El alto impuesto cinegético favorece la fuga de cazadores a otras comunidades

Extremadura

El alto impuesto cinegético favorece la fuga de cazadores a otras comunidades

El sector de la caza tiene que asumir en Extremadura un alto impuesto que pone todavía más difíciles las cosas. Se trata de una tasa de aprovechamiento cinegético que grava en función de las hectáreas de las que se disponga para este uso y es tan elevada que se da la circunstancia de que por una finca con idéntica superficie se pueden pagar 16.000 euros si se encuentra en suelo extremeño y poco más de 700 si se ubica a pocos kilómetros, pero ya en territorio andaluz.

Un gravamen que repercute en el precio final que los aficionados tienen que pagar por las monterías y que sitúa a la región en clara posición de desventaja respecto a otras limítrofes y también de tradición cinegética en las que cazar es más barato. Conseguir que el Gobierno extremeño haga más llevadero ese impuesto es objetivo prioritario de los profesionales del sector. No solamente de los dueños de terreno sino también de las empresas que tienen realmente difícil negociar la rebaja del alquiler de las fincas con quienes tienen que hacer frente a estas tasas. Algunos de ellos han reducido el precio de los puestos que ofrecen a los cazadores, aunque ligeramente, para poder sobrellevar los gastos que la actividad conlleva.

Está claro que nadie se encuentra en estos momentos en disposición de perder dinero; ni la propiedad, ni quienes organizan las batidas, ni quienes están con ganas de apretar el gatillo y eso le pasa factura a un sector que tradicionalmente ha movido millones de euros y de empleos en la región.

Hay quienes, sin embargo, son capaces de ver las posibilidades favorables que se pueden derivar de esta mala situación económica. Pedro Habela, de la empresa cinegética 'Puebla & Estéllez' es uno de ellos. «Este panorama que estamos viviendo puede que a medio plazo favorezca al sector de la caza profesional en el sentido de que habrá más fincas con algo de caza mayor que dejarán de ser comerciales y traerá, también, ajustes necesarios entre propietarios y organizadores que se podrían traducir en arrendamientos más competitivos».


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FECHA: 05/12/2011
AUTOR: P. A.G. / Plasencia
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