Naturaleza en la Costa Brava
La presencia de un lobo en Mont-ras refuerza el valor natural del macizo de Les Gavarres La muerte por atropello de un ejemplar de esta espectacular especie es una noticia triste pero deja el mensaje de que se debe mejorar la protección de este valioso espacio natural del Baix Empordà
José Luis Gallego
05/03/2018 00:08 | Actualizado a 05/03/2018 09:01
El atropello de un ejemplar adulto de lobo en el municipio ampurdanés de Mont-ras, en pleno centro de la Costa Brava, ha pillado por sorpresa a todos (ver más información en La Vanguardia Natural ). Bueno, a todos excepto a los que seguíamos de cerca los indicios sobre la presencia del carnívoro en el macizo de Les Gavarres y que hemos sentido una gran emoción al conocer el triste acontecimiento.
Porque más allá de la pérdida del valioso ejemplar, el accidente confirma de manera irrefutable la presencia del lobo en la comarca del Baix Empordà y viene a demostrar que esta privilegiada tierra tiene, además de una de las ofertas turísticas más famosas del mundo, una asombrosa naturaleza con una biodiversidad excepcional que debemos conservar.
El hallazgo de esta espectacular especie ratifica lo que muchos venimos exigiendo desde siempre: que se dote de mayor protección a esta joya de nuestra naturaleza para evitar que la especulación urbanística y el desbocado modelo turístico de sol y playa siga dándole zarpazos. Zarpazos como los que desgarraron sus laderas en los años 60, hoy repletas de cicatrices en forma de urbanizaciones.
Tuve la inmensa fortuna de pasar toda mi niñez y buena parte de mi juventud en pleno corazón de Les Gavarres. Vivíamos en una casa pegada al bosque, en el arrabal del pequeño pueblo de Vall-llobrega, entonces un bellísimo municipio ubicado en plena naturaleza.
Hoy sin embargo Vall-llobrega, como tantos otros municipios del macizo, es un lugar machacado por la construcción, convertido en una aburrida y desértica sucesión de urbanizaciones, un punto cardinal de mi memoria al que no puedo acudir sin sentir un gran dolor de corazón.
Me hice naturalista recorriendo aquellos bosques. Emboscado en sus alcornocales y encinares, vivía al aire libre, bebiendo de las fuentes y sesteando bajo los madroños, recorriendo en solitario aquellos agrestes paisajes, entre dólmenes y masías abandonadas. No recuerdo haber sido nunca más feliz.
Con los prismáticos al cuello y el cuaderno de campo en la mochila, subía por los caminos que llevaban a Fitor observando, estudiando y tomando buena nota de todo cuanto me regalaba la naturaleza. Y lo que me regaló fue mucho: buena parte de cuanto ahora soy.
Por eso cuando he conocido por mi amigo Jordi Izquierdo, Cap d’Àrea de los Agents Rurals, la noticias de la muerte de un lobo en Mont-ras he sentido una profunda e intensa emoción. Emoción que he querido compartir de manera inmediata con los lectores de La Vanguardia Natural para no dejar de escapar ni un sentimiento y, sobre todo, para anticiparme al resto de opiniones que, no todas favorables al lobo, van a publicarse en los próximos días.
Porque más allá de cómo se interprete la presencia del carnívoro en el Baix Empordà desde el propio territorio, más allá de saber cómo llegó a Les Gavarres ese lobo italiano, perteneciente a la subespecie Canis lupus italicus y no a la signatus que es la ibérica; más allá de que la palabra lobo haya sido manoseada de manera torticera por los medios de comunicación convirtiéndola en adjetivo calificativo de las peores conductas humanas... Más allá de todo eso y por encima de todo lo demás, lo cierto es que, desde un punto de vista estrictamente medioambiental, la confirmada presencia del lobo en Les Gavarres es una de las mejores noticias que nos podía llegar de nuestra maltratada, esquilmada y olvidada naturaleza.
Es hora de mirar a la naturaleza de Les Gavarres con un mayor respeto. Es hora de apoyar a quienes promueven la conservación de este privilegiado enclave de nuestra geografía. Es hora de poner en valor el patrimonio natural del bosque mediterráneo y de dar apoyo a la explotación tradicional de sus recursos. Actividades milenarias como la extracción del corcho: la industria más sostenible del mundo y el mejor ejemplo de economía circular, el nuevo paradigma de desarrollo al que todos señalan como única vía de futuro para la humanidad.
El lobo de la Costa Brava nos deja un mensaje. Hemos tenido un pasado inmediato de gran crecimiento y desarrollo, pero lo hemos vivido peligrosamente, tanto que casi acabamos con todos nuestros recursos. Pero todavía conservamos una naturaleza privilegiada, y en la medida en la que seamos capaces de cuidarla y protegerla, tendremos futuro.
José Luis Gallego
DIARIO LA VANGUARDIA
La presencia de un lobo en Mont-ras refuerza el valor natural del macizo de Les Gavarres @lavanguardia
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