Los Las sociedades de caza activaron ya medidas a petición de los ganaderos
28 may 2023 . Actualizado a las 05:00 cuervos se suman a los jabalíes en destrozos a las plantaciones de maíz
Aestas alturas del año, algunas de las plantaciones de maíz de la zona empezaron ya a germinar y, aunque hay fincas que aún esperan un una siembre prevista para los próximos días y semanas, los ganaderos se quejan ya de los primeros daños causados por los jabalíes que vuelven a hacer de las suyas en las parcelas destrozando los sembrados y obligando, en algunos casos, ya a volver a esparcir las semillas por segunda vez. En las cooperativas certifican las quejas de sus socios especialmente en zonas de los municipios de Rodeiro, Lalín y Silleda y, en menor medida en otros municipios de la comarca dezana.
Pero a estos animales salvajes se suma este año una nueva plaga que traer de cabeza a los ganaderos y que son los cuervos que, apuntan, aumentaron mucho su población y se ven en grandes bandadas.
El presidente de la cooperativa de Gandeiros do Deza, Orlando González Vázquez, explicaba que el anterior presidente, Manuel Fernández, ya tuvo que resembrar una hectárea de maíz. Explica que «os xabarís van sempre ás mellores fincas e estas están en terreos húmidos, cerca dun regato e están na súa salsa». Los animales entraron al parecer a los tres días de la siembra. En la zona hay alguna parcela aún pendiente de siembra y otras, como es el caso de alguna suya, en las que las plantas nacieron hace algo menos de quince días.
En la zona ya recogieron algún quejas de daños por jabalí, al igual que pasa en otros lugares de la comarca. En la cooperativa O Rodo, su presidente, Suso Montes, explica que «hai zonas que se resembraron varias veces xa» especialmente en la zona de Carboentes y Álceme en Rodeiro o Castro de Cabras y Lalín de Arriba, en el municipio de Lalín.
En Rodeiro, la Sociedade de Caza e Pesca ya pidieron batidas y actuaciones para acabar tanto con los daños causados por los jabalíes como por los cuervos. Lo mismo pasa en Silleda y en Lalín. En Silleda, el presidente de la agrupación de caza, Jesús Pérez Caramés, cuenta «solicitamos unhas esperas que xa nos foron concedidas con cans traíllados». Ya se están ejecutando acciones disuasorias en la zona. Los daños registrados en esta zona son solamente de jabalíes, un poco en todas las zonas, especialmente en Chapa y Laro donde se denunciaron ya destrozos en sembrados de maíz.
En Lalín también se contabilizaron daños por cerdos salvajes pero preocupan especialmente los cuervos que, apunta el presidente de la Sociedade de Caza de Lalín, José Luis Montoto, «están facendo uns danos tremendos na zona do Corpiño». Este fin de semana, los cazadores ya se apostaron en la zona para realizar las primeras batidas. Unas acciones que no son fáciles, dada la astucia de estas aves.
Las bandadas se dejan también ver en el límite de los municipios de Lalín, Rodeiro y Dozón donde los cazadores, apunta el presidente lalinense, «xa fomos con cans de traílla».
A las quejas de los ganaderos y las cooperativas se sumaron también las del Concello de Lalín cuyo concejal de Agricultura, Avelino Souto, trasladó también a los cazadores la preocupación por la situación que se estaba viviendo, especialmente en la zona de O Corpiño. Ayer los cazadores lalinenses estuvieron apostados en la zona para intentar disuadir a los cuervos.
La necesidad de presentar denuncias con una llamada al 012
Desde las cooperativas ganaderas se incide, al igual que hace la Xunta, en la necesidad de que agricultores y ganaderos tramiten y cursen las correspondientes denuncias por daños. El método más sencillo es llevarlas a cabo a través de una llamada al 112. La administración autonómica dispone de ayudas destinadas a paliar los daños a los cultivos ocasionados por el jabalí.
La importancia de la denuncia radica no solo en la posibilidad de obtener alguna ayuda que permita hacer frente, al menos en parte, a los gastos ocasionados por la necesidad de resembrar y otros, sino también por que queda constancia de los daños causados. Y son precisamente esas denuncias y las reclamaciones las que sostiene la concesión de medidas, tanto disuasorias como de batidas, que toma después la Administración.
