KARAMOJO BELL
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Su nombre completo era Walter Dalrymple Maitland Bell, y nació en Escocia en 1.880 en una familia adinerada. Su padre tenía minas de carbón y aceites, su madre murió cuando Bell tenía dos años.
Dejó la escuela a los catorce años. Pidió a su padre que le financiara un viaje a África, y este lo hizo. Walter que había leído las aventuras de Cumming, decidió seguir sus pasos, así que se fue a Mombasa (Kenia), donde trabajo en el ferrocarril que uniría Kenia con Uganda que estaba empezando a construirse. Allí eliminó cantidad de leones devoradores de hombres que asediaban a los trabajadores del ferrocarril (¿¿os acordáis de “Los leones devoradores de hombres” del Cnel. Patterson ¿?), cazó antílopes y otros animales para dar de comer a esos trabajadores. En esta época cazó con un Lee Metford del 303 Brithish de un solo tiro. Una barbaridad y temeridad enorme, cazar leones con ese arma.
Esta etapa creo que tuvo mucho que ver con sus posteriores andanzas, al tener que cazar como negocio, eso le marcó para su posterior etapa de cazador de elefantes.En estas estaba, cuando oyó hablar de “la fiebre del oro” en el Yukón, y allá que se fue sin dudarlo, donde sobrevivió vendiendo carne de caza a los mineros (ojo a su etapa de cazador de carne para ganarse la vida, que creo tuvo mucho que ver en su futuro). La suerte le fue esquiva, y con 19 años se enroló en la fuerza canadiense para combatir a los boers en Sudáfrica, donde fue hecho prisionero. Espoleado por el hecho de que los boers no mantenían vivos a sus prisioneros, se fugó. Terminó la guerra y se fue a Mombasa (Kenia), y es entonces cuando se hace cazador de elefantes. Y estando en Nairobi en 1.902, decide irse al área de Karamoja, (de donde le vino su mote de Karamjo) en el noroeste de Uganda que se encontraba en una situación incontrolada. Aunque él cazó también, además de Kenia y Uganda en Abyssinia , Sudán , Enclave de Lado (Gongo Belga) , Costa de Marfil francesa , Liberia y Congo francés.
En el Enclave de Lado cazó a partir de 1.909 cuando el Rey Leopoldo II falleció y Bélgica fue obligada a salir de su colonia. Aclaro que Lepoldo II está considerado uno de los mayores genocidas de la historia, por delante de Hitler, pues en los 20 años que tuvo su parte del Congo como su finca privada, obligó a sus habitantes a trabajar a destajo para él, sacando oro y diamantes de las minas para engordar su fortuna personal. Muchos intentaban huir o esconderse, y eran masacrados sin piedad. En total se sabe que mató a unos 12 millones de nativos, más los que no se sabe.
El Enclave de Lado, en los años que estuvo sin ser tierra de nadie hasta que Sudán no se hizo cargo del territorio, protagonizó la mayor epopeya de la caza de marfil de la historia.Bell no se convirtió en una leyenda de la caza de elefantes solo por su buena puntería, se dice que fue el primer blanco en cazar en la zona, y tuvo buenas relaciones con los jefes locales llegando a ser hermano de sangre de algunos jefes e incluso de un rey llamado Llongelly-Nimung, a los que hizo buenos regalos, con lo que los tenía siempre a su disposición. Siempre tuvo buenas relaciones con la gente de los territorios por los que viajó, en aquellos días, vastas colonias africanas por las que no comerciantes ni colonos habían penetrado, pera muchos nativos, él fue el primer hombre blanco que habían visto.
Prometió y cumplió a los nativos, que a aquel que le diera noticias de donde había buenos elefantes, le regalaría una vaca, por lo que tenía siempre mucho trabajo. Pero antes tuvo que ganarse su respeto y demostrarles que no podían intimidarlo, y que tenían que respetar a sus hombres, cosa esta fundamental para que sus hombres se sintieran protegidos antes esas tribus, muchas de ellas caníbales. Para darles “motivación” a los nativos de la zona, solía hacer demostración de su puntería con su pistola Mauser Broomhandle de culata adaptable, la cual podía albergar en sus cargadores 10 cartuchos. Los nativos por aquel entonces, solo conocían las armas de pólvora negra, las cuales soltaban una nube de humo blanco, y ellos solían agacharse con rapidez al ver el salir el humo y así evitar la bala (dudo de que esto fuera así, pero así lo cuenta Bell), así que al ver que no tenían referencias al escuchar el ruido y la llegada inmediata de la bala (antes que el ruido), se tomaron muy en serio a aquel blanco.
