SARNA

La Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos ha contabilizado 105 rebecos muertos en las últimas semanas el parque nacional de los Picos de Europa, la mayoría de ellos afectados por el brote de sarna que desveló LA NUEVA ESPAÑA el pasado miércoles. Según el departamento que dirige María Jesús Álvarez, las muertes se deben a la epidemia que afecta al espacio protegido desde el año 2000, aunque «las particulares condiciones de este invierno» han favorecido que en esta ocasión se haya visto afectada «una de las poblaciones más singulares de rebeco del macizo central, en el entorno de las Vegas de Sotres, el lugar de concentración invernal de la especie».

La densidad de animales favorece, según la Consejería, que «cualquier patología se extienda con mayor facilidad», especialmente cuando, como ahora, «escasean los alimentos y los machos están debilitados tras la etapa de celo».

La guardería del parque ha confirmado que algunos de los 105 animales muertos que se han localizado en la zona estaban afectados por procesos distintos a la sarna; en concreto, por queratoconjutivitis, otra de las patologías típicas de la especie. A pesar de que la zona ha estado cubierta por una capa de nieve de casi un metro de espesor, los guardas han realizado el trabajo de campo habitual en estos casos, como la retirada de restos en el entorno de la pista Sotres-Aliva y en las proximidades del río Duje o la recogida de las cabezas de los animales para su estudio posterior.

La asistencia técnica veterinaria del parque nacional, que inició su actividad el pasado miércoles, está evaluando si resulta preciso adoptar medidas concretas con los restos de los animales muertos que quedan en la zona (pieles y huesos), como puede ser su retirada, enterramiento o quema.

La sarna sarcóptica del rebeco es la enfermedad más grave que afecta actualmente a la especie en la cordillera Cantábrica, donde apareció por primera vez en 1993. Los primeros ejemplares enfermos se detectaron en el Parque en 2000 y desde entonces su incidencia ha ido creciendo hasta abarcar el 70 por ciento del territorio protegido. La sarna, que provoca picos de mortandad como el que se produjo este invierno, es una parasitosis de fácil tratamiento, incluso con carácter preventivo, en el ganado doméstico, pero entre las poblaciones silvestres resulta imposible.

Episodios «similares» al actual, aunque «menos llamativos», ya se produjeron anteriormente, según la Consejería. En el invierno de 2009 murieron por una afección gastrointestinal al menos 38 rebecos en esa misma zona.