Cómo disfrutar de la fauna salvaje
El Ministerio de Medio Ambiente marca las pautas para observar osos, lobos y linces.Aconseja recurrir a guías profesionales, evitar los grupos numerosos, no hacer ruidos estridentes y no seguir a los animales.
MARCO MENÉNDEZ
GIJÓN
2 abril 2017
14:46
Cada vez son más los aficionados que acuden a puntos estratégicos de todo el país para disfrutar con la observación de la fauna salvaje. Osos, lobos y linces son los principales objetivos de sus cámaras fotográficas, una práctica a la que Asturias no es ajena. La economía de muchos núcleos rurales de montaña se está viendo favorecida con la llegada de un buen número de personas que buscan a los animales más emblemáticos de nuestra naturaleza, lo que también ha hecho proliferar las empresas que se dedican a organizar estas actividades. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha decidido difundir una serie de recomendaciones para que esta práctica no resulte, al final, perjudicial para las economías rurales y, mucho menos, para los animales, por lo que ha publicado 'Buenas prácticas para la observación de oso, lobo y lince en España'.
ENCUENTROS FORTUITOS A CORTA DISTANCIA
El oso. Facilitar con antelación que el animal pueda identificarnos para que emprenda la huida fácilmente. No interponerse entre una madre y sus crías. Separarse poco a poco de un oso que avance hacia un intruso sin perderle la cara. Nunca se debe correr.
El lobo. Por su carácter discreto y huidizo, evitará en todo momento cualquier contacto con las personas.
Perros agresivos. Más frecuente que con los lobos, lo más adecuado es retirarse con tranquilidad a lugar seguro.
El lince. Puede mostrar actitudes amenazantes cuando defiende su comida o la posición. En tal caso, se recomienda retroceder lentamente, dejando el espacio suficiente para que el lince abandone el lugar. Tampoco es recomendable correr ante un encuentro fortuito.
El objetivo es desarrollar una gestión de este tipo de turismo que se base en un modelo sostenible y que evite efectos negativos sobre la conservación de la biodiversidad y el medio natural. Pero siempre sin olvidar que el oso pardo, el lobo y el lince ibérico son tres especies que están protegidas. Por eso, es necesario que tanto las empresas que ofertan la actividad de turismo como quienes la disfrutan cumplan una serie de buenas prácticas, ya que la mera presencia de observadores puede, por ejemplo, alterar patrones de conducta naturales e interferir en el desarrollo de la actividad vital de los animales. Es por ello por lo que se recomienda tener unos conocimientos mínimos sobre la ecología de las especies.
Las recomendaciones planteadas por esta publicación no son algo que esté muy alejado del mero sentido común, pero está claro que no está de más recalcarlo siempre que se tenga oportunidad. Todo parte de que la observación de la fauna debe basarse en el respeto a las especies que se quieren contemplar y al resto del ecosistema. Eso sí, se recomienda contar con la mediación de empresas y guías profesionales. Además, hay que tener en cuenta que no siempre se podrá ver a los animales, pero para tener más éxito en el empeño es mejor evitar formar grupos de personas muy numerosos.
La elección de los puntos de observación también es muy importante, tratando de seleccionar aquellos que posibiliten ver a los animales desde una distancia adecuada, preferentemente en zonas ya preparadas y en laderas opuestas o lugares elevados que faciliten la detección de la fauna sin causarle molestias. Además, desaconseja las observaciones nocturnas.
Hay que evitar en todo momento tratar de ver animales desde el coche, ya que supone un gran riesgo de accidente, y se recomienda ir a pie todo lo posible. Hay que tener en cuenta que es clave en este tipo de actividades actuar de modo discreto y no hacer ruidos estridentes.
Una vez que se está realizando el avistamiento, esta guía recomienda mantener absoluto sigilo, para evitar que los animales alteren su comportamiento natural espontáneo. No se debe seguir a los animales para obtener una mejor fotografía.
Dejar una ruta de escape
Hay un riesgo importante con los encuentros fortuitos con osos, lobos y linces. Por lo general, estos animales evitarán por todos los medios al ser humano, pero, en caso de que el encuentro sea sorpresivo por ambas partes, lo mejor es retirarse lentamente, sin dar la espalda al animal y siempre dejándole una ruta de escape. En el caso de los osos, no se debe interponer uno entre una hembra y sus oseznos, pues puede hacer una carga disuasoria.
La guía apunta que son más comunes y peligrosos los encuentros con perros agresivos. En ese caso, lo más adecuado es, apunta, retirarse con tranquilidad a un lugar seguro y avisar al Seprona.
Cómo disfrutar de la fauna salvaje
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