ANTIGUOS FURTIVOS

Os recomiendo tambien el libro de Jose Luis Villares "El Hormiguina".
Cuando te pones a leerlo te engancha. Es la historia de otro hombre Extremeño, que por circunstancias de la vida y por venganza acaba convirtiendose en furtivo.

deperrillo escribió:

agzuco escribió:

No se si el personaje es de ficcion o existio realmente

macho me as superao con creces con el video.
je jej e j... un saludo amigo.
CIMARRON

cuadrado escribió:

Os recomiendo tambien el libro de Jose Luis Villares "El Hormiguina".
Cuando te pones a leerlo te engancha. Es la historia de otro hombre Extremeño, que por circunstancias de la vida y por venganza acaba convirtiendose en furtivo.

estoy contigo cuadrado. este libro esta basado en hechos reales y el hormiguina es en realidad "EL HORMIGOS" de valencia de alcantara ceceres. este hombre fue contratado por rodriguez de la fuente para pillarle todos los bichos que avia por la sierra y incluso sale en varias pelis de la serie iberica. la ultima vez que lo vi ace ya 10 años y no se si seguira vivo.

CIMARRON

atencion amigo capreulos. TE LO DEDICO.
Soy cazador como soy moreno, como la Sinta es bizca. Bueno o malo, es lo mío y apechugo con ello. Además, ¿qué otra cosa podía ser yo? Se engancha el mulo al carro y tira. Yo soy un mulo contento con su carro, y sé muy bien que, quitando el oficio de médico, que es el que hay que respetar, los demás todos son peores que el mío."

"En el monte sólo viven los flacos, los que andan con el miedo metido por el culo. El ojo confiado no ve, ni la oreja escucha, ni la nariz ventea. Al cazador lo amaña el miedo a volver de vacío que es la muerte, y el miedo a la guardería que es la cárcel. El miedo enseña lo mismo a taparse del guarda en un lentisco de a palmo, que a arrimarse a una cabra subida a las piedras. El miedo enseña a llevar la sombra en los riñones, a ser como una piedra en un limpio y un tronco de chaparro en el chaparral. A eso enseña el miedo, que el hambre enseña a todo lo demás." JUAN LOBON.

mirar que reportaje tengo en la revista trofeo. no es que sea un furtivo pero es uno de los mejores alimañeros actuales para controlar raposos de nuestros cotos.

un afectuoso saludo
CIMARRON


José Ignacio Ñudi
Tan sólo tiene 30 años, pero lleva capturando zorros desde los 15 con demostrada eficacia. Tiene talento para ello, y escuela, porque su bisabuelo, su abuelo y su padre fueron alimañeros. Dice que lleva capturados más de 4000 y lo llaman desde toda España para que mantenga a raya a maese raposo. Asegura, desde su experiencia, que hay un exceso de zorros.


