El turismo de observación de osos en Asturias genera un millón de euros al año

El director general de Biodiversidad defiende la necesidad de «ordenar» esta actividad para garantizar la conservación de los plantígrados

BELÉN G. HIDALGO CANGAS DEL NARCEA.
Miércoles, 14 noviembre 2018, 04:01

La observación de la fauna genera riqueza. Así se desprende de los datos hechos públicos por el director general de Biodiversidad, Manuel Calvo, en el III Congreso Nacional de Ecoturismo celebrado en Cangas del Narcea. «La observación de oso pardo cantábrico en el Principado en lo últimos veinte años está experimentando un continuo crecimiento. Esto repercute en el bienestar y la conservación de la especie e impacta de manera decisiva en el desarrollo socieconómico de las comarcas oseras», apuntó Calvo. De hecho, según los datos de un estudio realizado en 2016 en los parques naturales de Somiedo y Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, la observación del oso pardo generó un impacto económico que ronda el millón de euros. «El impacto directo estimado ese año es de 0,63 millones de euros y de 0,26 millones de euros el indirecto. Esto sigue incrementándose y actualmente estos datos serían superiores», contó Calvo.

De acuerdo con este estudio, el 63% de los turistas que llegan a la región atraídos por el avistamiento de osos se aloja en la misma zona donde se desarrolla la actividad y un 28% de ellos contrata empresas especializadas para disfrutar esta experiencia. En un año, según ese estudio, fueron 1.900 las personas que recurrieron a la contratación de este tipo de servicios. El gasto medio de cada uno de esos turistas por día ascendió a 38 euros.

El reto pasa por ahora desarrollar una norma que regule el avistamiento del oso pardo aunando la conservación de la especie con el desarrollo de la actividad turística, pues «lo deseable es que la observación sea ordenada». Para ello, el Principado encargó un estudio que concluyó que hay que tener en cuenta cinco fundamentos principales. El primero, explicó Calvo, marca que hay que integrar esta actividad en el Plan de Recuperación del Oso Pardo. A ello habría que sumar el establecimiento de una red oficial de puntos de observación y rutas de acceso público -«que serían abiertas»- y plantear restricciones temporales o espaciales en situaciones concretas, «como ya se vienen desarrollando en la actualidad en casos puntuales». También se aboga por el establecimiento de un protocolo de actuación para los agentes medioambientales y la creación de un sistema de autorizaciones administrativas para acceder a determinados puntos en el desarrollo de actividades profesionales. Además de formación para todas las partes implicadas.


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