Finca: Coto Vera
Organización: Monteros Sierra del Saltillo
Fecha: 05-XI-2011
Resultados: Lo ya sabidos por todos.....
Pues poco que decir a los prolegómenos, pues Emilio lo ha contado maravillosamente bien. En mi suerte, me tocó el 9 de Los Pleitos, un cierre de huída, donde algunos puestos como el mío, tenían algunas gateras, donde se hacía latente la salida de los cochinos hacia la dehesa, en busca de la ansiada bellota que los mantiene.
La suerte hizo que me tocara al lado de Don Jaime Milán (Raimundo), quien ocupaba el número 10, con el que tuve la oportunidad en el paseo matutino y vespertino, de charlar animadamente de las vicisitudes de la temporada montera, lances y hasta de intentar arreglar un poco España. La verdad, que la caminata aún siendo larga, se hizo bastante amena, sobretodo al volver, teniendo que hacer algunas paradas para esperar a Lola, pues siempre se entretiene con los rastros, una vez que la suelto al final de cada montería.
No hubo suerte, pero no faltaron los momentos de echar el rifle a la cara, pues tuve dos cochinos muy cerquita, uno incluso, estuvo a punto de arriesgar demasiado, al zorrearse por un rozado de monte que tenía a mi izquierda, pero qué astutos son!!!!!
Los perreros batieron de maravilla, parándose cuando había que pararse, esperando a sus perros que volvieran de las ladras, cazando muy despacito, esperando a que los monteros culminaran sus lances. De verdad, espectacular!! Una mancha que se anda en media hora, la cazaron en 3, como Dios manda!!!
La sobremesa estupenda, pudiendo compartir mesa y mantel con Pepe (JC), Emilio, Ricardo, la familia Caldera al completo (padre, hijos, nueras y nietos), Andrés, Óscar Cadenas, Jaime y algunos más….
La verdad, que es un lujo poder pasar días de estos, los cuales me constatan, que lo importante es pasar ratos agradables, más allá de los resultados individuales y colectivos.
Enhorabuena a todo el grupo!!!!
Finca: La Jabalina
Organización: Cinegética Garrido
Fecha: 06-XI-2011
Resultados: Superada la veintena de cochinos y una decena de venados
Día muy agradable para montear, de los que gustan por climatología y sobretodo, por el montón de caras conocidas que allí nos dimos cita.
Saboreamos un buen plato de migas con huevo frito, charla amena con los amigos y comienza el sorteo de posturas. Esta vez, me quedo de los últimos, y, la suerte quiere que vaya a la Traviesa Central en el número 6. Nos monta Raúl, más conocido en los foros por Browning, el cual me indica mi puesto, en una mesa preciosa antecedido y precedido por dos regatos, la cual, tiene varios pasos de reses y cochinos bien marcados de después de las aguas. Me indica que me puedo colocar un pelín más centrado en la mesa y así hago, que así puedo abarcar mejor los 70-80 metros que tengo de tiradero a ambos lados. Me marco con los puestos de al lado, busco cobijo en unas jaras pegadas al cortadero y a esperar.
Transcurren los minutos entre cigarro y cigarro, joder lo que fumo últimamente, cuando se produce la suelta de perros. A los pocos minutos, una ladra lejana me pone en alerta, esto ya empieza y parece que vamos a disfrutar. Algunos tiros de los cierres ya se han producido, por lo que me atrevo a prever, que la mancha tiene buena pinta. No obstante, pista ya había visto. A todo esto, yo entre mis pensamientos y la canción del pasodoble que estamos ensayando en mi chirigota entre mis labios, no sin escapárseme algunos gestos, diviso un venado entre las jaras, que enfila derechito a mi postura. Bueno, a ver como resuelvo esta situación. Se acerca, se acerca, los perros laten cada vez con más fuerza. Me agacho poco a poco para ocultarme detrás de las jaras, rifle en posición de “preparados”, cuando observo que a unos 40 metros, empieza a doblars direccióna mi izquierda. Me va a pasar por la “galitera” de la izquierda, lo apunto pero lo espero en su sitio, aún pudiendo ejercer el disparo sin peligro alguno. Cuando creo que va a saltar al cortadero, dejo de verle la modesta cuerna entre las jaras. El rifle ya pesa, la cruz me escribe, bajo el rifle y pum!!!!, el del número 7 que ejerce un disparo, acto oseguido repite la acción. En fin, estaría para él, lo habrá cobrado, pues no escucho la carrera de la res. A los pocos minutos, los perros me indican, que efectivamente, el venado ha sido cobrado. Bueno, por lo menos, he dado oportunidad al compañero, me digo. Aunque un lance es un lance, la verdad y no es por desmerecer al considerado rey del monte, me pone más el cochino, por lo que me agrada hasta no haberlo disparado cuando tuve la oportunidad de hacerlo.