Hay profesiones, o habilidades, que llevan aparejadas unas edades, unos atuendos e incluso unos rostros. Por ejemplo, si digo experto alimañero inmeditamente todos pensamos en un curtido hombre de campo con muchos años a sus espaldas.
Por eso, cuando el jovencísimo Juan José Tebar, al que sólo conocía por teléfono, apareció ante mí, pensé que se trataba de uno de tantos vendedores de humo que, después de atrapar un par de zorros, se autoproclama experto en la materia.
Una vez más las apariencias engañaban. En cuanto intercambiamos cuatro frases me di cuenta que tenía ante mí un auténtico experto... a pesar de tener ¡treinta años!
Pero treinta años muy bien aprovechados en el oficio, y además de casta le viene al galgo. Es bisnieto, nieto e hijo de refutados alimañeros, de expertos ceperos y laceros de conejos y zorros en una de las zonas cinegéticas más ricas de La Mancha. Por tanto Juan aprendió el “oficio” de la mano de verdaderos maestros, pero además tiene talento para ello.
Desde los 8 años ya acompañaba a su padre en diversas tareas cinegéticas, entre otras llevando los cepos y observando, con la máxima atención, cómo los ponía su progenitor. También con esta edad se inicia como ojeador de la mano de su padre y su tío. “Por edad no podía, pero como era mi padre quien buscaba a la gente, me llevaba con él”, afirma.
Para cualquier niño, este exceso de campo, de fríos madrugones, de largas caminatas, hubieran significado el aborrecimiento de todo lo que oliera a tomillo y jara, pero en su caso ha conseguido el efecto contrario. Cuando la afición es verdadera no existe ariete que la derribe.
Actualmente, junto a su padre y otros hermanos, lleva la gestión cinegética de varios cotos manchegos, y además se ofrece como alimañero a cualquier coto que lo solicite.
En este aspecto también conviene hacer una aclaración. Juan puede tener los conocimientos que atesoraban sus antepasados o cualquier alimañero de prestigio, pero su mentalidad es muy distinta. Conoce y aprecia a las rapaces, a las que ve muy beneficiosas para los ecosistemas, al igual que al resto de depredadores protegidos. Y siempre se ciñe a la legalidad vigente en cada comunidad autónoma. Si no está amparado por la ley, si el coto que solicita sus servicios no tiene los permisos correspondientes, renuncia.
Pero cuando existe la autorización se convierte en una máquina letal para los zorros. Dice que en su vida habrá capturado más de cuatro mil, principalmente con lazo, “el método más eficaz y selectivo si se sabe poner”, afirma.
Asegura que los animales más dañinos para la caza menor y el resto del ecosistema son los zorros, algunos roedores –por el daño que hacen a los huevos–, el jabalí, el gato asilvestrado y los córvidos, especialmente la urraca.
Cree por tanto que controlando eficazmente zorros y urracas, la predación se reduce bastante. Y afirma que los lazos zorreros son unos magníficos ahuyentadores de jabalíes. “Si cae alguno, generalmente por la pata, como suelen quitarse el lazo por el tope, la próxima vez evitará la zona. Generalmente, zorros y jabalíes utilizan las mismas sendas y suelen encamar en los mismos lugares”.
Por supuesto está en contra del veneno, y cree sinceramente que una de las estrategias más efectivas para luchar contra él es autorizar el empleo razonable de otros métodos de control selectivo, “porque se deja una salida al problema de la predación”, concluye.
Una vocación muy clara. Juan, después de terminar la EGB no quiso seguir en el instituto. “Hice un año pero no me gustó, me salí y me dediqué de lleno a ayudar a mi padre en la gestión de cotos y en la organicación de ojeos y batidas y al laceo de zorros. Eso fue con 15 años”, nos cuenta.
No obstante le gusta leer sobre caza y no escribe mal. Y se nota que utiliza bien la cabeza no sólo para capturar zorros.
Hace cuatro años y viendo que capturaba raposos con una habilidad pasmosa, decidió ofrecer sus servicios a otros cotos. Y no ha parado de viajar.
En función de los métodos que se autoricen en cada comunidad, asesora o actúa. Su especilidad es el lazo con freno, el que exigen en Castilla-La Mancha y que permite la puesta en libertad de cualquier otro animal protegido que pueda caer, pero es consciente de que este método se irá prohibiendo paulatinamente. De hecho ya lo está en muchas comunidades, siendo la jaula-trampa el método con más futuro, “aunque ineficaces para el zorro, al menos las que existen hoy en día. Sólo captura algún zorro joven u otros que no pueden cazar con normalidad”. Por este motivo está diseñando una jaula-trampa que cree será eficaz.
