La osadía de la ignorancia

La osadía de la ignorancia

En materia de historia de la Fiesta de los toros hay una ignorancia enorme. Los mismos tópicos y las mismas tonterías se repiten hasta la saciedad. Dentro y fuera de la Fiesta, aunque los anti-taurinos se llevan la palma.

Lo último es lo que se ha sacado de la manga esta osada señora, Pilar Rahola, informadora mal informada que desinforma. Ignorancia, mala fe u oportunismo, poco importa.

Lo de la Fiesta Nacional no lo inventó Franco, ni por asomo. A mí personalmente la expresión no me parece hoy la más acertada ya que la corrida de toros, de nacional ha pasado a internacional. O hay que tomar “nacional” en otro sentido. Prueba de ello la declaración francesa de bien inmaterial (o intangible) y su inscripción en la lista del patrimonio nacional (francés) de bienes culturales.

Creo que, hoy, la Fiesta de los toros es - en la práctica - patrimonio de buena parte de la latinidad y en teoría de la Humanidad entera ya que nada impide que cualquiera pueda aficionarse a ella. Le ocurre algo como lo que le ocurrió al jazz: nació en Nueva Orleáns pero se hizo música universal, patrimonio ¿quién lo duda? de la Humanidad.

Pero independientemente de esta opinión, para no decir insensateces como esta señora periodista, basta con teclear “el concepto de Fiesta Nacional” en la entrada de esa maravillosa y delicada herramienta que es Google para encontrar, en medio de mucha basura, información precisa sobre la etimología del concepto. De paso, se puede comprobar el curioso apego que le tienen los anti-taurinos a la expresión, su predilecta (otra razón para evitarla).

Encontramos el portal Taurologia.com - que personalmente no conocía - que explica, tomando como referencia los trabajos de José Aledón, el uso que se hizo desde Isabel II del adjetivo “nacional”. También reproduce una carta original - y su transcripción - del alcalde de Valencia, de 1846, sacada del Archivo de la Diputación provincial valenciana, utilizando la expresión en su sentido inicial: lo nacional como aquello que pertenece al pueblo, a todos, sentido primero del término que la dictadura desvirtuó.

Además, el artículo cita a autores de diverso signo de los siglos XVIII y XIX que ya aplicaron el adjetivo “nacional” a la Fiesta aunque variando el sustantivo: “diversión nacional” (Jovellanos), “El espectáculo más nacional” (El Conde de las Navas) etc. ¡Vamos! que no es necesario ni tirar de archivo y hemeroteca para demostrar la inexactitud de lo afirmado por esta señora en cuanto a la autoría y origen de la expresión.

Un periodista tiene la obligación ética de contrastar su información y de no afirmar cualquier cosa por razones puramente ideológicas. Y a todos los periodistas un ruego: seamos rigurosos en materia de historia de las corridas de toros. Se frivoliza mucho.

Araceli Guillaume-Alonso
París, 5 de octubre de 2011

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