Reserva de Caza de Cíjara - Junta de Extremadura.

Hola amigos!

Aunque ya en el hilo de Crónicas de Monterías pregunté al respecto (doy las gracias por las aportaciones de Jarillo, Calera, Gonzo...) os comento que tras haberme sido adjudicado un permiso de montería mixta en los terrenos públicos gestionados por la Junta de Extremadura (por fin, tras muchos años intentándolo), elegí la Reserva de Caza de Cíjara por varias razones, una de ellas es que no conozco la reserva por dentro (sólo he monteado en fincas privadas limítrofes), existe la posibilidad de abatir gamos (nunca he abatido ninguno), hay en principio gran cantidad de reses (siempre valoro el lance por encima del trofeo, aunque os cueste creerlo) y por las fechas era la que mejor me cuadraba en principio.

Pues bien, tratando de ahondar un poco más en internet sobre historia, pasado, presente y futuro de esta Reserva de Caza de Cíjara (porque para mi la montería ya ha empezado...) veo que tal información cuesta sacarla y es por ello que recurro a vosotros. Cuesta porque en la web [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] no se cuelgan datos estadísticos como número de monterías dadas en cada zona de caza, reses abatidas, etc...

Me gustaría saber si podéis indicarme cuántas manchas de caza existen actualmente en el interior de la Reserva, si se montean todas anualmente o se reservan unos años unas y otros años otras, el "nombre" de las mismas me será de gran ayuda, así como si tenéis algún lance digno de mencionar en la citada reserva encantado estaré de leerlo.

Un saludo y feliz fin de verano.

Mohicano

Mohicano escribió:

...así como si tenéis algún lance digno de mencionar en la citada reserva encantado estaré de leerlo.

Pues mira, creo que sí.

Recuerdo que era el día de Navidad del año 74 o 75, que salí con mi padre después de la sobremesa de tan señalado día para montear los tres días posteriores. El viernes en El Cijara  (que es como entonces llamaba todo el mundo a la Reserva de Cíjara), en ganchos (2 o 3 el mismo día), y el fin de semana seguramente algunas manchas de Agudo o Almadén.

Tal como te ocurre a ti, para mí también comenzó la montería bastante antes del día de su celebración, y estaba deseando que se diera por terminado el familiar almuerzo para salir zumbando en busca de las curvas que llevaban a Villarta de los Montes. Lo que no tardó demasiado, por no salir tarde y evitar en lo posible el viaje de noche.

Mi padre tenía por costumbre rezar un Padrenuestro al salir de viaje una vez pasado el límite de población yendo al Sur, y pasado el cementerio si la dirección era Norte. Acto continuo y no antes encendía la radio del coche.

Aquel día, por ser el que era, lo que sonaba en la radio era un cuento de Navidad que duró lo que el viaje. No sé si porque a mi padre le estaba gustando la historia o por deferencia a mí, a la sazón 9 o 10 años, dejó puesto el cuento que nos llevó casi sin hablar palabra hasta pasadas las curvas de El Zumajo, ya con el sol puesto.

En pleno zigzag de la carretera y en momento cuenteril de máxima atención, sorpresivamente, el pesado automóvil comenzó a dar unos bandazos que me sacaron a empujones de mi tranquilidad. Giré la cabeza y vi a mi padre intentando dominar el volante, yo diría que sin conseguirlo, pues a mí me parecía que en lugar de coche íbamos montados en un tiovivo.

Todo sucedió muy rápido; hasta que el coche quedó atravesado en la estrechísima carretera culo al barranco y muy muy cerca de habernos despeñado de manera fatal.  

Seguía sonando el cuento con el coche calado en medio de la carretera. Digo yo que con la cara blanca, mi padre puso de nuevo el coche en marcha y, muy despacito, continuamos camino de Villarta con algún que otro patinazo de por medio que me hacía asir con fuerza la manilla de la puerta.