Hazañas y curiosidades. En un momento de la conversación le pregunto cuál es su récord de zorros capturados en una sola finca. Me deja de piedra: “En ocho meses, en una finca de 400 hectáreas, llegue a capturar 380 zorros. Tanto es así que olía a bicho muerto por todos lados”. “En otra finca –sigue contando– de 600 hectáreas, en tan sólo tres días capturé 62, y al cabo del año se llegaron a coger más de 250”.
Con tanto zorro capturado tampoco le faltan los casos curiosos, como aquél que llevaba al cuello otros tres lazos. El animal aprendió a cortarlos con la boca y de hecho el cuarto lo tenía ya a punto de caramelo cuando apareció Juan. Ésto, según él, confirma que el lazo con tope no estrangula si el animal logra cortarlo y llevárselo puesto alrededor de su cuello. Y también desmiente eso de que donde se atrapa un zorro no vuelve a pasar ningún otro en mucho tiempo. Pues bien, este cayó en poco tiempo y cuatro veces en la misma zona y asegura que muchas veces, donde ha caído un zorro, ha repuesto el lazo y al poco tiempo ha atrapado otro, “hasta siete en el mismo sitio conté una vez”, asegura.
En otra ocasión capturó un zorro al que le faltaban las dos patas delanteras a la altura de la primera articulación. Apoyaba dos muñones cicatrizados tiempo atrás. Algún cepo tuvo la culpa.
¿Tengo zorros en mi coto? Es la pregunta del millón. En general los cazadores no suelen perder el tiempo en saber si hay mucho o poco zorro en su coto. Tampoco muchos sabrían cómo hacerlo. Le pregunto a Juan qué indicios pueden indicar que podemos tener más zorros de los aconsejables o muchos más de lo que pensamos, algo que suele suceder porque, a ojos inexpertos, los zorros “se zorrean” sin ser vistos.
Un indicio claro de que el coto puede tener una excesiva predación, que generalmente será de zorro, es que la caza esté muy soliviantada, incluso en los primeros días de caza. Que huya muy lejana en cuanto sientan nuestra presencia. “Eso significa –aclara Juan– que las especies cinegéticas están muy acosadas y estresadas, siempre en máxima alerta. En los cotos con poca predación la caza suele estar mucho más tranquila”.
Otro indicio, comprobable sobre todo en la época en la que estamos, es que habiendo mixomatosis en la finca no se encuentren cadáveres de conejos, y esto, según Juan, es porque se los comen.
Otra señal inequívoca es ver, con relativa asiduidad, zorros deambulando por el coto con bastante tranquilidad y a plena luz del día. Eso significará que no son pocos y por supuesto que están muy tranquilos, de ahí ese exceso de confianza.
Otros indicios, más tradicionales y evidentes, serán sin duda sus pisadas y excrementos en los carriles polvorientos del coto, pero la interpretación de estos rastros requiere más atención, conocimientos y cierta práctica.
Exceso de zorros. Juan cree que, en general y en toda nuestra geografía, el exceso de zorros es evidente, impresión que ha podido constatar en muchas fincas. ¿La razón? Sencillamante porque cada vez se controlan menos o de forma ineficaz.
“Es cierto que si quitas zorros de una zona, acuden de otra, pero esto lo que demuestra, más que esa supuesta ineficacia del control de depredadores, es que abundan en exceso. Si las zonas aledañas tuviesen una densidad adecuada, no tendrían necesidad de expandirse. Lo que pasa es que por muchas razones –prohiciones, desconocimiento, dejadez, etc.– hace tiempo que los zorros ya no se controlan como antes y abundan por doquier. Y esto no es sólo negativo para las especies cinegéticas, sino también para otros predadores más escasos y especializados porque compiten por el alimento”.
En este punto se muestra muy crítico con las administraciones. “La consejerías de Medio Ambiente no son conscientes de la cantidad de zorros que hay en el campo, y no sé si es porque no sabe verlo o porque miran para otro lado”, se lamenta Juan.
Otro asunto que en cierta manera le indignó fue la celebración del I Congreso Internacional sobre el Trampeo que organizó el año pasado la Comunidad de Madrid y al que vinieron especialistas del todo mundo. Juan se ofreció para explicar sus técnicas y la selectividad de las mismas y “miraron para otro lado”.
No sólo está molesto con esto, sino que siendo España un país con una larga tradición en el trampeo y existiendo métodos que, sabiéndolos utilizar, son tan efectivos como selectivos, “haya que recurrir a gente y a métodos de fuera”.
Querencias y laceo. Para trampear o lacear con éxito hay que tener amplios conocimientos sobre las querencias de los zorros en nuestro coto, sobre sus desplazamientos –porque pueden venir de fincas colindantes– y sus zonas de campeo en función de la época del año.