A esto que pasan los minutos, cigarrito en boca de nuevo, cuando el de mi derecha me asusta literalmente con un disparo por delante. Al minuto, vacía el cargador de su semi y descerraja 4 tiros más. Me “cagüenlapiiiiiii”, jodidos semis tuneados!!!!! En alerta, veo como un cochino sube cortadero arriba como una bala, dirección a las jaras de enfrente, me ha sorprendido la verdad, lo intento meter en el visor, pero es imposible. A esto que el monte cobra vida delante de mí, van por lo menos, 7-8 cochinos en piara, esa que ha tirado el del 5, estoy encarado, esperando a que se descubra alguno en un rozado de monte que tengo a tan sólo 20 metros de mi, cuando un cochino se descubre, cruz al codillo y pummm!!!! La piara se parte, es una carrera por todas partes, arrollones de monte, yo esperando que alguno más, pudiera salir al cortadero, pero nada. La piara toma las de “Villadiego” hacia abajo y yo me quedo con una cara de gilipollas de la leche. No se si le he dado, si se ha ido con más vida que traía….. Ya empezamos, con los comederos de tarros, esto de no verlo caer seco, me pone de mala leche, más que nada, por aquello de dejar bichos pinchados por el campo….. En fin luego al final veremos.
Sigo con mi run run del cigarrito, el pasodoble y encima, el jodido lance al cochino, que ya no se que hacer, si repasar el pasodoble del lance, o cantar al cochino la chirigota………
Bueno, pasan los minutos entre agarres a cochinos y ladras a las reses, que me hacen tener el rifle constantemente en las manos, mirando de un lado para otro del cortadero, porque lo normal es, que como entren por las “galiteras” más seguidas y vengan los cochinos de garbeo, no los escuche. A la media hora, lo que me suponía, miro hacia mi izquierda y un cochino que atraviesa en diagonal, de adelante hacia atrás, a trote cochinero (valga la redundancia), el ancho cortadero. Rifle a la cara, ahí no puedo tirar, ahí tampoco, un alcornoque, otro alcornoque, antes de entrar en la mancha pummm!!, le lanzo una del .300, que hace gruñir a lo que me pareció ser y que luego fue una cochina como un burro. Como no queda seca, pues más rum rum y más vueltas y comedero de tarro.
Cogen un par de cochinas en la sierra justo detrás de mi, se producen bastantes lances y disparos, mi armada tira casi toda, uno falla 4 cochinos, otro mata dos y pincha tres más, el de por debajo mata el venado y otra cochina. Un festival, que sólo dan el juego de los cochinos en la montería, por muchos tiros que se peguen en las monterías de reses.
Llega Enrique a mi puesto, le indico que la piara ha tirado para abajo, que la mancha está llena de guarros, que he tirado dos y le pregunto que si los perros han cogido alguno con tiro. Me indica que luego lo veríamos, que me va a ver el segundo cochino, que tiene que seguir por esa zona, que me avisa si lo encuentra o hay sangre. A la media hora, ya de vuelta los perros, una vez finalizada la montería, Enrique vuelve por sus pasos y me indica que no ha visto nada, que el ladrido de los perros cuando ha llegado a ellos, se han callado y que no ha visto nada. Le digo que voy a pistearlos con Lola, que ya le digo si encuentro algo y que si vemos que alguna cochina de las que han agarrado los perros tiene tiro por mi lado, que me indicara y yo le decía si podrían ser los que yo he tirado.
El desenlace fue más feliz, porque antes de marcharse de mi puesto, Enrique me indica que hay sangre en el disparo de mi segundo cochino, pero que no ve más hacia dentro. Le insto a que prosiga con la organización, que ya Lola haría el resto. Efectivamente, Lola coge el rastro, bastante marcado por trozos de pulmón, visceras colgadas en las jaras, bastante sangre en las mismas y Lola que ladra a bicho muerto, indicándome el cuerpo inerte de mi cochina. Le doy un abrazo fuerte a Lola y le digo que hay que buscar otro, que hoy tiene trabajo. Llamo a Enrique y le digo que he encontrado la cochina. Felicitaciones pues.
Ya en el primer lance, pongo a Lola en el rastro, y no ha andado 15 metros, cuando al final del rozado de monte, me ladra a bicho muerto. Corro hacia allí y cuando veo a Lola mordiendo semejante cuerpo, hasta me emociono. Ya desde atrás, le veo las turmas del gran guarro (de cuerpo), que el campo me ha brindado. Le veo la boca, y llamo raudo y veloz a Enrique, para comunicárselo. Con cariño me responde “si yo se que tu con los guarros… Enhorabuena amigo”. Se la abro y le pongo su palo, lo enderezo y le hago las pertinentes fotos de rigor.
Después espero a Raúl para que baje, para indicarle donde están los cochinos y ayudarle a cargar los bichos de su armada, algo que me encanta. Será porque lo llevo en la sangre, que disfruto más con eso que con la propia caza.
En fin, ya no os aburro más, que bastante tenéis que leer, sólo felicitar y sobretodo agradecer al Saltillo y a Enrique, que me den la oportunidad de poder echar unos días juntos.
Un abrazo y buena caza
El cochino.
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