ellos las consideran un igual incluso con más derechos que un humano. Como vas a contarle a alguien que se va con su perro al cine y comparte las palomitas, que en el coto se abaten los carnívoros domésticos  asilvestrados. Te mirará como si fueses un psicópata sediento de sangre y no lo entenderá jamás.
Y si hay topillos pues se les lleva a vivir a Disneylandia o algo así, cualquier cosa antes que aceptar la realidad.
Por cierto, ¿habéis visto algo más ruidoso y molesto que un grupo de ecologista de excursión por la montaña mientras cruzan por un coto de caza?
Creen que todo el campo es un gran patio de recreo para su uso y abuso.
Una compañera de trabajo me contaba que en una de sus excursiones se encontró un cabrito de pocos días. Ni corta ni perezosa se la llevo a su casa, lo crió con biberón y luego la regaló a una granja de quesos ecológicos donde le prometieron no sacrificarla jamás. Resulto que era cabra.
¿Sabéis las molestias que se tomó con la maldita cabra en un piso? ¿Cómo le cuento yo que mato cabritos , los destripo, los desuello y me los como al horno?
No lo entendería jamás!!!! Por eso ya ni lo intento explicar....

pepdark escribió:

No lo entendería jamás!!!! Por eso ya ni lo intento explicar....

Y sin embargo, hay que hacerlo. Porque si no somos capaces de defender la caza tarde o temprano nos quedaremos sin cazar.

Hay gente que nunca lo va a entender, como esta del cabrito que comentas, pero hay muchas otras que pueden entendernos y que no tienen formada una opinión clara al respecto. Todavía.

Un saludo.

Verdaderamente, Don Paco, ahora sí que tenemos un par de esperpento y pandereta, que diría Unamuno.