“Los zorros salen de sus encames buscando sus comederos habituales por los mejores atajos. La primera hora la emplean en comer y beber, y luego se dedican a investigar nuevos territorios y seguir predando aunque no tengan ya hambre. Salen y vuelven a los encames por las mismas sendas. Por tanto, para poner los lazos, es esencial conocer dónde encaman y hacia dónde campean según la época del año. En el celo, por ejemplo, buscarán las zonas altas para oír y llamar a sus congéneres con mayor eficacia”.
Su sistema de laceo. Este joven alimañero –ahora especialista en control de depredadores– prefiere poner los lazos en zona de paso de una foma que él denomina “en alar”.
Se trata de buscar el mejor sitio de paso del coto según las épocas y con restos de podas –si las hubiera– o matorral de la zona se va construyendo una larga “muralla vegetal” a la que se le va dejando, cada equis metros, una entrada. Lo ideal es que estas entradas coincidan con pasos ya existentes, trochas tomadas por los animales. En cada una de estas entradas se colocará un lazo.
Cuando el zorro en sus careos nocturnos llegue a la barrera, por la ley del mínimo esfuerzo y no rozarse y pincharse con la maleza, meterá la cabeza por uno de estos pasillos y, por consiguente, por el lazo.
Este sistema de “laceo en alar”, que antiguamente también se empleaba para cazar perdices y conejos con lazos hechos de crines equinas, conlleva varias ventajas.
La primera y más importante, según Juan, es que se revisan muy fácilmente porque tan sólo hay que seguir la barrera, que puede tener la longitud que se quiera o requiera la zona. Pero nuestro trampero va más allá y suele colocar estas barreras paralelas a cualquier carril con la idea de revisarlas desde el coche, no sólo por comodidad y rapidez, sino porque así tampoco impregnaremos la zona con nuestro olor.
“Los lazos hay que revisarlos diarimente, ésa es la clave. Así sacrificaremos y retiraremos los zorros que hayan podido caer, repondremos los lazos utilizados, o movidos por otros animales y, si hemos atrapado una especie protegida, soltarla. Cuanto menos tiempo tardemos en hacer todo esto, si hay que hacerlo, mejor”.
Otra ventaja importante es que los lazos están puestos sólo en una parte del coto, que en temporadapuede también acotarse para la caza, evitando por un lado que puede caer algún perro y, de paso, al estar tranquila, ser más atractiva para los zorros que vengan de otros lugares ahuyentados por la propia actividad cinegética. Eso sí, como se ha dicho, debe ser una zona de paso.
Juan no es muy partidario de los lazos sueltos porque “es mucho más trabajoso, impregnamos la zona con nuestro olor y son menos eficaces. A veces, por la orografía y vegetación de la zona, no te queda más remedio, pero siempre que puedo los evito”.
El lazo en sí no tiene ningún misterio: es un cable de acero de embrague de moto que lleva un tope atornillado, una simple tuerca que impide que se abra una vez cerrado, una varilla metálica para “pincharlo” en el lugar elegido y un poco de alambre que servirá tanto para unir el lazo a la varilla como para poder colocarlo a la altura deseada. El otro extremo del cable de anuda a una mata consistente y si no la hay se recurre a estacas de hierro. Antes de utilizarlo, el cable se pasa por el fuego para quitarle el brillo y pase más desapercibido.
El lazo para un zorro se coloca a unos 22-23 centímetros del suelo y su diámetro debe ser como “el de un plato sopero”, aclara Juan
Laceo con rastro y la chilla. En un momento de la conversación le pregunto a Juan si existe otro sistema para colocar los lázos con éxito, y me cuenta que el laceo con rastro era muy eficaz, pero que hoy está prohibido.
Consistía en untarse la botas y el pantalón con atrayentes de fabricación propia hechos con grasas vegetales, carnes y pescados y luego se caminaba por una trocha en la que de vez en cuando se colocaba un lazo, en este caso más bajo porque el zorro suele ir con la cabeza baja, rastreando.
El problema de esta técnica, según Juan, es que como hubiera jabalíes en la zona llegaban antes que los zorros.
Le pregunto también por la chilla, otro método muy eficaz para cazar a maese raposo y que consiste en imitar el chillido del conejo con un reclamo especial o soplando –si se sabe hacer– una hoja de encina. El zorro, creyendo que es un conejo herido o atrapado el que chilla, acude por si le toca algo del festín.
Me dice que su padre y su abuelo eran dos grandes expertos y que sabían hacer el reclamo con una simple hoja de encina o de oliva. Él dice no tener paciencia y se auxilia con un reclamo de latón que le da el avío. “Con el chillo hay que cazar al amanecer o al atardecer, y podemos hacerlo a cualquier hora cuando están criando. El secreto del éxito está en no abusar de la llamada, en imitar lo más posible ese chillido del conejo cuanto se encuentra en una situación de apuro”.

