PROTESTAS DE LOS GANADEROS

La Asociación de Ganaderos afectados por el llobu (Agall) en la comarca del Caudal no está satisfecha con el balance del año que está a punto de finalizar. Los productores de la comarca aseguran que, durante los últimos doce meses, se han registrado más de trescientas cabezas de ganado heridas o muertas en ataques de lobos. Una cifra "idéntica" a la del año pasado y un hecho que, a su juicio, demuestra la "ineficaz actuación" de la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos.

Los ganaderos aseguran que el Principado no informa de los controles ni las batidas que efectúa. También destacan que se ha reservado una partida en los presupuestos "insuficiente" para el pago de daños. Es idéntica a la de este año y, a día de hoy, hay productores que aún no han cobrado las perdidas de la primavera.

Los ganaderos cifra en 300 las reses perdidas este año. Ahora bien, para ser exactos trabajan de momento con las cifras del primer semestre, que ya están cerradas. Las ganaderías de Lena, Mieres, Morcín y Riosa perdieron un total de 194 reses (ovejas, vacas y potros) en 140 ataques, entre enero y junio de 2014. En el mismo periodo del año pasado, se había contabilizado la muerte de 209 cabezas.

El plan de control del lobo no funciona en la comarca. Así lo aseguraban los miembros de Agall en el Caudal, después de estudiar el balance de reses muertas durante los seis primeros meses de este año. Según los registros de la entidad, el número de bajas por ataques de lobo tan sólo se ha reducido en un 7 por ciento en comparación con las muertes registradas durante el mismo periodo del año pasado, a pesar de que la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos había anunciado para 2014 un control más férreo que incluía batidas para terminar con ocho cánidos salvajes en las Cuencas. Las batidas se planearon según un censo poblacional de 2012.

La Asociación de Ganaderos afectados por el llobu asegura que la población en el Caudal "no ha dejado de crecer desde entonces, especialmente en el Llosorio". El monte, que separa Mieres y Morcín, ha sido uno de los más afectados por los ataques este año.