Al llegar al pueblo fuimos directamente a la casa donde nos alojábamos algunos, me mandaron a la fuente de la plaza a llenar el jarro de agua para el lavabo, y acto seguido nos fuimos al bar donde había quedado fijada la reunión. El que más y el que menos había también sufrido un percance similar con el hielo y fue la comidilla de todo el mundo. Salirse de la carretera de Villarta no era ninguna broma.

Finalizada la cena alguien me llevó a la cama porque no eran horas para mí. Esas camas de forja con colchón de lana que más que acostarse se hundía uno; y así, hundido, me quedé dormido como un cachorro hasta que me despertaron por la mañana.
De desayunar me dieron otro paseo a la fuente para llenarle el jarro de agua para el lavabo de mi tío Bernardo; una gracia. Cuando llegué la encontré completamente congelada y con tal recado me di la vuelta, que no sirvió de nada porque me mandaron de vuelta con mi recado y un cuchillo de monte enfundado para que rompiera el hielo con el pomo. Cumplido el mandado, esta vez sí, fuimos a desayunar al bar, camino del cual nos encontramos con la “agradable” sorpresa de que algún gracioso había estrellado unos cuantos huevos en el cristal trasero del coche, y la tremenda helada había cuajado una magnífica tortilla. Así que con un poco de agua templada y una espumadera también me toco quitar aquella guarrada del coche.

Y salta mi memoria ya a la mancha y al puesto, del que sólo puedo decir que se trataba de una monda abajo y un americano gordo y con sombrero de ala ancha por encima. Y recuerdo el puesto porque vimos una piara de cochinos (no se podían tirar reses) que no tiramos porque llevaban viaje franco a otro puesto; así que en esa contemplación estábamos cuando el americano se arranca con los guarros y recuerdo que fue la primera vez que tuvimos que guarecernos de las balas de un fulano. Tres, cuatro o cinco tiros mientras mi padre a lo que le alcanzaban los pulmones y el sombrero lo ponía a caldo.

En la juntilla entre gancho y gancho hubo enganche. Pero aquel hombre parecía más asustado de lo que habíamos estado nosotros y con el poco español que me parece a mí que hablaba, lo dejaron tranquilo.

En el último gancho, en que mi padre cobró un cochino, yendo por el camino andando de vuelta, una bala perdida también nos dio un cercano silbido, como de despedida. Y creo que a partir de ahí mi padre se destetó de los ganchos del Cijara, porque decía que aquello no es lo que era, a pesar de que no era cosa de mucha ni mala gente.

Años después he monteado más veces en el Cijara sin cosa digna de mención, salvo en una ocasión que situado en el último puesto de una de esas grandes rayas cortafuegos que se hicieron, esperaba de pie y atento la suelta; venían los perros (más de 300 serían) desde los camiones a alinearse a la monda, unos 250 metros de pinar sin monte bajo.

Fueron asomando perros y perreros a la raya, se pusieron a la mano y comenzaron a cazar, de tal forma que en la práctica me dejaron de retranca. Con un cabreo regularcillo me senté en el terrero que hace la máquina, me tercié el exprés en la piernas, saqué y pitillo y justo cuando le arrimo el mechero arropado por la mano, con el rabillo del ojo veo uno de los cochinos más grandes y más fáciles de matar que me hayan entrado en toda mi vida. ¡Pero un cochino!

Y entre que tiro el mechero, escupo el cigarro, agarro el rifle y me levanto para encararme, el cochino mete -un poco, tampoco mucho- los riñones y allí me hizo quedar sumido en el más espantoso ridículo.

Salió del pinar sin monte por el que acababan de pasar 300 perros, o sea.

Y ya no me acuerdo de más cosas, y mucho menos de nombres de manchas; cosa a la que no he prestado nunca demasiada atención.  

Suerte en El Cijara.

jajajajajaja ¡peazo de historia!

