Este es el relato de un día de caza que pasé hace un tiempo, podría ser una cacería más, pero esta tubo algo de especial, era la primera vez que me llevaba una escopeta de avancarga a una cacería de mayor, había ido a alguna cacería más con armas de avancarga pero siempre lo había hecho con rifles, en esta ocasión se me ocurrió llevar mi escopeta Fowler del 12 de un solo cañón (la que tengo en la foto de mi avatar).
Aquel día, había sido invitado a una cacería de jabalí, en un principio no iba a ir pues era el último día de caza menor en Castilla y León y quería ir a tentar las perdices, pero a última hora cambié de opinión pues se trataba de una cacería de las que a mí me gustan..... un pequeño coto con no más de 20 socios ubicado en un pequeño pueblo de alta montaña a unos kilómetros del mío, con unos paisajes maravillosos llenos de sendos bosques de pino y roble, sería una cacería entre vecinos del pueblo y algún amigo invitado por estos, entre los que yo me encontraba. Quedamos a las 8:30 de la mañana en el lugar de costumbre, al pié de un antiguo pilón de piedra que recoge las aguas de una fuente que mana de la montaña, utilizado por los pastores para darle de beber al ganado. El agua del enorme pilón estaba helada, el termómetro marcaba 6 grados bajo cero, aunque el día era claro y ya despuntaba el sol en las cumbres....
Encendimos una hoguera a la linde del camino para quitar el frío mientras esperábamos a los más rezagados, los perros (más de una veintena) repartidos en 3 remolques esperaban nerviosos con alguna pelea entre ellos y por fin llegaron los últimos cazadores, el presidente del coto nos repartió a todos a los distintos puestos y arrancamos con los todoterrenos hasta las distintas zonas del coto.
A mí me tocó con otro compañero en un puesto de "retranca" detrás de un cortafuegos, donde se habían colocado 7 u 8 cazadores en fila, nuestra función era la de abatir (metidos en medio de un robledal) las piezas que fallasen o se les pasasen a nuestros compañeros en la linea de tiro del cortafuegos. Yo al principio no iba muy convencido con el puesto pues no me gustaba la idea de que con tanto tirador en la línea del cortafuegos nos fuese a "tocar" algo a nosotros pero mi compañero, un "perro viejo" en los menesteres de la caza y gran conocedor del coto me dijo: "tu tranquilo que aquí siempre se cuela alguno y viene a pasar por estos robles" así que le seguí bosque a dentro hasta colocarnos a una distancia prudencial del resto de cazadores.
Cuando llegamos a un pequeño claro me dijo: "tu quédate aquí que yo me voy a colocar más para allá" en ese momento posé mi morral en el suelo y desenfundé la escopeta Fowler que la llevaba al hombro, mi compañero al verla me soltó: "coño!! hoy te has traído el trabuco" (pues el ya conocía mi afición por la avancarga) y sonriendo entre dientes se fué para su puesto a unos 100 metros de donde yo me quedé.....
Preparé la Fowler para disparar con una carga de 80grains de FF, taco de corcho y bala tipo slug de 24gramos fabricada por mí, poniendo una tapeta de cartón final para rematar la carga. Con esto me apoyé contra un roble donde pegaba el sol, mirando en dirección al cortafuegos donde estaban el resto de cazadores y me dispuse a esperar....
La mañana pasaba sin pena ni gloria, de vez en cuando se oía algún disparo delante de mí en la linea del cortafuegos o me ponía alerta algún perro de la rehala que ladraba el rastro cerca de mi puesto, a eso de la 1 del mediodía ya me estaba creyendo mis peores augurios de que no íbamos a ver nada en toda la mañana, cuando de repente, en un momento de silencio que no se oían ni perros ni cazadores, me pareció oir moverse la hojarasca de los robles que cubría el suelo...."será algún perro, pensé" pero por si acaso encaré la escopeta y me puse a apuntar entre los arboles delante de mí donde había oído el ruido, no ví ningún perro, seguí atento y lo ví!!!
Era un jabalí de tamaño medio que huía asustado de la zona del cortafuegos y en cuanto entró en los robles, viéndose más amparado por estos, se había parado a escuchar mirando para atrás, monté el martillo de la Fowler lo más sigilosamente que pude pensando en que me iba a oir, pero el animal estaba tan atento a ver lo que le venía detrás que no se percató de mi presencia así que pude apuntar a placer, lo tenía a unos 50 metros y en ese momento me arrepentí de haber retocado el punto de mira de mi escopeta pues se lo dejé muy grueso y a esa distancia casi me tapaba medio "bicho" pero aún así aguanté la respiración y disparé...BOOOOMMM!!! retumbó el bosque haciendo eco, se produjo la típica humareda blanca que se disipó en un segundo pues corría un poco de brisa (tengo que admitir que aunque todo esto pasa en unos pocos segundos a mí me parecieron minutos) y de repente empecé a oir el OOOINGG!! OOOINGG!! del jabalí herido, le había dado en un muslo trasero y se arrastró unos metros utilizando las patas delanteras pues las traseras las llevaba arrastras inutilizadas, sin dudar un segundo y escuchando el enloquecido alarido del animal eché mano al cuchillo que llevaba en la cintura dejando la Fowler posada en el suelo sobre la hojarasca y me dispuse a rematarlo.
Como ya he dicho estaría a unos 50 metros del animal y en cuanto arranqué cuchillo en mano, no habría avanzado más de 15 metros cuando el muy cabrón se pone a "remar" con las patas delanteras como alma que lleva el diablo y eso con una tremenda herida en su jamón trasero que dejó un enorme charco de sangre donde recibió el disparo, os juro que en ese momento pensé que se me iba a escapar, pues el bosque de robles era muy tupido y a mí me costaba más que a él esquivar los arboles, cuando de repente oí un BAAANGG detrás de mí y ví como el jabalí se paró en seco.... era mi compañero que había oído toda la "trifulca" y se había asomado a ver que pasaba, cazaba con un rifle de cerrojo con mira telescópica y remató el bicho de un certero disparo en el codillo exclamando: "joder,este tenía alas!!!"
Muchas veces se oyen comentarios sobre la resistencia o el aguante de estos animales a los disparos, yo ya he visto morir varios pero siempre te acaban sorprendiendo, por el "boquete" que le había hecho en el muslo la bala slug salía el humeante calor del cuerpo aún caliente del animal.....
Era una hembra pequeña de unos 30/35 kilos, acto seguido la arrastramos hasta el cortafuegos donde ya estaban recogiéndose el resto de cazadores que habían cazado otros 2 jabalíes uno de ellos enorme, la mía no era una pieza nada excepcional, pero aún así, recibí las felicitaciones de mis compañeros alabando el lance con aquella escopeta de avancarga, yo nunca olvidaré aquel lance, uno de los mejores que he tenido hasta el momento.
En cuanto pueda os pondré un par de fotos que hice del jabalí.