Beesley resucitado

podría decirse que el nombre más famoso en la fabricación de armas deportivas es James Purdey y, por extensión, el arma deportiva más famosa es la mejor escopeta Purdey. Esa pistola, en su forma actual, es un eyector de bloqueo lateral, de apertura automática y armado por resorte.

Los clientes han estado saliendo de Audley House con sus nuevas cerraduras laterales Purdey desde 1880 y, aparte de algunas modificaciones menores, en particular un par de revisiones del sistema de expulsión utilizado con él, a lo largo de los años, el mecanismo es el mismo ahora que antes. entonces.

Lo incómodo es que el arma no fue inventada por Purdey, sino por uno de sus ex empleados; un almacenista llamado Frederick Beesley, a quien se le ocurrió la idea en 1879 y se la vendió a su antiguo jefe, que buscaba el arma "sin martillo" ideal para llevar a Purdey al nuevo siglo.

Purdey hizo de esa arma la mejor del mundo. Mecánicamente, fue innovador y brillante. Tiene muchas piezas móviles interconectadas y requiere una precisión extrema para que funcione sin problemas; pero cuando está fabricado a la perfección y con los mejores materiales, funciona como un reloj suizo.

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Uno de los primeros Purdey construido sobre la patente de Beesley con una rara palanca lateral.

El invento de Beesley no es barato de fabricar, por lo que otros fabricantes rara vez lo copian para usarlo en armas menos costosas. Sin embargo, es maravilloso cuando se hace bien y durará tres vidas de uso intenso sin desgastarse, si se le da un mantenimiento razonable.

Los beneficios prácticos de la patente de Beesley son que la pistola se "abre automáticamente", utilizando la presión de los resortes principales, y que los resortes permanecen en reposo hasta que se cierra la pistola ensamblada. Permite la apertura con una sola mano; y el resultado es una carga más rápida. Toda la cerradura está encerrada en una cerradura lateral de barra muy cuidada, que está equipada hasta las vallas y se ha convertido en la encarnación de la mejor arma de Londres durante ciento cuarenta años.

Si bien Purdey hizo una fortuna con el invento, le proporcionó a Beesley los medios para desarrollar un negocio por derecho propio. Se había mudado la corta distancia desde South Audley Street hasta el número 22 de Queen Street, junto a Edgware Road, para establecerse. Desde allí, escribió a James Purdey para ofrecerle su nuevo invento.

Purdey acordó pagar 20 libras esterlinas por adelantado y luego una regalía de cinco chelines por cada una de las primeras doscientas armas construidas con la patente de Beesley. La patente se registró con el número 31 el 3 de enero de 1880. Se proporcionó una opción para permitir a Purdey comprar todos los derechos sin pagos adicionales de regalías, si pagaba otras £ 35 dentro de los cuatro meses posteriores al acuerdo. Así lo hizo y, en noviembre de 1880, Purdey había adquirido los derechos exclusivos.

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Federico Beesley

Si ve un triángulo con 'JP' y '31' estampados en su interior, en la barra de una pistola, es una referencia a esta patente, cuyos derechos Purdey mantuvo durante catorce años; es decir, si alguien más quería construir un arma con esta acción, tenía que pagarle la regalía a Purdey.

Beesley era un chico de clase trabajadora que hizo su fortuna de una manera sólida y victoriana. Nacido en la zona rural de Oxfordshire y aprendiz de Moore & Gray en Old Bond Street a la edad de quince años, trabajó para Purdey desde 1869 hasta 1878. Las 55 libras que obtuvo por la patente 31 habrían sido un impulso útil para el flujo de caja de una empresa. trabajador que intenta establecerse como propietario por derecho propio.

Para contextualizar la suma pagada, el precio que Purdey cobraba entonces por la mejor arma sin martillo era £64, por lo que Beesley renunció a los derechos de, posiblemente, la mejor escopeta de acción jamás diseñada por menos del precio de una venta minorista, aunque la ganancia El costo excesivo de producción probablemente estuvo más cerca de £ 20 por arma.

