La caza extremeña traspasa la frontera europea y llega a Asia

Abrir la carta en un restaurante de Alemania y encontrar una variedad importante de platos de caza es normal en cualquier temporada del año. En España sin embargo no ocurre más allá de la temporada cinegética, a pesar de que buena parte de esa materia prima que uno se puede llevar a la boca en Hamburgo o en Frankfurt es de procedencia patria, muchas veces incluso tiene su punto de partida en la región extremeña.

La comunidad autónoma exporta más del 90% de la carne que se caza en su dehesa y Alemania es su principal destino aunque se remite también a prácticamente toda Europa, desde Francia donde adoran el jabalí hasta Bélgica, Italia o Inglaterra. «En Francia nos la piden sobre todo antes de Navidad, fresca», indica Alberto Muñoz, de la empresa Cinegéticas Extremeñas que exporta desde Alcántara.

Destinos europeos donde son excelentes consumidores de venado y jabalí principalmente, un gusto que se va introduciendo sin embargo con mesura en las mesas españolas.

Hay empresarios extremeños que se han propuesto traspasar esa frontera europea para ir más allá, hasta Asia concretamente, donde la carne extremeña está teniendo una aceptación muy buena. Es lo que ha hecho la familia Rosa, segunda generación de empresarios cárnicos con sede en Villanueva de La Serena desde donde organizan la exportación de carne de caza.

«Estamos intentando vender en el mundo entero», cuenta Manuel Rosa, que ya ha colocado mercancía en Japón y en China. «Son destinos emergentes muy interesantes hasta los que no llevamos solamente carne de caza sino también de otro tipo, de cerdo por ejemplo».

Es la nueva aventura en la que se han embarcado estos empresarios que funcionan desde tierra de conquistadores, tal y como ellos mismos recuerdan cuando se refieren a esta expansión comercial en busca de nuevos objetivos gastronómicos.

La crisis no le afecta

Aquí, dentro del país el objetivo es que encontrar caza en una carnicería o en un restaurante sea una opción más habitual de lo que lo es ahora y aseguran que algo se va consiguiendo, aunque a un ritmo lento.

«En el norte de España y en la zona de Toledo es donde más asentada está la carne de caza mayor, pero lo cierto es que sigue habiendo más tradición con la menor», apunta el cabeza visible de la empresa, Manuel Rosa Ortiz.

Al estar el principal mercado de la carne de caza fuera de España la crisis ha afectado pero solo levemente al precio, que se mantiene en los últimos años en torno a 1,85 euros el kilo de venado y a 0,80 el de jabalí. No es solamente carne lo que pide el mercado exterior porque los asiáticos compran desde los rabos de los animales para la producción de cosméticos hasta los penes de venado para comerlos una vez secos e incluso los tendones de las patas con los que hacen hilo para coser.

Allí con las piezas de caza ocurre como aquí con el cerdo, todo se aprovecha.