Los lobos matan 3.000 cabezas de ganado al año en toda Asturias
En el conjunto de la región habitan unos 30 grupos familiares del cánido, que han ido tomando terreno en la comarca orientalDesde hace unas jornadas está en vigor el nuevo Plan del Lobo, documento que regirá la gestión de esta especie durante, al menos, los próximos cinco años. El texto viene a sustituir al aprobado en diciembre de 2002 y en el decreto publicado de forma reciente en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA) figuran una serie de aspectos que permiten conocer la situación de la especie en la región, su evolución en los últimos años y su incidencia sobre la cabaña ganadera asturiana. También se incluyen medidas destinadas a favorecer la coexistencia de la especie y las explotaciones ganaderas, otras encaminadas a sensibilizar a diferentes grupos sociales y potenciar las actividades turísticas vinculadas al cánido, sin pasar por alto las dirigidas a controlar su población o las indemnizaciones a abonar en los casos que produzca daños.
LAS CIFRAS1 millónde euros es el presupuesto que desembolsa anualmente el Principado para pagar daños.
16 es la media de lobos abatida anualmente en Asturias, sumando un total de 300 muertos desde 2002.
Entre los aspectos que permite conocer el texto final hecho público por la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos, está el que la Administración del Principado atribuye al lobo unos daños de cerca de «3.000 cabezas de ganado muertas al año» en el conjunto de Asturias. Esto supone que las arcas regionales están desembolsando anualmente «en torno a un millón de euros en indemnizaciones». Pese a que estas cifras pueden parecer elevadas, en el propio Plan del Lobo se especifica que «los daños imputados al lobo en los expedientes de indemnización nunca han alcanzado el 1% del censo ganadero regional», mientras que el porcentaje de ganaderías afectadas cada año ronda el 5% de las dadas de alta. También se indica en el texto que durante estos últimos años «el importe de daños es inferior al 0,4% de la renta agraria regional».
Indemnizaciones como base para la cohexistencia con la ganaderíaEl nuevo Plan del Lobo se marca como finalidad «la conservación de la especie en el ámbito regional, manteniendo un nivel poblacional adecuado en el marco de la preservación de la población noroccidental ibérica de lobos en un estado de conservación favorable, compatible con el desarrollo de las explotaciones agrarias, de modo que la especie pueda llegar a ser un elemento al servicio del desarrollo rural y aceptada por la sociedad en su conjunto».
En el propio documento se determina que «no es fácil estimar el número de individuos a partir del número de camadas o grupos familiares». Pero sí se indica que «desde 1986», tanto en Asturias como en el resto de la Península Ibérica, se ha constatado una tendencia al alza tanto en el número de manadas como en la ocupación del territorio que está realizando esta especie. De hecho se afirma que su número en los dos países ibéricos es de «más de 2.000 individuos», y apunta que en el caso de Asturias su población mayoritaria se distribuye por las sierras occidentales. Se trata, dice el texto, de una distribución que no ha variado significativamente en los últimos años, «con la excepción de la colonización reciente de la zona oriental de los Picos de Europa, donde se han asentado poblaciones estables, y la aparición de ejemplares en la sierra del Cuera y en la zona baja del Nalón-Caudal».
En la región este decreto fija en «en torno a 30» los grupos familiares asentados en el Principado, mientras que cifra en «más de 300» el total de las que habitan en la península, de lo que se desprende que un 10% de la población de lobos existentes en España y Portugal se encuentra en tierras asturianas.
El Plan del Lobo es de aplicación en todo el territorio regional e incluye una serie de medidas de control de la especie. Aunque para ello mantiene la división de Asturias en siete zonas donde hay una mayor presencia del cánido con el fin de lograr una mayor eficacia en la gestión de la especie.
Participación de cazadoresEl nuevo texto señala que desde que en 2002 se aprobó el primer Plan del Lobo en la región se han abatido una media de 16 lobos anuales. Esto equivaldría a que se han eliminado desde entonces cerca de 200 ejemplares, prácticamente la misma cifra en la que se estima que puede estar situada la población actual del cánido en la región. Desde la Consejería de Agroganadería se especifica que no todos los años se han extraído el mismo número de ejemplares, sino que ha habido ejercicios en los que se han eliminado 32, por otros en los que el número de cánidos abatidos ha sido de 6. A estos datos mencionados habría que sumar, según la Consejería, que una media de otros diez lobos al año mueren en Asturias por otras causas. Lo que implicaría que, entre cánidos abatidos y fallecidos por otros motivos, la región ha perdido más de 300 lobos desde 2002.
Sin lugar a dudas el aspecto más novedoso del nuevo Plan del Lobo respecto a su predecesor es que incluye la participación de cazadores en el control de esta especie, pese a que sigue sin estar declarada cinegética. Pero esta participación se circunscribe a situaciones puntuales que se detallan en el propio documento.
Según se recoge en el texto, la Administración regional elaborará un programa anual en el que se fijarán las medidas de control a realizar en cada una de las zonas de gestión en las que dividen Asturias. Los cupos se establecerán en base a los daños, los datos poblaciones del cánido en cada lugar o la conflictividad social que genera, entre otra serie de aspectos. El principal método para realizar el control de la especie serán los aguardos o recechos que lleve a cabo la guardería del Principado, o personal especializado. Como apoyo a estas acciones «se permitirá en las reservas regionales de caza abatir ejemplares de lobo en las cacerías legalmente establecidas de otras especies». Los cazadores no podrán quedarse con resto alguno de los ejemplares abatidos y previamente el guarda del coto les deberá haber informado de que se pueden llevar a cabo estas acciones.
«En circunstancias excepcionales y elevado número de daños» se autorizará el uso de armas a la Guardería de los Cotos Regionales de Caza en sus territorios para que colaboren con la Guardería de Medio Natural en la extracción de los ejemplares fijados en el programa anual de actuaciones. Y, en casos críticos, se podrá autorizar la participación de cazadores en estos controles.
También se prevé poder realizar batidas, aunque tendrán un carácter más limitado y se llevarán a cabo preferentemente en zonas de presencia no permanente de la especie. Otra de las medidas previstas es la retirada de camadas o capturas en vivo donde la presencia del lobo ponga en riesgo la conservación de otras especies. Estos ejemplares podrán ser llevados, como ya ha ocurrido con el caso de unos lobeznos capturados en Ponga, a la Casa del Lobo de Belmonte. Allí se espera que estos depredadores en cautividad reciban hasta 30.000 visitas al año. Precisamente este equipamiento es una de las vías con las que la Administración regional considera que se puede mejorar la percepción que de esta especie salvaje se tiene en algunos sectores de la sociedad.
AUTOR TERRY BASTERRA
FUENTE DIARIO EL COMERCIO DE GIJON