Asistencia de apertura

Asistencia de apertura
Cómo algunas acciones facilitan su apertura.

Hoy en día todos damos por sentado que abrir y cerrar una escopeta es una operación rápida, fácil y sin esfuerzo, que en realidad no requiere mucha reflexión. Sin embargo, este proceso básico, aunque vital, es la esencia de un arma de retrocarga y para llegar a donde estamos hoy se requirieron varios pasos.

Operación manual
Los primeros cargadores de retrocarga requerían que el usuario accionara la palanca y luego abriera el arma. Al cerrarlo, el usuario tenía que juntar los cañones y la acción manualmente y luego bloquearlos moviendo la palanca. En el caso de acciones de deslizar y soltar, como el Charles Lancaster, implicó un proceso de bloqueo de dos etapas; primero levantando los cañones hasta la horizontal, luego tirando de ellos hacia atrás en la leva, hasta que se traben en la cara de la recámara.

Amartillar y abrir la palanca
Algunas acciones sin martillo, como las primeras pistolas MacNaughton 'Edimburgo', usaban la palanca para amartillar las cerraduras primero y luego retirar el cerrojo para abrir la pistola.

Armado del cañón
En 1875, las armas sin martillo, como la caja de Anson & Deeley, utilizaban la caída del cañón para armar las cerraduras, y la palanca solo se empleaba para retraer el sistema de cerrojo. Este, esencialmente, es el método más común empleado por los fabricantes de armas hoy en día para la placa del gatillo, el bloqueo lateral y el bloqueo de caja lado a lado y para armas superiores e inferiores.

Sistemas de apertura asistida
Depender del peso de los cañones para caer sobre el pasador de la bisagra y amartillar las cerraduras, así como para abrir el arma para retirar los casquillos gastados o activar los eyectores, no es muy dinámico. Si se encuentra alguna resistencia, tal vez una acción caliente que se atasca ligeramente o los percutores se pegan en los cebadores, es necesario empujar los cañones hacia abajo para iniciar el proceso de apertura. Requiere dos manos en el arma.

Los fabricantes de armas vieron los beneficios de utilizar algún tipo de mecanismo para presionar los cañones y forzarlos a abandonar la acción en la recámara, abriendo así el arma con un fuerte empujón.

Algunas funciones de apertura asistida o de "apertura fácil", como el bloqueo lateral estándar de Boss, con sus eyectores de resorte helicoidal, se benefician de la presión incidental de los resortes eyectores que presionan los extractores contra la cara de la recámara, cuando el arma no ha sido despedido. Sin embargo, una vez disparado, esto ya no funciona. Un mecanismo de apertura asistida abre el arma cuando no se ha disparado. Boss desarrolló un abridor automático adecuado a mediados de la década de 1930, pero los abridores automáticos más conocidos de Londres surgieron de los dos principales rivales de Boss.

Sistemas de apertura automática
Holland & Holland (patente de Henry Holland & William Mansfield) de 1922 ha resistido la prueba del tiempo. Hasta entonces, el Holland & Holland 'Royal' era una cerradura lateral de acción de barra convencional, amartillada por la caída de los cañones y el cerrojo se cerraba de golpe cuando los cañones volvían a la posición cerrada.

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El sistema Holland & Holland resultó muy popular entre otros fabricantes de armas, como William & Son.

La patente de 1922 colocó un sistema de émbolo accionado por resorte helicoidal debajo de la parte delantera, que se comprime cuando se cierra la pistola y separa los cañones y la acción cuando se suelta el cerrojo mediante la operación de la palanca. El resorte ayuda a la apertura del arma, disparada o no. Son suaves y eficaces, pero no funcionan con el vigor de algunos abridores automáticos.

La patente de Beesley, utilizada por Purdey desde 1880, es ciertamente vigorosa. Utiliza la energía del resorte real para empujar las varillas, que se proyectan a través de la barra de acción y terminan en extremidades con extremos planos, que presionan las partes planas del cañón. Tan pronto como la palanca suelta los cerrojos, la tensión fuerza el arma a abrirse con tanta eficacia que se puede operar con una mano con total confianza, dejando que la otra mano alcance los cartuchos, incluso cuando el arma está expulsando los proyectiles gastados.


¿Ofrecen alguna ventaja?
A finales del siglo XIX y principios del XX, la carrera por los fabricantes de armas consistía en hacerlo todo más rápido. Sus principales clientes cazaban enormes jornadas de faisanes y perdices. El nombre del juego era Record Bags.

Todos los estados querían poder presumir de haber disparado más que sus vecinos. La velocidad y la precisión eran primordiales y cualquier pequeña ventaja ofrecía al deportista la oportunidad de disparar a más pájaros que sus rivales y amigos en la línea. Los clientes querían esto, por lo que los fabricantes de armas accedieron y, por lo tanto, vendieron más armas nuevas.

Se desarrollaron sistemas de apertura más rápidos junto con otras mejoras (o complicaciones) diseñadas para agilizar los disparos. Los mismos deseos motivaron el desarrollo de disparadores individuales y eyectores.

Hoy en día, pocos de nosotros nos paramos sobre un palo con la única intención de matar a todos los pájaros que tenemos delante lo más rápido posible. De hecho, si lo hicieras, muchos rodajes te considerarían falto de selectividad y compostura o, tal vez, simplemente codicioso.

El número de tiros por minuto que un deportista competente puede realizar ya no es el único imperativo, pero hay que reconocer que cuando los urogallos se lanzan en oleadas más allá de tu trasero o una gran oleada de faisanes se dirige hacia ti, es muy frustrante no para poder recargar sin problemas y rápidamente.
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stos kickers que emergen a través de los pisos de la barra fuerzan la apertura del Purdey.

Debo decir que un abridor automático Purdey configurado correctamente y usado correctamente (recuerde que debe ejercer cierta presión al cerrar el arma, ya que al hacerlo estará poniendo los resortes nuevamente bajo tensión) es un placer manejarlo, nada le permite Sigan disparando rápido como este.

Los abridores asistidos que funcionan sólo cuando el arma no está disparada no tienen ningún mérito práctico. Los abridores automáticos promueven una recarga suave. Sin embargo, los beneficios de tiempo son mínimos en términos reales: quizás dos disparos más por minuto. Quizás ni siquiera eso.

Lo que tienes que afrontar es más complicación. Los abridores asistidos y los abridores automáticos tienen más componentes mecánicos que interactúan y, por lo tanto, más funciones que pueden fallar.

Al comprar un arma antigua, considere las ventajas en rendimiento y refinamiento, pero también la confiabilidad y el servicio que pueden convertirse en problemas con un arma centenaria y bien usada durante su propiedad.



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El abridor automático Atkin es una modificación del diseño de Purdey/Beesley.