Lo siguiente de Fapas será afirmar que los cojones del oso (así se llaman) estaban grapados al resto del animal, que desde luego era una osa, para evitar el agravamiento de la pena por violencia de género.
Si en nuestro muy garantista sistema judicial hubiera un resquicio para las denuncias falsas, los litigantes temerarios y demás tropa que se dedica a acusar a los demás en un juzgado sin base firme, o a insultar o calumniar a colectivos enteros, y a todos ellos les costase aunque fuera una multa, otro gallo nos cantara.