otra vez los lobos

Atribuyen al lobo la muerte de tres ovejas a pie de playa, en Cueva



El ganadero contabiliza otros cinco animales heridos, dos muy graves






El lobo se acerca cada vez más a las explotaciones de la rasa costera. Al menos de ser cierta la hipótesis del ganadero valdesano Gil Rodríguez, que culpa al lobo de la muerte de tres de sus ovejas. El incidente, registrado en la noche del jueves al viernes, también afectó a otros cinco animales, dos de ellos a punto de morir. La singularidad de este ataque es la proximidad a la costa, ya que las ovejas se ubicaban en una finca junto a la playa valdesana de Cueva.


El rebaño donde se registró el ataque estaba integrado por 114 ovejas. La finca dispone de un cierre de tela metálica en parte de su perímetro y en la restante de un cierre con un pastor eléctrico. Gil Rodríguez desconoce por dónde pudo acceder el animal, pero no duda que el lobo sea el culpable. Además asegura que hace menos de quince días un vecino de Caroyas sufrió otro ataque parecido.


La mayor parte de las ovejas atacadas estaban embarazadas -de hecho apareció uno de los fetos suelto por la finca- y el ganadero cifra las pérdidas en alrededor de 1.000 euros. Tres amanecieron muertas y dos más están a punto de morir, según relata Rodríguez, que ayer por la tarde esperaba a los agentes del Seprona para que supervisasen la finca. Las otras tres ovejas víctimas del ataque tienen heridas de menor consideración y el ganadero espera que puedan recuperarse.


El ganadero ha presentado toda la documentación ante el seguro y los responsables de la administración, pero, más que el cobro de la indemnización por la pérdida de los animales, lo que preocupa es que el lobo pueda regresar y las pérdidas lleguen a ser muy superiores: «Este vuelve seguro, comió un día y volverá».


Rodríguez no es el titular de la explotación, sino su mujer Ana Carbajales. Juntos gestionan una cabaña de 322 ovejas distribuidas en tres fincas y es el sustento familiar desde hace casi dos décadas.


En las últimas semanas los ataques a explotaciones ganaderas de la comarca se suceden. Uno de los últimos se registró el fin de semana en Cornellana, donde se atribuye a los cánidos la muerte de cuatro ovejas. El suceso se registró en una finca del pueblo de Sobrerriba y bajo la luz de una farola pública.


Estos sucesivos ataques a lo largo y ancho de Asturias producen el constante enfrentamiento entre quienes piden medidas contundentes para frenar el avance del lobo y quienes defienden la especie y temen que las batidas y medidas agresivas afecten al futuro del lobo.




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AUTOR T. CASCUDO