Volver a soldar las listas y pavonado al ácido de una escopeta Merkel.

Un vídeo sobre unas listas que se ha desoldado y hay que recolocar. Se levantan, se preparan y se vuelven a soldar en su lugar.

Después se vuelven a pavonar los cañones por el método tradicional, el pavonado al ácido (el que se suele usar normalmente es alcalino), también conocido como por capas o artesano. Procedimiento que ha quedado sólo para las armas de mayor calidad, es lento, meticuloso y requiere una enorme pulcritud para no arruinarlo y tener que empezar de nuevo...

Es interesante ver todo el proceso que se requiere para ello.




Saludos

Gracias, didáctico e ilustrativo.

Muy bueno el video. Creo que conviene hacerlo un par de veces de prueba, antes de que a la tercera te salga bien, ....

Me ha gustado.

Excelente video BBF.

Es el pavón por capas o por oxidación (Rust Blue).

Larry Potterfield además, lo mete antes en una cámara de humedad...y después SI en agua destilada hirviendo.



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Desde luego es el más costoso, pero también el pavonado más elegante.

Saludos

Ramse escribió:

Excelente video BBF.

Es el pavón por capas o por oxidación (Rust Blue).

Larry Potterfield además, lo mete antes en una cámara de humedad...y después SI en agua destilada hirviendo.

Desde luego es el más costoso, pero también el pavonado más elegante.

Saludos

En realidad todos lo pavones son oxidaciones, eso sí controladas.

La cámara permite adecuar los tiempos del proceso, ajustando temperatura y humedad. Si no la cosa puede tardar unas horas o tres días, según el tiempo (atmosférico claro está).

También es el que más profundo llega y por ende el más resistente y duradero.

Saludos

Hola BBF, busca por Alejandro Carral
Este pavonaba todas las escopetas finas de Eibar. Si llega a tener esa cámara se hace de oro


Saludos

Carral también cogió la maleta. Qepd. Tanta Farias, Moet Chandon y productos químicos se lo llevaron. Único en lo suyo y un personaje.

…”En un viejo y oscuro local -un tanto gótico a lo Tim Burton, nos hacía recordar la peluquería de Jhonny Depp en Sweeney Todd: El barbero diabólico de Fleet Street’ y la fábrica de hamburguesa ‘humana’ situada en su sótano- había una decena de bañeras llenas de líquidos negros, escopetas y armas. Esos líquidos negros eran el producto final de una complicada mezcla de elementos químicos. La ‘receta’ era secreto de familia. Alejandro era a la vez el bardo Asurancetúrix y el jefe de la aldea Abracúrcix del mundo de Astérix y Obélix de los Uderzo y Goscinny. Hasta su muerte mantuvo el secreto del ajiaco cubano, o pozole mexicano o porrusalda vasco.

El pavonado consiste en la aplicación de una capa superficial de óxido abrillantado, compuesto principalmente por óxido férrico de color azulado, negro o café, con el que se cubren las piezas de acero para mejorar su aspecto y evitar su corrosión. Los orígenes del pavonado son un tanto inciertos, remontándose a cerca de tres siglos. Lo que sí se conocía es que calentando el acero hasta alcanzar un tono azulado y sumergiéndolo en aceite, aumentaba considerablemente su resistencia a la herrumbre. Existen dos métodos de pavonado: el ácido y el alcalino. El ácido es sin duda el método que proporciona mejor calidad, durabilidad y aspecto. Pero requiere mucho tiempo para lograr el resultado deseado. Se obtiene mediante la aplicación de ácidos que proporcionan una oxidación superficial de gran adherencia y durabilidad. En cambio el alcalino es mucho más fácil de lograr y en muy poco tiempo, por lo que es el método utilizado habitualmente. Alejandro Carral utilizó siempre el ácido. Su ‘buenhacer’ traspasó las fronteras de España. Eibar era conocida mundialmente como la ciudad armera. En sus buenos tiempos hubo más de trescientas fábricas de escopetas funcionando junto a una firma de pistolas, “Star”. Una de estas armas se hizo famosa un 22 de noviembre de 1963, cuando Lee Harvey Oswald asesinó en Dallas al presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, y después fue abatido a su vez por Jack Ruby. Todos los fabricantes vascos de armas, cuando recibían un encargo especial sabían que tenían que pasar por las ‘bañaderas’ de Carral.

“En una ocasión vino un escopetero con unos clientes de Alemania -nos contaba en una deliciosa tertulia ‘ruskyana’- y me pidieron que les dijera cómo lograba aquella perfección en el trabajo, con una mezcla que lograba un pavonado único. Los dos eran químicos, recién graduados. No llegaban a los 30 años. Yo saqué la mano de mi bolsillo e introduje el dedo índice en la mezcla. Después me lo llevé a la boca y lo chupé. Los invitados no quisieron seguir allí. Parece que se asustaron ante un trabajo tan artesanal. Antes de irse me preguntaron si ni tenía el estómago con úlceras o perforaciones. Les dije que no. Cuando se fueron fui al lavabo a limpiarme el dedo índice. Ellos no saben que en la bañera metí el dedo índice, pero en la boca, el medio. Uno puede ser en la vida un poco loco Santiago, pero nunca un imbécil. Ellos pretendían con sus cinco años de carrera saber más de química que uno que lleva toda una vida en ésto, desde que tenía diez años… El óxico férrico era para mí más familiar que una gaseosa Pitusa o una Coca Cola…”.

