Destrozos en puestos de caza

Los cazadores han sido objeto de nuevos sabotajes. Una decena de puestos de la línea correspondiente al monte Jaizkibel han aparecido destrozados en las pasadas semanas. Se trata de infraestructuras gestionadas por la sociedad Galepertarrak de Pasaia, cuyos responsables han anunciado que cursarán una denuncia.

No es la primera vez que ocurren este tipo de hechos en la misma zona. Hace más dos años, en vísperas de los sorteos y del comienzo de la temporada, fueron destrozados dieciocho puestos gestionados por las sociedades Galepertarrak de Pasai Antxo y Usoa de Pasai San Juan. Miembros de estas agrupaciones explicaron entonces que ya habían sufrido estropicios semejantes con anterioridad.

Este último incidente de Jaizkibel ha tenido lugar en una línea situada junto a un sendero enmarcado en la ruta del Camino de Santiago. Un socio de Galepertarrak detalló los daños en un informe: “Los puestos numeros 1, 2 y 3 los han respetado (el 1 es una trepa), del 4 al 9 los han destrozado, el 10 es una trepa y el 11 está en el suelo los han respetado, el 12, 13 y 14 destrozados, el 15 han cortado la lona, el 16 ha quedado destrozado, el 17 medio destrozado y el 18 está intacto”.

Los cazadores atribuyen estos incidentes a “los anticaza” pero consideran también responsables a los guardas de la Diputación, a los que reprochan que sólo vigilen a los cazadores, “cuando tendrían que controlar a todo cristo, a los que pasean y a los que se llevan un acebo”.

La mayoría de los puestos permanecen fijos durante todo el año –los de Jaizkibel, entre otros- pero los de otras zonas se montan y se desmontan cada año. Como ejemplo del hostigamiento a los cazadores, el miembro de una sociedad señala que instalar los puestos en Aiako Harria “es como enviar una instancia al Rey. Hay que hablar con la presidenta del patronato, pedirle permiso, te lo dan a regañadientes, cada vez que entras y sales con el coche te toman nota de la matrícula…”
Este representante del colectivo mantiene que la presión sobre los cazadores en ese parque es constante.

Aclara que lo comprenden porque los guardas hacen su trabajo, pero lamenta que no apliquen el mismo celo en vigilar a los desaprensivos. “En temporada de caza vienen todos los días a darnos la caña. Ellos están también allí para controlar la ganadería y que nadie toque un árbol, pero acaba la temporada y sólo aparecen de vez en cuando ¿Por qué?”, interroga indignado.

Los cazadores exigen un cambio de actitud por parte de los guardas. “Dicen que no pueden hacer nada pero la Ley de Caza los reconoce como autoridad”. No obstante, reclaman responsabilidades a niveles superiores de la Diputación. “Si esto sigue así y no entran en razón estamos dispuestos a presentar una denuncia contra el delegado de Montes”.

“PATRIMONIO PÚBLICO”. Los cazadores se conformarían con que se vigilasen los puestos 15 días antes de iniciarse la temporada cinegética y dos semanas después de finalizada, que es cuando se producen las agresiones “a un patrimonio que es público”, recuerdan.
La última temporada ha terminado con destrozos también en puestos de otras zonas. El pasado mes de enero aparecieron arrasados tres puestos de la línea Ianci-Aldura, situados en el parque natural de Aiako Harria.

También en octubre un cazador eibarrés informaba de que se habían cerrado algunos puestos y se habían derribado otros en la zona de Itziar. Las sociedades no los levantaron y tampoco la Diputación, por lo que este año no se ha cazado en esa zona.