Aparte de su habilidad diplomática con los nativos, en su primer safari consiguió algo tremendo para aquellos años, 6.651 kg. de marfil por los que cobró la friolera de 7.300 Libras esterlinas, una pequeña fortuna en aquellos años.
Así descubrió “el oro blanco”.Cuando estalló la Gran Guerra (Primera Guerra Mundial), regresó de inmediato a Inglaterra y se unió al incipiente Royal Flying Corps, convirtiéndose en piloto y sobrevolaba el territorio alemán de Tanganyika (actual Tanzania). Era conocido por volar sin un observador, porque el observador obstruía su vista cuando intentaba derribar aviones enemigos con su ametralladora. En los Balcanes una vez derribó a un Luchador alemán Albatross de un solo tiro. Su ametralladora se atascó después de ese primer disparo, pero el único disparo fue suficiente. Más tarde sirvió en Grecia e Italia, alcanzó el rango de Capitán y fue condecorado dos veces con la Cruz Militar.
Fue rebajado del servicio activo en 1.918 por “asma nerviosa” manteniendo su rango de capitán. Estuvo un tiempo recuperándose de su enfermedad. Como fue piloto, no me cabe pensar que esa enfermedad le fuera provocada por los gases que usaron en esa guerra por ambos bandos, a pesar de estar prohibidos desde finales del siglo anterior.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Terminada la guerra y ya recuperado de su enfermedad, Bell volvió a lo suyo, y durante 20 años solo sale de la jungla para vender su marfil y comprar sus suministros para aguantar hasta su próxima visita al puesto de venta de marfil. Gastaba 24 pares de botas al año, de ahí el refrán de que a los elefantes se los caza con las piernas, y esto lo demuestra. Bell tuvo una media de un elefante por semana. Cazó 1.011 elefantes, casi todos machos con buenos colmillos, y tenía una media de 1,5 cartuchos por elefante, lo cual significa que la mitad los mató de un tiro, y la otra mitad con dos. Eso da idea de la clase de cazador/tirador que era.
Diseccionaba los cráneos de los elefantes para estudiar todas las trayectorias desde cualquier ángulo y posición, fue famoso entre otras muchas cosas, por perfeccionar el tiro al cerebro y matar de manera eficiente, y esto no solo de cara a evitar malas situaciones, sino para aminorar el gasto de munición. Bell registró todos sus lances,
para él, era solo un negocio, no un placer, y por eso necesitaba registrar y controlar todos sus gastos.
Aquí es donde yo creo que tuvo mucho que ver su etapa como cazador de animales para el ferrocarril.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Como ya he dicho, abatió exactamente a 1.011 elefantes. Aproximadamente 800 de ellos con su Rigby del 275 Rigby (el 7x57mm. alemán) y munición militar sólida de 173 grains (hay quien dice que el peso era de 175 grains) de punta redonda, con una velocidad en boca de 2.300 pps .
Rigby de Bell con la mira que le puso Shelby cuando lo compró.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]También con un Mannlicher-Schoenauer 6.5x54 mm construido por Gibbs de Londres (esto es raro, pues Gibbs era un marquista y diseñador de algún calibre, el más famoso el 505 Gibbs, así que pienso que Gibbs solo terminó o afinó un rifle fabricado por Mannlicher) utilizando las balas FMJ largas de 159 grains y notó que probablemente era el rifle más bello que nunca tuvo, pero lo abandonó debido a municiones defectuosas.
En su primer safari cazó con un Lee Enfield en .303 británico y balas del ejército de 215 grains. A partir de entonces mantuvo un Lee & Army con cargador de diez disparos como una especie de respaldo y con la esperanza de que pudiera encontrar diez elefantes lo suficientemente tontos como para no huir y poder usar todo el cargador.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]También cazó con un 318 Westley Richards por un tiempo, que es un cartucho calibre de 8,2 mm. disparando balas de 250 grains a aproximadamente 2.400 pps, pero encontró que la munición no era confiable y volvió al 275 Rigby. Más tarde escribió que el .318 Westley Richards era un asesino confiable para ciertos disparos, pero que el 275 Rigby era un rifle de "cirujano".
Una de las razones por las que prefería el 275 era que la munición era más confiable y que nunca le había fallado, mientras que las municiones deportivas británicas, aparte de las municiones militares del 303, le causaron interminables problemas con sus vainas.