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Impresionante relato, muy agradecido.

Es un corta pega del enlace que puse. El cuál no tiene desperdicio explicando su vida.
Alguien sabe si Carral dejó continuidad en el negocio o enseñó a alguien en esto de los pavonados???

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Tarabanco escribió:

Carral también cogió la maleta. Qepd. Tanta Farias, Moet Chandon y productos químicos se lo llevaron. Único en lo suyo y un personaje.

…”En un viejo y oscuro local -un tanto gótico a lo Tim Burton, nos hacía recordar la peluquería de Jhonny Depp en Sweeney Todd: El barbero diabólico de Fleet Street’ y la fábrica de hamburguesa ‘humana’ situada en su sótano- había una decena de bañeras llenas de líquidos negros, escopetas y armas. Esos líquidos negros eran el producto final de una complicada mezcla de elementos químicos. La ‘receta’ era secreto de familia. Alejandro era a la vez el bardo Asurancetúrix y el jefe de la aldea Abracúrcix del mundo de Astérix y Obélix de los Uderzo y Goscinny. Hasta su muerte mantuvo el secreto del ajiaco cubano, o pozole mexicano o porrusalda vasco.

El pavonado consiste en la aplicación de una capa superficial de óxido abrillantado, compuesto principalmente por óxido férrico de color azulado, negro o café, con el que se cubren las piezas de acero para mejorar su aspecto y evitar su corrosión. Los orígenes del pavonado son un tanto inciertos, remontándose a cerca de tres siglos. Lo que sí se conocía es que calentando el acero hasta alcanzar un tono azulado y sumergiéndolo en aceite, aumentaba considerablemente su resistencia a la herrumbre. Existen dos métodos de pavonado: el ácido y el alcalino. El ácido es sin duda el método que proporciona mejor calidad, durabilidad y aspecto. Pero requiere mucho tiempo para lograr el resultado deseado. Se obtiene mediante la aplicación de ácidos que proporcionan una oxidación superficial de gran adherencia y durabilidad. En cambio el alcalino es mucho más fácil de lograr y en muy poco tiempo, por lo que es el método utilizado habitualmente. Alejandro Carral utilizó siempre el ácido. Su ‘buenhacer’ traspasó las fronteras de España. Eibar era conocida mundialmente como la ciudad armera. En sus buenos tiempos hubo más de trescientas fábricas de escopetas funcionando junto a una firma de pistolas, “Star”. Una de estas armas se hizo famosa un 22 de noviembre de 1963, cuando Lee Harvey Oswald asesinó en Dallas al presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, y después fue abatido a su vez por Jack Ruby. Todos los fabricantes vascos de armas, cuando recibían un encargo especial sabían que tenían que pasar por las ‘bañaderas’ de Carral.

“En una ocasión vino un escopetero con unos clientes de Alemania -nos contaba en una deliciosa tertulia ‘ruskyana’- y me pidieron que les dijera cómo lograba aquella perfección en el trabajo, con una mezcla que lograba un pavonado único. Los dos eran químicos, recién graduados. No llegaban a los 30 años. Yo saqué la mano de mi bolsillo e introduje el dedo índice en la mezcla. Después me lo llevé a la boca y lo chupé. Los invitados no quisieron seguir allí. Parece que se asustaron ante un trabajo tan artesanal. Antes de irse me preguntaron si ni tenía el estómago con úlceras o perforaciones. Les dije que no. Cuando se fueron fui al lavabo a limpiarme el dedo índice. Ellos no saben que en la bañera metí el dedo índice, pero en la boca, el medio. Uno puede ser en la vida un poco loco Santiago, pero nunca un imbécil. Ellos pretendían con sus cinco años de carrera saber más de química que uno que lleva toda una vida en ésto, desde que tenía diez años… El óxico férrico era para mí más familiar que una gaseosa Pitusa o una Coca Cola…”.

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Mejor que el articulista para dar explicaciones técnicas se lea este post [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] o mejor el Angier...
¡No se pueden decir más inexactutudes juntas!!! O sí...  "Óxido férrico" ??? Será Ferroso-diférrico, también llamado Magnetita...

La historia toda una novela de esas que la realidad supera a la ficción. En el aspecto narrativo lo felicito.

Cuando Ramse me dío ese nombre investigué y algo encontré [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Parece que como muchos artesanos españoles (que no de otros paises) en vez de crear escuela prefirió llevarse sus "secretos" a la tumba.

Saludos