Más de 200 cadáveres han sido retirados de los montes en los últimos meses.
La cifra asusta: más de 200 cadáveres de cabra hispánica han sido retirados de los montes turolenses en los últimos meses. Una epidemia de sarna sarcóptica -enfermedad parasitaria muy contagiosa en fauna silvestre- se ha extendido por la zona del Matarraña, hasta convertirse en amenaza para la especie.
El foco principal se sitúa en los Puertos de Beceite, donde los cazadores, así como los senderistas y agricultores, localizan ejemplares afectados cada semana. La elevada densidad poblacional de este macizo, que se prolonga hacia Tarragona y Castellón, dificulta un control que encuentra en la actividad cinegética a su mejor aliado.
De hecho, el último Plan General de Caza ya recoge la posibilidad de ampliar el periodo hábil de captura en situaciones como la que se está viviendo. “En especies salvajes, es realmente complicado realizar saneamientos que frenen un brote de estas características. Por eso es importante que se puedan aumentar los cupos y que temporalmente no haya límite de precintos”, explica Nicolás Urbani, veterinario de la Federación Aragonesa de Caza, y recuerda que la sarna sarcóptica se transmite entre mamíferos.
“El principal peligro está en el contacto directo. De ahí que represente una amenaza para casi todos los ibéricos ungulados de gran tamaño. En seres humanos el contagio no es habitual, pero sí posible”, prosigue Urbani, y adelanta que no es fácil averiguar la evolución exacta de la epidemia. “Me parece osado hablar de un origen patológico y calcular por cuánto tiempo se puede prolongar”, concluye, en contraste con las reacciones que llegan desde tierras valencianas.
La Asociación de Propietarios para la Gestión Cinegética y Conservación del Medio Ambiente (Aproca) en Castellón señala a Teruel y Tarragona como culpables de la entrada de la sarna sarcóptica en su territorio, donde ya se han detectado cinco casos positivos.
Al respecto, el delegado de la Federación Aragonesa de Caza en la provincia de Teruel, Antonio Gómez, sostiene que “tanto el colectivo de cazadores como la Administración -a través de los agentes de protección de la naturaleza- están haciendo lo posible para frenar los contagios”, y que la preocupación es máxima.
“Si no se frena la expansión, las consecuencias económicas en los puntos afectados serán muy importantes, ya que la cabra montés es la especie predominante en el Matarraña. Habría que ver cómo se sobreponen los cotos”, concluye Gómez.
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