Lo del colchón de lana en el invierno e ir al cántaro a por el agua me ha evocado muy gratos recuerdos   

Buenos dias comentarte que ya a estas alturas Cijara no es lo que era antes como sabras tiene una superficie de 25000 hectarias y normalmente se caza por temporada un tercio o quizas menos cuando yo la visitaba se daban sobre unas 12 monterias y 5 batidas sobre finales de los 90 y algunos nombres de manchas recuerdo asi como a toda la guarderia profesionales como nadie en su trabajo,Manchas,Solana y Umbria de Quinteria,Majada Vieja,Sotillo y la Chorcha,Los aguaderos,La Cuña y los Barrancones,Solana y Umbria de Valdemoros,El Robledillo,Umbria de Estena,El Carrasco.espero que te sirva de ayuda y buena suerte.

Arcabucero, siempre un placer leerle.   

Beltenebros escribió:

Años después he monteado más veces en el Cijara sin cosa digna de mención, salvo en una ocasión que situado en el último puesto de una de esas grandes rayas cortafuegos que se hicieron, esperaba de pie y atento la suelta; venían los perros (más de 300 serían) desde los camiones a alinearse a la monda, unos 250 metros de pinar sin monte bajo.

Fueron asomando perros y perreros a la raya, se pusieron a la mano y comenzaron a cazar, de tal forma que en la práctica me dejaron de retranca. Con un cabreo regularcillo me senté en el terrero que hace la máquina, me tercié el exprés en la piernas, saqué y pitillo y justo cuando le arrimo el mechero arropado por la mano, con el rabillo del ojo veo uno de los cochinos más grandes y más fáciles de matar que me hayan entrado en toda mi vida. ¡Pero un cochino!

Y entre que tiro el mechero, escupo el cigarro, agarro el rifle y me levanto para encararme, el cochino mete -un poco, tampoco mucho- los riñones y allí me hizo quedar sumido en el más espantoso ridículo.

Salió del pinar sin monte por el que acababan de pasar 300 perros, o sea.

Y ya no me acuerdo de más cosas, y mucho menos de nombres de manchas; cosa a la que no he prestado nunca demasiada atención.  
 
Suerte en El Cijara.

  A cuantos les ha pasado algo por el estilo.   

Un hombre, ya mayor, me contó que le tocó un puesto monté arriba y cono no podía subir a pié dijo que subía con la camioneta o como decía el (y los portugueses) "la carriña".
Tras algunos comentarios en contra allí va el hombre monte arriba y cuando llega al puesto se sube atrás. Bueno pues en una de estás viene un guarro despistado corriendo y choca contra la rueda del atrás que está a la espalda del hombre. Cuando da en reaccionar guarro y hombre, el guarro sale medio mareado como alma que lleva el diablo y el hombre le suelta los 3 puros  ... y ni lo roza.  
 Entonces el hombre se coge tal cabreo   que, recoge las vainas, enfunda el rifle y   SE HECHA LA SIESTA!!  maldiciendo  al bicho, su suerte y mala puntería.  

jjjj muy bueno oscar muy bueno, yo de momento no me paso nada parecido y espero no pase nunca

Hilarante y estremecedora historia, Óscar, y relatada de manera original y formidable, con giros que le ponen a uno la imagen de lo sucedido en la mente de forma rápida. Mohicano, todo un lujo que el maestro Beltenebros te haya contestado así.

Ya se que no te gusta que te llamen Maestro, pero después de haberte oído ésta historia, no me queda más que decirte que además de eso, eres un fenómeno, don Usted. Sigue siendo un placer escucharte. Mil abrazos   

Uffffffffffffffff , Sr Beltenebros menos mal que lo lei antes de que selo cargara " sin querer".
El relato muy bueno.
Mas de una vez me ha pasado lo del pitillo, pero en caza menor.
Con razon dicen que fumar es malo.
Seguro que a Mohicano le son de ayuda sus comentarios.

Saludos.