Poseía un express Jeffrey .450 / 400 (hecho por Thomas Bland & Sons), pero solo lo usó en su primer safari, ya que consideró que la acción no era lo suficientemente resistente, y la acción repetitiva del Mauser era tan rápida como un express para apuntar y disparar. Aunque personalmente, me consta que no le gustaba ese arma/calibre por tener demasiado retroceso lo cual alteraba su pecisión, y hacer mucho ruido, cosa que para la caza de elefantes en las condiciones en las que él la practicaba, no era muy efectiva. De todas formas, la tuvo varios años por si alguna vez lo necesitaba para parar alguna carga.
Express Jeffery 450/400 de Bell.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Escribió sobre poder derribar un elefante con un rifle de calibre ligero, si disparaba en el mismo lugar con un rifle pesado, y se dio cuenta de esto, cuando vio que los elefantes disparados con una bala del 303 murieron con la misma rapidez que cuando se les disparó en el mismo lugar con su express del 450 / 400 con ambos cañones al mismo tiempo amarrando ambos disparadores, es decir, un disparo doble del 450/400 NE.
Con el 275 descubrió que necesitaba un promedio de 1.5 disparos por muerte. Un buen rendimiento para un rifle y un cartucho que estaba creado y destinado para cazar ciervos, y que actualmente, y erróneamente, casi nadie lo considera adecuado ni siquiera para eso… “por tener poca chicha”.
También es interesante notar que, aunque Bell es el defensor más famoso del uso de rifles de pequeño calibre para caza mayor peligrosa, no descubrió la técnica, ni fue su primer defensor. El conocido cazador Arthur Neumann, por ejemplo, había estado cazando elefantes con un rifle Lee Metford del 303 durante años antes de que Walter Bell empezara a cazar.
Bell estará asociado para siempre con el rifle John Rigby & Sons de acción Mauser y con el cartucho 275 Rigby, que como ya dije, fue la designación británica para el cartucho alemán Mauser 7x57mm. Este cartucho con puntas sólidas de punta redonda de 0.284” de diámetro y de 173 grains de peso a 2.300 pps de velocidad. Es interesante comparar estas balísticas con lo que comúnmente se considera un rendimiento mínimo en la actualidad para esos menesteres.
El Rigby Mauser era solo eso, un rifle de acción Mauser 98 en configuración deportiva finamente terminado. Las acciones fueron realizadas por la Compañía Mauser en Alemania, y Rigby tenía los derechos para venderlas en Inglaterra. La acción Mauser era la favorita para la caza en ese momento (y lo sigue siendo) y Bell obviamente era un hombre que apreciaba los rifles finos, así que compró lo mejor.
Durante la mayor parte de su vida, fue un defensor de alza y mira, sin visor. Sin embargo, en años posteriores usó otras miras, así como visores de la época.
Se dijo durante mucho tiempo, que Bell vendió todas sus pertenencias tras su último safari incluidas sus armas antes de retirarse a su país para nunca más volver a África. Esto no es cierto, pues su 275 Rigby fue vendido por su viuda después de la muerte de Bell en 1954 (maldita bruja) al escritor Robert Ruark, quien más tarde se lo vendió a Mark Selby, hijo del famoso cazador blanco Harry Selby. Unos cuantos de famosos nombres africanos fueron propietarios de este rifle. Curiosamente, el rifle tenía un hueco en su culata para guardar el equipo de limpieza. Tenía una placa grabada con sus iniciales WDMB. Harry Selby más tarde le puso un visor. Además era un rifle de dos piezas, como se puede apreciar en la foto de más arriba.
La colocación del disparo en el complejo cerebro del elefante requiere una buena puntería. Bell practicaba constantemente disparando en seco su rifle. Siempre llevaba su rifle, nunca tuvo un porteador de armas (otra ventaja del ligero Mauser) y escogía blancos mientras viajaba, disparando en seco a una roca o a un ave distante. Él creía que esta era la práctica más beneficiosa para un cazador.
Fue un gran defensor de la previsión de cuentas, y fueron sus dibujos con los que ilustró su primer libro “Wanderings of an Elephant Hunter” en que explicó cómo utilizar correctamente el punto de mira. Debes mantener el punto bajo en el alza para que tu elevación sea constante y abrir ambos ojos para que puedas ver a través del ojo izquierdo (en tiradores diestros) y comprobar el entorno. Por lo visto, Bell hacía lo mismo que ahora hace un visor punto rojo, pero con sus ojos.
Como un ejemplo más de puntería (si dispararle al cerebro a muchos elefantes no es suficiente), Bell una vez usó el resto de su munición .318 no deseada disparando a los cormoranes en vuelo. Los espectadores creían que estaba usando una escopeta y se sorprendieron al descubrir que en realidad estaba usando un rifle. También se lo observó disparando peces que saltaban desde la superficie de un lago.