Se mire como se mire, £ 55 en 1880 todavía era una cantidad considerable para un trabajador, y la mayoría de los fabricantes de armas de Purdey en ese momento ganaban alrededor de dos o tres libras por semana. Con esa suma podría comprar dos caballos o pagarle a un comerciante calificado 166 días de trabajo. Se podía alquilar una casa decente en Walthamstow por unos 15 chelines a la semana. Un empleado de banco que ganara 100 libras al año podría apenas amueblar una casa pequeña y criar una familia.

Cuando vendió su patente a Purdey, Beesley y su familia vivían en un alojamiento compartido en Queen Street, Edgware Road. En aquella época ciertamente no era un hombre rico.

Beesley era ganadero de profesión, pero sus habilidades iban mucho más allá de las de un solo oficio. Hombre de notable ingenio, llegó a ser conocido como el "inventor del comercio de Londres". Creo que el término fue originado por GT Teasdale-Buckell, editor de Land & Water y autor de Experts on Guns & Shooting.

Así como William Baker y WP Jones inventaron muchos de los mecanismos ampliamente adoptados por los fabricantes de armas de Birmingham, Beesley patentó partituras que se convirtieron en acciones distintivas, o componentes esenciales, de las armas de otros fabricantes; siendo el cierre lateral de Purdey el más famoso.

Trabajando por cuenta propia, Beesley declaró con orgullo en el escaparate de su tienda: "Beesley, inventor y patentador de la pistola sin martillo de Purdey". Su negocio prosperó durante su primer medio siglo y seguía funcionando tras la muerte del fundador, en 1928, a la edad de ochenta y dos años.

Durante su larga vida, Beesley continuó inventando mecanismos para armas deportivas, en particular, exitosas armas de acción corporal con acción de apertura automática, patentadas en 1884, y que generalmente se ven en las armas fabricadas por Charles Lancaster, también con mecanismo de expulsión de la superposición. tipo central, que ha sido ampliamente copiado, y un exitoso mecanismo de gatillo único, patentado en 1895, que mejoró en patentes posteriores.

Fue uno de los primeros diseñadores de armas superpuestas y inferiores británicas, ofreciendo un modelo llamado 'Shotover', patentado en 1913, e incorporando un bloqueo colocado al revés para permitir el golpe directo del percutor en el cañón 'inferior'. El primer 'Shotover' se vendió a un estadounidense en 1920. Beesley también fabricó ejemplos del 'Shotover' para otras empresas, en particular Gale & Son y Stephen Grant.

Desde 1927 hasta 1939, la empresa de fabricación de armas de Beesley fue administrada por el hijo de Frederick, Herbert Phillip Beesley, que últimamente operaba desde el número 2 de St. James's Street. Mostraron la Royal Warrant en ambos mandatos, por servicios al Príncipe de Gales, más tarde el Rey Eduardo. VIII y, para entonces, claramente había prosperado. Tras su muerte en 1928, Frederick Beesley dejó un patrimonio personal que ascendía a poco más de dieciséis mil libras; un millón de libras en dinero de hoy.

Las décadas de 1920 y 1930 fueron tiempos difíciles para los fabricantes de armas británicos, y Beesley no fue una excepción. La producción de armas terminó en 1937 y, en 1939, HR Beesley se jubiló y la empresa fue absorbida por Stephen Grant & Joseph Lang Ltd por una suma nominal de 250 libras esterlinas (alrededor de 16.000 libras esterlinas en la actualidad). Tenía este destino en común con otros fabricantes de armas, como Charles Hellis, Henry Atkin, Charles Lancaster y Watson Bros. La empresa, de hecho, había desaparecido, después de operar durante poco más de sesenta años.

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En 1987, Fred Buller, el propietario de Chubbs of Edgware, compró los derechos para comercializar como Frederick Beesley y se reanudó la producción limitada. En 1986, la empresa pasó a denominarse "Frederick Beesley Gunmakers" y se trasladó a Buckinghamshire, donde se produjeron pequeñas cantidades de armas de fabricación inglesa durante los siguientes treinta años. En 2014, Tom y Gary Ward, fundadores de London Gun Services, compraron la empresa y se trasladaron a las instalaciones de Londres, en 498 King's Road.

Junto al nombre, la venta incluyó el libro de pedidos, las cédulas reales y varias cajas de recuerdos, certificados, patentes, papeles y objetos relacionados con la historia de la firma.

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