Me encanta este hilo.
Pues bien, despues de leeros y de pegarme una jartá a reir con los "cuñaos" os cuento mi fallo mas sonado.
Aunque el lances fue sobre cochinos me ocurrio estando a los conejos. El caso es que tengo un par de perras que dan los cochinos que es un escandalo, aun sin estar muy picadas a ellos, porque me toca estar con mucho cuidado en este tipo de encuentros ya que no son conscientes ninguna de todas de su propio tamaño y rara es la vez que no acabamos de noche liados con aguja e hilo. Sigo que me voy por los cerros.
Pues era un dia de enero, frio pero frio con narices como lo suelen ser por tierras zamoranas, y estabamos cazando una laderita de umbria, pequeñita, poco mas de 2 hectareas, pero muy muy cerrada de jara, paredes caidas y zarza. Llegamos y mi padre ya de forma automatizada tras tantas temporadas que se va hasta el final del jaral y se pone en una peña desde la que domina un escape muy querencioso para los conejos; y yo me subo a la parte alta donde hay menos monte y subido en una pared controlo algunos portillos muy bueno. Con la estrategia montada y con los perros que llevaban cazando ya un rato largo, pues no son perros que vayan entre los pies de uno precisamente, ya solo quedaba esperar y dejar trabajar a los protagonistas.
No habian pasado ni 5 minutos cuando siento latir a parado a la "Cuqui" e intuyo, porque ver poco, que el resto de perras van desde todos los sitios a la ladra de esta. Nosotros que gracias a la horas de caza disfrutadas con ellas ya distinguimos que ese latido era de cochino pues cargamos bala y a esperar, poco porque no paso mucho tiempo hasta sentir el arreon en el monte y a las perras salir latiendo. Derechito venia hacia mi lo que fuera, tanto tanto que me bajo de la pared y me pongo en medio del portillo, a "porta gallola" haciendo gala de mi inexperiencia pues era mi segunda temporada. En menos y nada me veo venir encima una manada de lo menos 10 cochinos con media docena de perros arreando pero bien por detras, claro aquello tenia todos los mimbres para acabr en fracaso, los queria matar a todos y paso lo mas normal, las dos balas no tocaron otra cosa que tierra, tierra que tambien saboree yo pues acabaron llevandome por delante y pisandome lo que me parecieron 10 elefantes. Como seria la cosa que a mi padre le entraron otros tantos y cobro 2 y yo no senti ni los tiros.
Para colmo mi padre habia visto toda mi azaña desde su postura, lo que me sigue costando alguna colleja cada vez que a esa laderita volvemos.