Señalaré, que a diferencia de muchos cazadores/escritores africanos (por ej. Peter Capstick), Karamojo Bell parece no haber sufrido muchas cargas de elefantes. La prosa en sus libros no tiene nada de que pregonar sobre las virtudes de enfrentarse a una muerte espeluznante ante los elefantes, al contrario que Capstick, que construyó su carrera de escritor por sus “muchísimos peligros” sufridos en sus cacerías (cosa que en mi inexistente experiencia en caza africana, me dice que si de continuo un PH está en peligro, es que no hace bien las cosas desde el principio, y si eso le pasa de verdad, no es nada aconsejable cazar con él). La primera vez que Hemingway mató un león, se sintió decepcionado, porque simplemente se murió.
En opinión de Bell, muchas de las cargas que sufrió fueron en realidad animales en pánico que no sabían en qué dirección se encontraba el peligro, y sin saberlo huían hacia el cazador. En sus cartas, escribió que probablemente había disparado entre 600 y 700 búfalos, y nunca había sido cargado, ni una sola vez. Sin embargo, afirmó que se había propuesto no tener que tratar jamás con un búfalo herido.También abatió algunos rinos.
Su técnica de caza era simple, casi siempre. Los nativos le indicaban donde había elefantes, él iba al sitio con los cuidados consabidos de tener en cuenta el aire, el ruido, la observación de la manada, y escogía el que parecía tener más peso en sus colmillos, además de seleccionar al siguiente con mejores defensas por si podía repetir tiro. Aproximarse lo más posible, esperar que el animal escogido estuviera preferiblemente de perfil, pues era muy paciente y nunca tenía prisa por disparar, pero una vez lo tenía claro, apuntar al punto exacto donde sabía estaba el cerebro, y disparar. Otras muchas veces salía a buscarlos, y estaba ausente del campamento principal durante semanas.
Le encantaba ir a cazar con lluvia y truenos, porque decía que los elefantes no distinguían el tiro de su rifle ligero con los truenos, y eso le daba oportunidad de cazar dos o más con más facilidad, pues hasta que alguno se daba cuenta que la situación no era normal, pasaban varios segundos, los cuales él aprovechaba para quedarse con alguno más. Este era otro motivo para no querer usar rifles pesados que hacían más ruido que su Rigby, que al primer tiro los proboscídeos salían de estampida y se acabó el negocio por ese día.
Cuando cazaba en hierba alta de unos tres metros, se ayudaba de una especie de escalera o trípode desde el cual divisaba los lomos de las masas grises, y podía ver cuando alzaban sus cabezas el tamaño de sus colmillos sin que estos lo vieran, y así poder tirar desde la altura al elegido. Esto lo descubrió en una ocasión en que estando cazando en esos terrenos, le cargó un elefante, y su boy ante no poder correr para salvar la vida, se metió bajo sus piernas, y lo alzó sobre sus hombros, desde donde Bell pudo abatir al elefante.
Fue también famoso, por perfeccionar el tiro al cerebro oblicuamente desde detrás del elefante, hizo incontables dibujos sobre esto. Y junto con el tiro lateral, era su preferido, hasta el punto de ser denominado como “The Bell shot”.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Abatió un máximo de 19 elefantes en un día, y calculó que cada uno de los 1.011 elefantes que cazó durante toda su carrera, le costó andar 117 kms. Oséa, que caminó por todos los territorios mencionados 118.217 Kms. ¡¡ Casi na!!.
Una gran cantidad de personas han intentado explicar el éxito de Bell en la caza del elefante, al afirmar que no necesitaba cazar en la espesura, lo que implica que de alguna manera el comportamiento de los elefantes africanos debe haber sido diferente en ese habitat . Esto no es cierto, cualquier lector de sus libros verá que Bell cazó en situaciones muy duras, caminó miles de kilómetros, se tropezó con elefantes y era un tirador muy bueno a distancias muy cortas. Él solía tirar 80 yardas con perfecta puntería, pero prefería acercarse entre 30 y 40 yardas a sus elefantes. Tumbaría al primero y luego subiría encima para no ser pisoteado por los otros miembros de la manada y así poder obtener alguno más.
Nadie camina buscando elefantes en un desierto africano desconocido con una herramienta que se considera marginal, y Bell tenía completa confianza en su habilidad para cosechar elefantes con su Rigby Mauser.