Dos expertos alimañeros, que ejercieron su oficio en la vertiente sur de la Sierra de Gata, en tomo al valle del Arrago, fueron Víctor Morales y el tío Grillo. El primero de ellos se hacía llamar el “tío lobero de la Malena», nombre que tomaba del enclave en el que con más asiduidad practicaba el arte cinegético; es decir, el arroyo cacereño que discurre por tierras de Descargamaría. Las andanzas de Víctor Morales no cesaron hasta el año 1958. Según él mismo declarase, efectuaba sus capturas en la época de la cría, utilizando como única arma su inseparable bastón. Estos alimañeros imitaban los aullidos para, por medio de este mecanismo, conseguir la respuesta de la loba, lo que inevitablemente suponía el descubrimiento de la camada. Nunca los adultos les atacaron cuando les arrebataban los lobeznos. Una importante parte de su economía doméstica estaba ligada a la existencia del lobo y, en consecuencia, resulta lógico que estos "profesionales" loberos nunca pretendieran la total aniquilación de la especie. Portal motivo, cuando localizaban una camada, siempre dejaban algún que otro lobezno “para que no se quedara el monte sin lobos y nosotros sin oficio”

Con los lobeznos vivos y con los lobos adultos muertos, estos alimañeros recorrían la comarca y, en ocasiones, se trasladaban hasta más de cincuenta kilómetros mostrando sus víctimas en cada población y haciendo la cuestación correspondiente en ayuntamientos y casas particulares; sobre todo, las habitadas por pastores, por librar a los ganaderos de tan temido enemigo. Aún recuerdo haber visto ejemplares de lobos colgados en el balcón del ayuntamiento de Ahigal y al alimañero a su lado, con la boina en la mano, recogiendo en ella las dádivas de los agradecidos habitantes. En muchos municipios, hasta los años sesenta, se contabilizan en la partida de los gastos los pagos o gratificaciones a alimañeros por sus capturas. A veces se daba la circunstancia de que los alimañeros paseaban la piel de lobo rellena de paja, consiguiendo pingües beneficios. Sin embargo, este tipo de exposición movió a la picaresca a más de uno, como sucediera con el hurdano Antoñón en el primer tercio del siglo. Este alimañero guardaba un pellejo de lobo, que solían lustrar con tocino, y con él, cada poco tiempo, como si de una nueva captura se tratase, recorría los pueblos de la tierra de Granadilla haciendo cuestación. Ante la reiterada presencia de Antoñón, los comentarios se centraban en que semejante lobo había dañado, los bolsillos más de muerto que de vivo.
un saludo cimarron.