Se observa menos saturación de cerdos salvajes que otros años
En estos momentos, muchas de las hembras de jabalíes aún están pariendo o tienen crías pequeñas. En esta temporada, explican los cazadores de la zona, los animales no se mueven aún mucho de lugar y son bastante territoriales. Eso no quita que no hayan empezado a aparecer los primeros daños, aunque hay zonas de la comarca en la que las injerencias de estos animales en los cultivos aún son casos aislados.
Explican los agricultores y ganaderos que hay bastantes animales, pero no llega al grado de otros años. Eso hace que, de momento, haya menos quejas, aunque también es cierto que en esta época del año las plantaciones de maíz aún están germinando en muchos casos.
En Agolada, el presidente de la sociedad de caza, David Trailama, comenta que «nalgúns prados vese algo que andiveron fozando pero non está habendo queixas de momento». Cree que la abundancia de castañas y bellotas contribuyó a que tuvieran comida. Tampoco en el Tecor de Forcarei les constan quejas de agricultores, a diferencia de en Lalín, Rodeiro y Silleda donde ya se pusieron en marcha actuaciones solicitadas por las sociedades de caza con el objetivo de poner freno a unas incursiones que se repiten año tras año. Espantarlos es, dicen, cada vez más difícil y trucos como el ruido o la radio ya no surten efecto y no consiguen alejarlos.
«Hai bandadas enormes de centos de paxaros»
No es la primera vez que los cuervos traen de cabeza a los ganaderos y agricultores de la zona. Hace unos años se llevaron a cabo batidas en la zona. A diferencia de ahora, era el mes de julio y las aves dieron acabaron con brotes, tomates y fruta de huertas y maizales de la zona.
Esta vez, y pese a que muchas de las plantaciones aún están germinando, apunta Montoto, «estánse vendo bandadas enormes de centos de paxaros, hai tal cantidade que mete medo». Una opinión que refrendan ganaderos y agricultores de la zona.
Coinciden también en las dificultades de disuadir a estas inteligentes aves. Montoto explica que «quedamos asustados de como fan. Se van 50 corvos cada un ponse diante dun rego e fan a feito levantando un por un os brotes». Los cuervos, explica, tiran de la planta recién germinada y comen el grano que sacar de la tierra.
Aunque su vida media está entre los diez y los quince años, las dificultades para acabar con ellos y el creciente número de aves hace que algunos recuerden algún dicho de los viejos que afirmaban que un cuervo podía vivir cien años. Y aunque esa longevidad que se le atribuía antaño esté lejos de la realidad, la falta de depredadores naturales, facilita su supervivencia.
El presidente de la Sociedade de Caza de Dozón se queja también de la gran densidad que están teniendo las bandadas que se visualizan ya en la zona y que atacan el maíz. Un cultivo que, apuntan, «en Dozón xa está botado nun 80 %». Coincide con otros compañeros cazadores y ganaderos en que «os corvos son os xefes, non teñen inimigos naturais e son moi listos». Algunos refieren que «na natureza parece que triunfa o negro, porque os corvos nin os cans os queren».
Obtener una batida de cuervos, dicen, no es tarea fácil. Montoto explica que «son difíciles de facer e de conseguir e precisan dun estudo dos axentes medio ambientais».
Si luchar contra el jabalí no es tarea fácil tampoco, menos lo es acabar con los daños que causan estas aves, mucho más escurridizas. En el 2014, unas batidas realizadas en Silleda ante la proliferación de los córvidos, se saldaron con apenas media docena de cuervos abatidos.
El método puede parecer sencillo, pero no lo es. Se trata de apostarse en un lugar, no hacer ruido, permanecer vigilante y tirar cuando aparezca el objetivo. El problema es que, apuntan, al primer tiro los cuervos salen volando y si te he visto no me acuerdo. Hay quien afirma que el truco es hacer ese primer o primeros tiros y al mismo tiempo esperarlos que los árboles situados algo más allá hacia donde puedan ir a posarse escapando de los cazadores. Con ellos, dicen, las medidas disuasorias e incluso las batidas, no sirven de mucho poniendo de manifiesto su apetito voraz. La buena noticia es que cuando la planta ya está algo crecida, los cuervos ya pierden interés, pero a medida que avanza la primavera y llega el verano, ponen el foco en otras fuentes de alimentación en huertas y frutales.
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