Un fin de semana entretenido 2

Pues bien CONTINUEMOS:

Domingo:

Llego a Barrancos a las 7:10, un pelin tarde y veo ya una aglomeración de 4x4 en la puerta de la gasolinera, rápidamente subo y me encuentro con Javi que carga el coche, tomamos algo y la recepcionista nos informa de que debíamos de llamar a la habitación 2 y 4, sobre todo la 4 que es un señor y se ha acostado hace 10 minútos, no se por qué pero se me viene a la mente quién puede ser. Hacemos un intento de levante o resaque como dicen por el norte, pero no hay manera, Tres de los Grandes se aculan en un zarzal y no hay manera de levantarlos, y eso que le metimos a toda la rehala en la habitación, solo faltó Pestoreji para rematar. Así que partimos a la junta.
Allí degustamos unas deliciosas migas y rápidamente partimos a las posturas justo después de que fueran llegando los rezagados con unas caritas...
En el termómetro -3º Centígrados, vamos a tener un día de lujo le iba comentando a Leopoldo en el camino al puesto, el mío el 1 de la cumbre, el suyo el 6, primero y último en montarse respectivamente. Al llegar al puesto, un raspadero ancho, ancho, con eucalipto por delante y un camino que hacía forma de L y no lo dominaba desde el mismo, me comenta el postor que hago de pico y que lo ideal sería ponerme en el mismo camino, pero, que el año anterior SEPRONA emplumó al ocpuante del puesto por ese hecho, que hiciese lo que yo quisiera pero si pasaban coches me escondiese, que no había nadie a mi izquierda y que no tenía problema de tiros.
No obstante lo primero que hago es asomarme a ver donde está el 2, y ver las gateras, efectivamente no hay problema, me vuelvo y no me gusta ni una gatera, solamente la que está justo delante de la plica y efectivamente una que está donde confluyen los dos cortaderos y el camino. De momento me quedo en la plica.

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Comienzan a pasar algunos coches por la pista, primero un Terrano, despues una C-15, una Pick-up blanca a toda mecha, un Astra, aquello parece una romeria, y el aire en el cogote, primero derechito y despues racheado de derecha a izquierda, pero siempre por la espalda, aquello no me empezaba a gustar.
Unos 14 disparos contabilicé a duras penas, ya que con el molesto viento azotando las hojas de los eucaliptos no se escuchaba nada antes de soltar, y se que era antes, porque las rehalas pasaron como no, también por la pista. La cosa pintaba bien.
El aire se puso insoportable y como así no iba a hacer nada y el animal a mi me tenía que entrar, o a primera hora zorreado o a última bien apretado por los perros o al pasar estos también de zorreo, y como tenía mas probabilidades de que viniese solito, decidí cambiarme para mejorar el aire, no sin antes, acordandome de Totem, colocar la chaqueta en la gatera de la plica, rifle y silla en mano me baje al camino, aquello no me gustaba tampoco, no había donde taparme si escuchaba un coche, así que decidí subirme un poco al acero contrario, mejoraría el aire, vamos, de hecho no cargaría, y tiraría al mismo tiradero que tenía desde el otro lado. Eso hice. ¿Estará vivo Victor? me rondaba la mente cada dos por tres.