cimarron escribió:

Dos expertos alimañeros, que ejercieron su oficio en la vertiente sur de la Sierra de Gata, en tomo al valle del Arrago, fueron Víctor Morales y el tío Grillo. El primero de ellos se hacía llamar el “tío lobero de la Malena», nombre que tomaba del enclave en el que con más asiduidad practicaba el arte cinegético; es decir, el arroyo cacereño que discurre por tierras de Descargamaría. Las andanzas de Víctor Morales no cesaron hasta el año 1958. Según él mismo declarase, efectuaba sus capturas en la época de la cría, utilizando como única arma su inseparable bastón. Estos alimañeros imitaban los aullidos para, por medio de este mecanismo, conseguir la respuesta de la loba, lo que inevitablemente suponía el descubrimiento de la camada. Nunca los adultos les atacaron cuando les arrebataban los lobeznos. Una importante parte de su economía doméstica estaba ligada a la existencia del lobo y, en consecuencia, resulta lógico que estos "profesionales" loberos nunca pretendieran la total aniquilación de la especie. Portal motivo, cuando localizaban una camada, siempre dejaban algún que otro lobezno “para que no se quedara el monte sin lobos y nosotros sin oficio”

Con los lobeznos vivos y con los lobos adultos muertos, estos alimañeros recorrían la comarca y, en ocasiones, se trasladaban hasta más de cincuenta kilómetros mostrando sus víctimas en cada población y haciendo la cuestación correspondiente en ayuntamientos y casas particulares; sobre todo, las habitadas por pastores, por librar a los ganaderos de tan temido enemigo. Aún recuerdo haber visto ejemplares de lobos colgados en el balcón del ayuntamiento de Ahigal y al alimañero a su lado, con la boina en la mano, recogiendo en ella las dádivas de los agradecidos habitantes. En muchos municipios, hasta los años sesenta, se contabilizan en la partida de los gastos los pagos o gratificaciones a alimañeros por sus capturas. A veces se daba la circunstancia de que los alimañeros paseaban la piel de lobo rellena de paja, consiguiendo pingües beneficios. Sin embargo, este tipo de exposición movió a la picaresca a más de uno, como sucediera con el hurdano Antoñón en el primer tercio del siglo. Este alimañero guardaba un pellejo de lobo, que solían lustrar con tocino, y con él, cada poco tiempo, como si de una nueva captura se tratase, recorría los pueblos de la tierra de Granadilla haciendo cuestación. Ante la reiterada presencia de Antoñón, los comentarios se centraban en que semejante lobo había dañado, los bolsillos más de muerto que de vivo.

Está muy bien, Cimarrón, pero falta esto:

Extracto de "Los Cuentos de Ahigal. Cuentos Populares de la Alta Extremadura" Domínguez Moreno, José María. Edit. Guadalajara 2011"

Es que si no se cita, nos pueden dar en los "jocicos" con eso de los derechos de autor y tal...

TOCADO Y HUNDIDO .....

oscar lo tienes entero?

si es asi azme el favor de conplementarlo..
un abrazo
CIMARRON

no te preocupes que de todas formas la Sociedad General de Autores y Editores "SGAE" ya la an desmantelado.. jejjejeje

cimarron escribió:

oscar lo tienes entero?

Esta mañana cuando me he despertao me ha parecido que no le faltaba na.

cimarron escribió:

...si es asi azme el favor de conplementarlo..

Mejor pongo algo al hilo

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Y la fábula de Samaniego que diceeeee:

Trampas, redes y perros

los celosos pastores disponían

en lo oculto del bosque y de los cerros,

porque matar querían

a un lobo por el bárbaro delito

de no dejar a vida ni un cabrito.

Hallose cara a cara

un mastín con el lobo de repente,

y cada cual se para,

tal como en Zama estaban frente a frente,

antes de la batalla, muy serenos

Aníbal y Scipión, ni mas ni menos.

En esta suspensión, treguas propone

el lobo a su enemigo.

El mastín no se opone,

antes le dice: «Amigo,

es cosa bien extraña, por mi vida,

meterse un señor lobo a cabricida.

Ese cuerpo brioso,

y de pujanza fuerte,

que mate al jabalí, que venza al oso.

Mas ¿qué dirán al verte

que lo valiente y fiero

empleas en la sangre de un cordero?»

El lobo le responde: «Camarada,

tienes mucha razón: En adelante

propongo no comer sino ensalada.»

Se despiden y toman el portante.

Informados del hecho

los pastores se apuran y patean;

agarran al mastín y le apalean.

Digo que fue bien hecho;

pues en vez de ensalada, en aquel año

se fue comiendo el lobo su rebaño.

¿Con una reprehensión, con un consejo

se pretende quitar un vicio añejo?

Y más cosas.
Aquello de dejar los lobinos para que no faltase el trabajo es un cuento viejo de una reunión de mastines, que hartos de las fechorías de los lobos se fueron a ver al "mastín de mastines", que vivía su vejez tranquilamente retirado como un héroe después de matar nosecuántos lobos en su vida.
Después de escuchar las quejas de los visitantes, el viejo perraco les dijo que si habían pensado bien dónde iban a acabar todos el día que faltasen los lobos.

venga oscar.. te lo as ganao....

Buenos días a ambos:

¿Consideras sr. de Hoces que es un libro para comprar aunque no seas extremeño?

Hombre, si te gustan los cuentos....¿Por qué no? Son "relatos de chimenea" más o menos verdad, más o menos mentira, sacados a los viejos con paciencia.

A la estantería.....