Antonio

Beltenebros, darte las gracias por semejante escrito en el día de ayer el cual atesora una calidad literaria a la altura de no muchos libros de temática cinegética que reposan en mi biblioteca y a los que tengo en gran consideración. Yo lo leí ya ayer por la noche, así que aunque desaparecido accidentalmente, yo pude deleitarme con tus palabras (tenía pensado contestarte hoy) y te doy las gracias por ello, esperando que pueda recuperarse el mismo por parte de los administradores para deleite del resto de foreros.

El tema de saber el nombre de las manchas es en parte curiosidad y en parte conocer más la zona y su historia, ya que me gusta trastear con la aplicación informática del Visor SIGPAC (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente) y en los planos topográficos curiosear como se llama tal cerro, donde está la casa de la finca, por donde van las lindes...curiosidades que a mi al menos me hacen paladear mis salidas al campo (sin ir más lejos el otro día me enteré que el cerro sobre el que cada año espero a las palomas en Media Veda -y ya van unos cuantos años- se llama "Cerro de la Barca" y ya ando preguntándome y preguntando el por qué). No busco el nombre y con ello información de resultados de tal o cual mancha, no es mi objetivo aunque ya comenté que vivir varios lances en un puesto de montería atrapa y es por eso que elegí Cíjara para sentir tronchar jaras desde inicio hasta el fin, aunque sean ciervas, que yo no tiro. Con esto no quiero decir que en muchas ocasiones la escasez de piezas no sólo emborrache al protagonista del lance sino a los amigos, pero ya que puedo elegir elijo.

Gracias así mismo a DamaDama por tus aportaciones, vislumbro que compartir tertulia montera contigo debe ser un buen ejercicio para escuchar y aprender de monte y de la zona de Cíjara por el buen conocimiento que tienes de aquella zona.

Saludos,

Mohicano

He recuperado parte y rehecho el resto.

Toqué donde no era porque de pronto me acordé de que podía contar otra tontería. Otro día aciago en El Cijara, recién estrenadita mi mayoría de edad (lo sé por un detalle), donde por única vez que yo recuerde, fui incapaz de tirar un bicho andando delante de mí, y no porque no quisiera, que eso sí lo he hecho a menudo, si no por pura imposibilidad. Hacía tal frío de aguanieve, que ni sacar las manos de los sobacos pude; el rifle se quedó apoyado en una jara, y el cochino se fue tal como vino. Que lo vi yo entre la visera del sombrero y el cuello levantado del abrigo. De esos fríos que ya no se fabrican por aquí.

Oscar que grato volver a leerte; vaya relato bonito, me ha encantado; me ha transportado a otros tiempos...
Ya quisieran algunos de los que se dedican a escribir libros de caza, tener el estilo narrativo y la calidad literaria de este pequeño apunte...
Un abrazo.

buen relato Beltenebros, me parece un lujo leerte, gracias!

por cierto mohicano, a mi también me tocó una y también cogí la reserva de cíjara
yo voy el día 21 de diciembre, tu en que fecha??
si no coincidimos ya iremos hablando a ver que tal se da el tema

Impresionante relato

Coincidiremos Pelu, ¡es el mismo día!

Aún no he recibido por correo postal la tarjeta del permiso y el lugar de la junta de montería, ¿Herrera del Duque, Helechosa de los Montes, Fuenlabrada de los Montes,...?. He estado leyendo estos días relatos y artículos sobre el pasado de la Reserva y sus devenires, hay un artículo muy bueno en una web que habla de la citada Reserva de Caza de Cíjara donde explica las épocas de bonanza y decrecimiento de la misma y las causas asociadas, os puedo pasar el link por privado a los interesados a no ser que me den permiso para publicarlo en este hilo. Según esta fuente, los primeros años tuvieron gran auge y aceptación las cacerías que allí se daban debido principalmente a que las grandes superficies de terreno, que fueron desbrozadas para plantar pinos, proporcionaron grandes cantidades de pasto para el cervuno y el consiguiente aumento exponencial del nº de reses y la calidad de sus trofeos. Así mismo, en los años 60 el furtivismo era muy perseguido, por lo que comida-tranquilidad-refugio dieron sus frutos. Posteriormente, pasada una década los pinos crecieron y ya os podéis imaginar el resultado, al proyectarse más sombra menos pasto en el sotobosque y menos alimento.

