NADA MAS SENTARME
por buhogris » Jue Abr 22, 2010 9:06 am
En estos momentos,la lluvia cae sobre el tejado de mi casa y con su sonido,me ayuda a recordar algunos lances vividos,en años anteriores,mientras llegan los permisos para la nueva temporada.El tiempo parece pasar mas lento de lo que quisiera.Me siento como un leon enjaulado,estoy que me subo por las paredes,con los cebaderos al cien por cien y sin poder hacer ninguna espera,asi que,he decidido dejaros un relato,rescatado de mi diario de esperas,para ver si consigo relajarme y,al mismo tiempo,entreteneros.Espero que os guste.
El caluroso dia llegaba a su fin cuando llegue a mi puesto,tras comprobar los otros cebaderos de la zona.Habia decidido ponerme en este porque,a pesar de no haber huellas,debido a la dureza y sequedad del terreno,la forma de tomar el cebo,me hacia pensar que,el visitante,podia ser un macho y,si habia suerte,de buen porte.
Mi puesto distaba del cebo unos siete metros a lo sumo.Estaba situado debajo de un gran pino y un algarrobo,que crecia a su lado,pero sin posibilidad de subirme a ninguno de los dos.No cabia otra opcion,que instalar mi silla en el suelo,quedando cubierta mi silueta,por las sombras del pino y el ramaje del algarrobo.
Mientras desplegaba mi silla,oi algunos ruidos entre el bosque de pinos que se extendia frente a mi,a los que no di importancia porque todavia quedaba bastante luz diurna y, este pinar,era utilizado como dormidero de las palomas torcaces.
Seguro que,en cuanto cayese la noche,como en otras ocasiones en las que me habia apostado en este cebadero,las ratas de gran tamaño que abundan en la zona,me tendrian entretenido,una vez mas,con sus carreras y sus saltos y cabriolas entre las ramas del pino,bajo el que estaba sentado.Es tan grande su tamaño,que una noche,tuve que encender varias veces mi linterna,para asegurarme de que eran ratas y no ardillas,quienes tenian montado semejante circo.
Sentado ya,mientras terminaba de ponerme la mosquitera,imprescindible en esta epoca,volvi a oir ruidos,esta vez mas cerca.Desde luego esta vez,no cabia duda de que no eran las torcaces pero,todavia era de dia y me parecia muy pronto para que fuesen los cochinos.
Lo mas probable,pense,es que sea algun perro,de los chalets que hay cerca,que anda suelto por aqui.
Lo que no habia duda es que,los ruidos,cada vez se escuchaban mas proximos al cebadero y,me dispuse a quitar el seguro de mi rifle,por lo que pudiera ocurrir.
Mi postura para el disparo es simpre la misma.Me busco alguna piedra,sobre la que pongo mi pie izquierdo y apoyo mi codo,sobre la rodilla.En esta posicion estaba cuando,los ruidos,cesaron a pocos metros del cebadero.
No me lo podia creer,ahi estaba.Un gran ejemplar,a la luz del dia,practicamente nada mas sentarme.
Por supuesto,despues de tantos años,no es la primera vez que me entran los cochinos al cebadero,con luz diurna,pero siempre,han sido primalones o alguna cochina seguida de su prole.
La vision de la cabezota de aquel macho,a escasos ocho metros de mi puesto,me produjo un temblor en mi pierna izquierda,que era incapaz de controlar.Solo con pensar,que el mas minimo movimiento por mi parte,delataria mi presencia,aumentaba cada vez mas el temblor.
Por fin,pasados unos interminables segundos,consegui serenarme y recupere el control de mi pierna,cuando el cochino,que se estaba tomando su tiempo,avanzo un par de pasos mas.
Ahora si que era totalmente imprescindible,no hacer el mas leve movimiento,ya que,mi unico camuflage,era la sombra del pino y mi mosquitera.
Espere a que avanzase definitivamente hacia el cebadero,momento que aproveche,para realizar el disparo al codillo.
El cochino,arranco siguiendo la direccion que llevaba,saltando por encima de las piedras que cubrian el cebo,y adentrandose en el pinar.
Lo verdaderamente complicado empezaba ahora.La luz del dia,habia dado paso al lubrican.
Antes de comprobar el tiro,debia calmarme yo y decidi esperar,al menos media hora,a que el animal que,con toda seguridad estaba herido,se convenciera de que nada le perseguia y se echase,en un intento de reponerse de su herida,acto que le llevaria a rendir su vida a consecuencia de la perdida de sangre.
El verdadero problema era,ya de noche,adentrarme en el pinar,a pistear el cochino y solo.
El pinar era una espacie de espesa selva,con infinidad de aluagas,zarzaparrilas y demas arbustos espinosos que,ademas de dificultar el avance,podian convertirse en una trampa al engancharte con sus agudos espinos.
En estas condiciones,si me adentraba en el pinar y sorprendia al cochino,o mejor dicho, me sorprendia el a mi,con vida y las fuerzas suficientes,yo no tenia escapatoria y lo iba a pasar muy mal con toda seguridad.
Casi habia pasado media hora desde el disparo y me acerque al cebadero.Enseguida vi la arrancada y unas gotas de sangre.No habia duda de que habia acertado.Pistearlo en ese momento o,dejarlo para el dia siguiente,era el dilema.
En un lado de la balanza,la dificultad del pisteo en las condiciones descritas,y en el otro lado,la posibilidad de que el calor estropeara la carne,que algun espabilado se apropiase de mi trofeo y, por ultimo y mas importante,que alguien se encontrase con el animal herido y pudiese salir malparado sin tener culpa de nada.
Decidi que tenia que acabar el trabajo y comence el pisteo.
El rastro de sangre,que el animal dejaba en su huida,era relativamente facil de seguir.Lo verdaderamente complicado era la vegetacion,que me obligaba en algunos momentos,a seguir el rastro arrodillado,y el temor a una inesperada embestida de la bestia.
Afortunadamente,recorridos algo mas de un centenar de metros,encontre el cuerpo sin vida,y comprobe que tenia un magnifico trofeo.Ahora,solo restaba sacar de alli,los 78 kg.que dio el animalito,una vez despojado de visceras.
Como suele ocurrir,en ese lugar no tenia cobertura en mi telefono,por lo que ,tuve que coger el coche y alejarme de la zona para pedir ayuda.Al final,despues de varios intentos fallidos para conseguir refuerzos,contacte con el presidente del coto y con su cuñado,que tuvieron la amabilidad de acercarse al lugar para ayudarme.
Quedaron gratamente sorprendidos porque,segun ellos,era el mayor ejemplar abatido en la zona esa temporada y decidieron publicar un articulo al respecto en un periodico de la comarca,para contentar un poco,a los agricultores de la zona,agobiados por las destrozas que les producian los jabalies.
Quien me iba a decir a mi,que iba a abatir un ejemplar asi,nada mas sentarme.
La lluvia hace rato que ha cesado y,contrariamente a lo que pretendia,tengo mas ganas de comenzar la temporada.Supongo que a vosotros os pasara lo mismo,asi que espero,que la lectura de este relato,os haga mas llevadera la espera.
Aqui os dejo este relato que subi hace algun tiempo en otro foro del que soy miembro.Espero que os sirva de distaccion.