Capreolus escribió:

A la estantería.....

amigo te admiro por ser un raton de biblioteca,por cierto como van esos tramites para "LA FLOR DE LA JARA"?
UN GRAN ABRAZO.

hablando de alimañeros. considero un privilegio haber sido, vecino, amigo y compañero de caza de uno de los mas reconocidos alimañeros de españa. domingo calvo teston, "domingo el lloberu". fue el mas destacado alimañero de asturias y un especialista en lobos como pocos. hombre caido en desgracia por haber sido oficial de la republica, despues de haber pasado por la carcel regreso a su pueblo en el concejo de caso y se dedico en parte a la ganaderia y en parte a ser alimañero, cuando la diputacion provincial pagaba por la eliminacion de alimañas.

en la finca de su casa, a escasos 300 metros de la mia, tenia en un tendejon lleno de jaulas con un lobo, zorros, tejones, martas, etc. y cobraba la voluntad a quien quisiera pasar a ver los animales. tambien llevaba las jaulas a algunas ferias de pueblos cercanos donde reclamaba la ayuda economica de los vecinos a los que libraba de que su ganado fuera atacado por las alimañas.

tube la suerte de poder pasar muchas horas de charla con el. hombre de una conversacion fluida cuando se ponia a hablar de caza, me conto mil veces sus andanzas y padecimientos trampeando por nuestros montes y montañas. era un andarin inagotable, tenia cepos colocados en los puertos mas altos para los lobos y se desplazaba a verlos caminando con todo tipo de climas. caminatas de docenas de kilometros lloviendo, nevando o como fuera el tiempo ese dia.

crio un lobo que fue famoso, le llamaba el baldroguin. lo dejo con vida de una camada que habia quitado a una loba en la raya de castilla y lo crio en casa como si fuera un perro. cuando el lobo se hizo adulto, un buen dia le ataco y fue desde un corral donde el lobo le empezo a morder, con el lobo mordiendole el brazo y la mano hasta su casa a un kilometro. al llegar su mujer con la escopeta mato al lobo que le dejo lleno de dentelladas y cicatrices que conservo durante toda su vida.

paso una vida de penurias y sufrimientos, pero hizo lo que le gustaba hacer, cazar. ayudo a sus vecinos para que pudieran mandar sus rebaños a los pastos de los puertos sin que los lobos los diezmaran y aunque muchos no entendian su forma de vida y le tenian por medio chalado, fue el mejor en lo suyo y asi se lo reconocimos los que tubiemos la suerte de conocerle.

a la edad de 78 años, un dia que fui a verle por que hacia dias que no le veia, le encontre tirado en el suelo del tendejon donde tenia los bichos. le habia dado una trombosis y llevaba tirado alli dos dias. llame a la ambulancia que se lo llevo al hospital y dias mas tarde falecio en el hospital.

guardo un muy buen recuerdo suyo, de cuando cazabamos las batidas de jabali, de las hora de charlas. y sobretodo recuerdo que tenia un instinto especial para la caza, algo que no he vuelto a ver en ningun otro cazador. cuando cazabamos parecia que pensaba y razonaba como lo hubiera hecho un animal del monte.

sirvan estas lineas como reconocimiento a un hombre que vivio y dio todo por la caza y al que a pesar de los sufrimientos y las calamidades hizo de su pasion su forma de vida. yo tube la suerte de conocerle y ser su amigo.

saludos.

mambo estupendo aporte.. por fin esto se anima. VAMOS SEÑORES aver si entre todos realizamos uno de los post de antiguos furtivos de lo mas conpletito.

Bonito homenaje Mambo.
No puedo imaginar cuánto se puede aprender de una persona como ésta dedicada a la caza furtiva o a ser simplemente alimañero.

Cimarrón : tengo localizados varios ejemplares de "La Flor de la Jara" pero ni puedo ni quiero pagar lo que me piden por ellos.

Un saludo.

Cimarrón : tengo localizados varios ejemplares de "La Flor de la Jara" pero ni puedo ni quiero pagar lo que me piden por ellos.

Un saludo.[/quote]

y no te inportaria darme algunos datos de los vendedores? si no te inporta y si tienes un ratin me lo dices por privado.
muchisimas gracias maestro bibliotecario.
CIMARRON

este fue alimañero, para nada furtivo. hombre extremadamente respetuoso con las leyes. su paso por la carcel por motivos politicos, le privo de poder tener un rifle durante 40 años. no le daban el permiso de arma rayada por los antecedentes penales. su herramienta fue una escopeta del 20.

nunca tubo ningun problema con la justicia por futivo y ponia los cepos y los lazos con el mayor cuidado de que no pudiera caer en ellos ningon corzo, rebeco, jabali, etc. insisto, alimañero nada tiene que ver con furtivo.

Muy bueno, muy bueno, Mambo.

Fantástico mambo.

Estupendo aporte Alejo, muchas gracias por compartirlo.