Puesto que la cacería es en Domingo y me acompaña mi padre al puesto, aprovecharemos y veré qué montería nos encaja mejor el sábado por la zona de Cáceres, Badajoz o en los alrededores de la Reserva. Ya por la noche haremos pernocta en las proximidades de la junta del día siguiente.

Un saludo.

alguno ha ido, o sabe los resultados/crónica de la montería del cíjara de la junta de Extremadura que se celebró el domingo dia 19 de octubre 2014?

Contaré parte de mi acontencer en la montería, ya que fui agraciado con un permiso en categoría nacional. Por fin, tras muchos años intentándolo la suerte estuvo de mi lado.

El día se presentó inmejorable para el monteo, con una densa niebla que levantó pronto. Ya en la junta mi padre y yo saludamos a "Pelu" y su compañero, resultando lo que me esperaba, gente estupenda. Así mismo, en la junta vi muchas caras conocidas del panorama montero extremeño, en el que me muevo los últimos años, lo que me hizo entablar conversación con varios de los asistentes. A unas migas mañaneras y un café caliente le siguió el sorteo a las 10:00 h. Previamente pidieron el DNI del acompañante y a los titulares “Carta enviada por la Junta”, Licencia de Extremadura, Carnet del Cazador y Seguro obligatorio de caza. Me nombraron de los primeros, tocándome en suertes el Nº 6 de uno los cierres. Sólo 8 de los 40 puestos fueron de traviesa, lo que hizo marotearse a las reses sin dar cara a los cierres. Mi puesto estaba situado en una pista, con monte de pino, lentisco y carrasca entre otros, desbrozado por delante y con una ladera en frente donde el postor me indicó una y otra vez que no podía disparar, que dejará a las reses desbarrarse hasta mi puesto, o cumplir al puesto de al lado, cosa que le indiqué que no se preocupara. La ubicación de mi puesto no me gustó demasiado, pues si bien la distancia con el Nº 5 era enorme, uno que ya tiene el ojo hecho a esto entiende por donde puede escurrirse un guarro y yo al menos lo hubiese ubicado 50 metros antes. Como relataré más adelante, no me equivoqué.

