El suceso se ha producido muy cerca del lugar donde el cánido actuó hace poco más de una semana.
El lobo parece ser el autor del nuevo ataque registrado en el monte de Tardienta. De hecho, el suceso, que fue descubierto el pasado martes, se produjo muy cerca del lugar en el que se registró su última actuación hace poco más de una semana. La distancia entre ambos puntos es de apenas unos 200 metros.
El primer ataque se produjo el 27 de marzo y se saldó con la muerte de diez animales, tres cabras y siete ovejas. En esta ocasión, los daños han sido menores, ya que el ganadero afectado, Agustín Martínez, solo ha perdido una oveja.
El cadáver del animal ha sido trasladado al centro de recuperación de La Alfranca, con el fin de examinar sus heridas y determinar si han sido causadas por el lobo o por perros salvajes.
La proximidad con el primer ataque hace pensar en una nueva actuación del cánido, a la espera del resultado de las necropsias, que está previsto que se conozca en las próximas horas.
También apoya esta tesis el tipo de herida que presenta la oveja muerta. De hecho, la mordedura es precisa y está situada a la altura del cuello, "igual a las vistas en el último ataque", señala Martínez, que además es familiar del anterior ganadero afectado, Pedro Pérez.
Al igual que en el primer ataque, Martínez tenía el ganado dentro de un pastor eléctrico. En total, había unos 550 ejemplares, situados en una zona de monte, a unos 3,5 kilómetros del casco urbano. La oveja muerta estaba dentro del cercado y además, había sido parcialmente devorada. El resto de los ejemplares no presentaban heridas.
Para Martínez, la presencia del cánido, que fue detectado hace casi dos años en Los Monegros, resulta "incompatible" con el mantenimiento de la ganadería extensiva, ya que "es imposible vigilar el rebaño día y noche" y además, los elementos disuasorios han demostrado ser "ineficaces".
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