Muere en Jorcas un cazador tras el disparo accidental de su compañero
Un vecino de Camarillas con las iniciales M. G. E., de 69 años, falleció este jueves en la cercana localidad de Jorcas al recibir un disparo accidental del cazador al que acompañaba. El siniestro se registró a las 9.40 en la partida de Las Cerradas y, aunque hasta el lugar se desplazaron servicios sanitarios de urgencias, no pudieron hacer nada por salvar al herido, que presentaba un impacto en el abdomen.
El tiro accidental lo realizó un vecino de Jorcas amigo del fallecido que responde a las iniciales A. C. P., de 46 años. El siniestro ocurrió cuando los dos compañeros daban por finalizada una jornada de caza de codornices y el autor del disparo se disponía a desmontar la escopeta.
El trágico suceso tuvo lugar en un campo de cereal recién cosechado en las cercanías de Jorcas, lo que propició la llegada de numerosos vecinos al lugar en medio de una gran conmoción. La Policía Judicial de la Guardia Civil se desplazó para investigar lo ocurrido y llevar cabo una inspección ocular.
Tras prestar declaración ante la Guardia Civil, el autor del disparo quedó detenido en la Comandancia de Teruel en calidad de investigado por un delito de homicidio por imprudencia grave, a la espera de pasar a disposición judicial.
Un vecino de Camarillas también cazador y que se encontraba cerca del punto del accidente explicó que M. G. E. ni siquiera portaba su escopeta y se limitaba a "ir de acompañante".
El alcalde de Jorcas, Román Izquierdo, que se trasladó al lugar del siniestro, explicó que aunque llegaron hasta allí el helicóptero de emergencias 112 de la DGA, una ambulancia y personal sanitario del centro de salud de Celadas, no pudieron hacer nada por el herido, a pesar de que realizaron maniobras de reanimación.
Aunque M. G. E. era un cazador experimentado, su compañero es inexperto en la actividad cinegética. El vecino de Camarillas era soltero, vivía en una masía y se dedicaba a la ganadería.
"¡Quiero ver a mi hermano!"
Una hermana de la víctima llegó al paraje donde se produjo el accidente y, entre gritos y sollozos, pidió ver el cuerpo sin vida de su hermano, que estaba tendido sobre el rastrojo. Los vecinos y guardias civiles que se encontraban en el lugar consiguieron hacerla desistir de su intención.
La mujer, que se desplazó desde Zaragoza al ser informada del suceso, gritaba mientras se acercaba al escenario del accidente: "¡Lo tengo que ver, lo tengo que ver. Es mi hermano!". Con un ápice de incredulidad repetía a voces: "¡Tengo que ver lo que me han contado! ¡Me lo tengo que creer!".
El alcalde de Jorcas lamentó la tardanza en el levantamiento del cadáver, que no se produjo hasta las 15.00. El cuerpo sin vida fue trasladado a Teruel para realizarle la autopsia.
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