Era su negocio, pues la cantidad de dinero que ganaba era considerable. Para poner sus esfuerzos en perspectiva, escribió acerca de un día en el que rastreó y disparó a 19 elefantes. En otra expedición, regresó con marfil por valor de más de 23.000 libras esterlinas. Esa era una gran suma de dinero y convertida al equivalente de la moneda de hoy en día, haría que vuestros ojos se llenaran de lágrimas.
Uno no arriesga ese tipo de dinero y esfuerzo con un calibre cuestionable.Disparar a los animales para obtener carne y pieles era una gran parte de sus deberes regulares como cazador de marfil. Sus porteadores, guardias de campo y hombres podían llegar hasta 200 personas, para quienes tenía que proporcionarles carne. También iba a buscar carne y pieles que se usaban como bienes comerciales con los aldeanos en las áreas por las que pasaba. Para esto, reservaba su Mannlicher de cañón largo en 6.5x54 mm fabricado por Gibbs, para el cual tenía un suministro de balas de punta blanda. Escribió que este rifle era muy preciso, y probablemente era el que más trabajo tenía.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Suministraba carne para comer y pieles para sandalias, sillas de montar y artículos de comercio, este rifle fue probablemente el más activo de todos y con él disparó a todo, desde antílopes a jirafas.
Karamojo Bell hizo su última expedición en 1.922 con 42 años, y se retiró muy rico, pues tras todos esos años de sacrificios y ahorros, se vio con la bonita suma en el banco de 70.000 libras esterlinas de la época que había acumulado gracias a su rifle, una fortuna en aquellos años, que le permitió vivir de las rentas el resto de sus días con una aristocrática señorita con la que se casó en 1.917, durante la GM I y compró una propiedad de 450 Ha. en Escocia llamada "Corriemollie". Tuvo una sola hija.
Walter Bell pasó sus últimos años escribiendo artículos en revistas, y también libros sobre sus hazañas en África. Pintó cuadros y dibujos de ciervos rojos en la mata de las Tierras Altas, así como pinturas de elefantes espléndidamente representados en la sabana, hechos con un ojo para los detalles anatómicos y una apreciación del lenguaje corporal del elefante africano los cuales usó para ilustrar sus libros. Con su esposa construyó un yate de carreras de 37 Tms. que llamó Trenchmer y participó con éxito en competiciones transoceánicas. Durante la Segunda Guerra Mundial, estuvo activo en el hogar de la guardia. Esa fue su tercera guerra, tras la de los Boers y la GM I.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Continuó al tanto de los acontecimientos de tiro y cazó ciervos en las colinas de Escocia con un Rigby Mauser en .22 Savage High Power (5.6x52R). En la década de 1930, compró un Winchester Model 70 en el nuevo calibre Swift .220 con una mira telescópica. Juró que ese era el calibre perfecto para el ciervo rojo, les disparaba en el cuello y decía que era como si les alcanzara un rayo.
Dejó en claro en un artículo de una revista publicado en American Rifleman en 1954 lo que utilizaría si regresara a África. Con su vasta experiencia en la caza de marfil, dijo que el calibre perfecto para este propósito, era el .318 Westley Richards, o el Mauser de 8x57mm. Sin embargo, si tuviera que hacerlo todo de nuevo con un rifle moderno, elegiría un Winchester Modelo 70 en 308 Winchester cargado con puntas sólidas de punta redonda.
Publicó tres libros sobre sus hazañas en África, ilustrados con sus propios bocetos y pinturas. Wanderings of an Elephant Hunter, Karamojo Safari, y Bell of África que fue publicado póstumamente. Además de los citados artículos en revistas especializadas.
En 1.947 sufrió un infarto que le dejó muy mermado el resto de su vida, y falleció en Junio de 1.954 a los 74 años de insuficiencia cardíaca.
No hay un final infeliz o demasiado dramático para su historia. Pienso, que realmente por todo lo vivido y con las armas que usó, tuvo una enorme suerte de salir de sus andanzas sin ningún rasguño. También tuvo suerte al no contraer ninguna enfermedad grave de las que suele haber en África.
Como todos, WDM Bell fue un producto de su tiempo. Cazar animales peligrosos con calibres ligeros a día de hoy está prohibido. El gran legado que WDM Bell nos dejó, es que la colocación perfecta de los disparos, junto con la bala adecuada, supera al calibre en todo momento. Lo mejor que puedes hacer para aumentar tu éxito en la caza, es comprender la anatomía de los animales a cazar y practicar con tu rifle hasta que puedas colocar tu primer disparo exactamente donde debe ir. Lo demás es jugar a la lotería, que según el animal, te puede tocar el peor de los premios.