Me temía una suelta de perros encima del puesto, pero el organizador con un buen saber planeó soltar las rehalas detrás de mi cierre, unos cuantos cientos de metros detrás y remetiendo unas hectáreas de monte antes de introducirse en la mancha cosa que es de agradecer el no ver los furgones al lado de tu puesto o la suelta misma encima de tu morral aunque en aquellos casos a veces se cobren  jabalíes fenomenales que se cuelan entre los mismos camiones de los perros si hace falta. Ya antes de entrar en la mancha los perros dieron con las primeras reses y aunque pudieron darse las primeras oportunidades, entrando reses de fuera hacia dentro de la mancha, éstas debieron percatarse volviéndose a la mano, más cuando cargábamos aire hacia fuera y con el ruido de montar el cierre. Desde mi puesto pude ver trabajar a 3 de las 15 recovas que ese día se soltaron, que sacaban caza una y otra vez. Terminaron llegándome varios punteros detrás de 3 o 4 lances diferentes con ciervas a las que dejé pasar sin levantar el rifle, un vareto al rato que casi me pisa…y que me hizo concebir esperanzas . Tiros muy repartidos y espaciados por todas las armadas, el puesto Nº5 abatió una cochina mediada la cacería. Finalizada la ida de la mano, que duraría hora y media, los perros aguantaron mucho tiempo parados para iniciar la vuelta, cosa que provocó un parón en la montería que no entendí muy bien pues se prolongó demasiado.  Este momento fue aprovechado por un guarro rubiales, pero de buen tamaño, que le dio por cruzarse, zorreado y con ese trote de “la cosa no va conmigo”, entre el puesto de al lado y el que yo ocupaba.  Curioso pues salió de donde momento antes había pasado la rehala, quizá el desconcierto con las ciervas le hizo pasar desapercibido. Aunque me tomó la vez, pues de casualidad le vi en aquel momento al mirar a ese lado, a esa distancia (100 metros) podría haberle echado un tiro, tiempo hubo, pero estaba en una especie de viso con el puesto contiguo, que aunque situado en el fondo de una hondonada (que la fotografía –marco la trayectoria en rojo del guarro- no os puede enseñar) y no existía problema alguno, decidí no tirarlo ante la dificultad de enterrar la bala. Por ahí andará el gorrino criando más amoladera para el próximo montero que tenga la suerte de dar con él. Por fin se inició la vuelta de las rehalas, y de nuevo por arte de magia aparece un venaducho de pocas puntejas que ya si entró en el sitio donde yo hubiera marcado imaginariamente el puesto, los “50 metros antes” mencionados, en la hondonadilla querenciosa que me gustaba a mí.  Aún así, dudé si tirarlo o no. Me dejaréis poner como excusa  que ese día quise probar la nueva joya armera de mi familia y que por eso el venado se fue. ¿Mis excusas? Que si el encare, que si era chico y las dudas, que se fue a criar vaya. El resultado de la montería, 18 jabalíes, 10 ciervos más ciervas. Una buena organización, aunque hubo puestos que no dispararon, pero así es la caza en abierto. De colofón unas judías muy bien guisadas y una recogida de reses eficaz  y rápida. Un funcionamiento muy eficiente del veterinario extendiendo las guías de circulación con rapidez y un trabajo excelente del profesional encargado de la canales, aviando con limpieza y gran oficio a las mismas.

Por último, y perdonadme que me extienda en este punto que considero  importante y fundamental. Desde estas líneas animo (porque creo que hace falta animar sobre todo a estas primeras) a todas las Federaciones de Caza Regionales y Federación Nacional de Caza, y demás asociaciones y representantes de cazadores, sociedades locales de cazadores, organismos de turismo y desarrollo rural y profesionales de la carne, hostelería, periodismo cinegético, etc…cuyos ingresos a veces dependen de la caza, y en definitiva a cualquier medio de reunión de cazadores como puede ser este foro, animo digo a luchar entre todos por la existencia y mantenimiento de los Cotos Sociales, Reservas de Caza Públicas o Zonas de Caza Controlada existentes en la actualidad en el territorio español donde se practica la caza social a precios sociales. Con la montería de este domingo cumplí un pequeño sueño, que era montear en los terrenos públicos de la Junta de Extremadura,  después de 12 años echando la solicitud al final me tocó, pero en otros cotos sociales míticos ya no podré hacerlo, como el afamado de Peñas Negrillas en el T.M. Almuradiel (Ciudad Real), un ejemplo sólido y con estupendas referencias por cualquier montero que haya cazado en él, donde la calidad de sus venados y la exquisita gestión de guardas, ingenieros de montes, veterinarios, celadores demostró una vez más que a precios públicos pueden darse cacerías de gran altura. Peñas Negrillas desapareció y no volverá y es por eso que entre todos, cazadores, lugareños y profesionales de sectores asociados a la caza, deberíamos recuperarlos y presionar en la medida de lo posible, no sólo para que no desaparezcan los que quedan sino para empezar a incrementar la oferta existente.

Saludos a todos!

Beltenebros. Un relato digno de Delibes y de Berenguer. Cordial enhorabuena. Le hago a usted escritor profesional. De otra manera, difícil. Siga, siga.