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Se produce la suelta, y una ladra se acerca, pero va hacia abajo, un solo disparo y el silencio de los perros augura un buen presagio. Un bando de avutardas se me acerca por el flanco izquierdo, me pego al pequeño eucalipto que tengo delante, suben suben y cuando llegan a mi altura hago el amago de tirarlas, pam, pam, Madre mia!!! el pelotazo que tiene que pegar una de esas!!!.
Las torcaces me tienen entretenido en los momentos de silencio y ya veo como descumbran las primeras rehalas, al fondo, muy al fondo, son las 12:45. Con los prismáticos las sigo cazando, esto es un lujo si no fuese por que no se escucha mas que lo que el viento te deja escuchar. Veo como levantan un par de cochinos debajo de unas peñas, los empujan y suenan los disparos, disfruto como un enano, cuando el sonido de rodadas me hace ocultarme detrás del troncón del arbol, pasa otro Terrano verde. Salgo, me siento en la silla, hace un frío de narices, me acuerdo de la chaqueta en la gatera, ¿servirá para algo? o me estoy quedando congelado en valde, otro coche, tío detrás del troncón, ahora un discoveri granate, me siento como Espinete, no el nuestro, ese Rosa de la Tele, cuando salía en Barrio Sesamo al empezar y terminar el programa, escondido detrás de los pinos sacando la cabeza, me da la risa.
Las rehalas siguen cazando lento, muy lento, levantando cochinos a la par que le vuelven los perros, y cuando me doy cuenta ya tengo las rehalas a mi altura, permanezco atento ya que un perrillo gipa un par de veces en la cañada de por debajo, atento, mientras sigo observando a los del frente, llegan a un acero, dos con mono azul y se acercan al del puesto, en ese momento los perros levantan algo que no consigo ver por mas que fuerzo los ojos a través de los prismáticos, los dos pivotes azules revolotean por el acero mientras el montero suelta un tiro, situación de comic;, (luego me enteré que era la rehala de pimpon y el montero Paterna).
Pasan los batidores por debajo mía y en el momento que descumbran hacia la volcada del morrito donde está mi chaqueta hacen un levante los perros, la ladra es fuerte y baja barranco abajo, no obstante permanezco atento, resuenan dos disparos, después otro. Me relajo y bajo el rifle, cuando casi de puntillas y justo por la trocha que sale al camino veo una cuerna, me encaro y lo dejo que suba pero justo en el borde se para, le busco la paleta y aprieto el gatillo, tornillazo y coge una calle derechito, acerrojo y repito ya sin verlo prácticamente. Se hace el silencio, y poco después veo como en el morrito de mi izquierda traspone un venado, lo intento tirar pero nada.
Cargo el rifle y permanezco en guardia, en esas otro coche por el camino, Barrio sésamo, otra vez me tienta la risa, es que no puede ser. Me pica la curiosidad, pero no me muevo, puede entrar alguna otra res, pasan un monton de perros por el camino, collar rojo y goma verde, no cogen el rastro, a uno incluso le lanzo una piedra a la trocha, pero me mira, hasta con mala leche, no puede ser, le he tenido que pegar. Las rehalas llegan abajo del barrancon y ya ni las veo, cuando el sonido de una caracola me hace adivinar el fin de la montería, bajo silla en mano y llego al tiro, hay gotitas de sangre, un poco mas adelante, un reguero, y cuando llego donde disparé el segundo tiro se encontraba unos metros mas adelante, habría andado en total unos 25 metros alameda adentro.

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No había hecho mas que salir al acero cuando llega Mariano con los sacadores, les echo una mano a sacar el venado, le pongo el precinto y listo, recojo aperos y a la comida, ¡Sorpresa! llegamos los primeros, no puede ser, si hoy hasta voy a comer caliente.
Allí llegamos los que nos paramos a comer, y nos quedamos esperando a los que no, tempranito despedidas con buenos deseos para las fiestas que teníamos encima y vuelta a casa que nos quedaban 2h de camino que de nuevo y GRACIAS A TODOS se me hicieron diez minutos.

Como siempre de 10 Carlitos, bonito relato.

Pd. esa fue la que cazamos en el Rosal de la Frontera (la pasada del abad) no ?

buen relato si señor

JVPESTOREJO escribió:

Como siempre de 10 Carlitos, bonito relato.

Pd. esa fue la que cazamos en el Rosal de la Frontera (la pasada del abad) no ?

Las Alpiedras.

Buen relato Carlos, como siempre

Un saludo

Jose Ibañez

Ya Carlitos, es que con tantos nombres de fincas........ ahora que recuerdo en las Alpiedras ese dia tambien apañaron los perros una cochina que murio a estoque, vamos.... que paso a mejor vida.