PELIGRO Entre la M-608, la N-110 y la A-1
El triángulo de la muerte del lobo ibérico en MadridLUIS NÚÑEZ-VILLAVEIRÁN
Diez ejemplares han sido atropellados mortalmente en tres años y los ecologistas alertan del peligro de extinción de esta especie
Han sido 22 atropellos de lobo ibérico en los últimos tres años, 10 en la Comunidad de Madrid. Una muerte cada mes y medio en el área que forman las carreteras M-608, N-110 y A-1, el triángulo de la muerte de esta especie y un peligro muy serio para su supervivencia.
«La especie está amenazada, el número de atropellos es muy alto para la población que hay», explica Raúl Ablanque, presidente de la Asociación Circinaria, Estudio y Conservación, el colectivo encargado de recoger estas cifra
Desde 2016 hasta mayo de 2019, en la A-1 se han registrado 10 fallecimientos de ejemplares en apenas un tramo de 22 kilómetros. Discurre entre el municipio madrileño de La Cabrera y el segoviano de Cerezos de Arriba.
Desde Circinaria señalan que esta autovía que conecta Madrid con el norte de España necesita con urgencia una mejora en el vallado así como más pasos de fauna. «La directiva europea y la ley española obligan a adaptar las infraestructuras no sólo a las especies silvestres, también a las domésticas que tampoco se han librado de los atropellos», comenta Ablanque.
Muerte del lobo ibérico en Madrid
Otra carretera complicada para los lobos es la N-110, especialmente entre las poblaciones de Gallegos y Riaza. Esta vía, según denuncia el informe, no tiene ningún tipo de vallado ni tampoco pasos de fauna. Seis ejemplares han muerto en el periodo de estudio.
Tanto esta carretera como la autopista A-1 son de titularidad estatal y desde Ecologistas en Acción, asociación que colabora con Circinaria, recuerdan que en febrero de este año pidieron al Ministerio de Fomento que tomase medidas de forma urgente, pero que no han tenido ninguna respuesta de la Administración estatal.
La Comunidad de Madrid, por su parte, es la responsable de la M-608, la carretera que cierra el triángulo de la muerte del lobo. Desde la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio aseguran que, en su informe de atropellos de fauna, se proponen medidas destinadas a disminuir la siniestralidad en carretera y los daños pero, según los colectivos ecologistas, el Gobierno regional les dice que no cree que los atropellos pongan en grave riesgo la viabilidad del lobo. «La Comunidad de Madrid trata de mantener el problema con un bajo nivel de intensidad», explica Ablanque.
El informe de Circinaria habla de cinco grupos de lobo ibérico con un total de 25 ejemplares en la Sierra de Guadarrama. Se trata de grupos con un área de influencia de 150 kilómetros cuadrados, aunque en invierno y en época de celo, puedan desplazarse a una distancia mayor. «El hombre también influye mucho en el desplazamiento de las manadas», cuenta el presidente de Circinaria.
La clave para estas asociaciones está en diseñar una zona de especial conservación en general y en particular para esta especie protegida. Por su parte, la Comunidad de Madrid mantiene que está abordando un ambicioso proyecto con la colaboración de expertos en la materia que permita contar con un estudio definitivo y fiable de la situación del lobo en la región.
El triángulo de la muerte del lobo ibérico en Madrid
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