Siguiendo la idea de la receta de Jabalí dulzón de Elisa, he hecho un estofado para estas fiestas que ha quedado muy bien y creo que merece ser compartido.
Primero hay que trocear a dados de unos seis o siete centímetros cualquier parte del jabalí, y usar cualquier retal de carne que podamos aprovechar durante su despiece, limpiarlo de grasa y cualquier tejido o músculo que sobre. En mi caso utilicé unos cuatro kilos de carne.
Debemos trocear cuatro o cinco puerros tiernos, para que no dejen hebras, junto con un kilo de zanahorias y cuatro o cinco ajos.
Pondremos a macerar durante 24 horas el conjunto de la carne y las verduras con dos botellas de vino rosado y unas cuantas bayas de enebro (diez o doce) y unas hojas de laurel.
En el momento de empezar a cocinar escurriremos a conciencia el conjunto y reservaremos el líquido de la maceración. Pondremos una generosa cantidad de aceite en la cazuela y añadiremos las verduras que previamente habremos separado de la carne. Las dejaremos pochar un poco y luego añadiremos la carne, sólo hasta que pierda el color rojo.
Entonces añadiremos el líquido de la maceración o parte de él (cuanto más vino echemos a la salsa más fuerte quedará) y removeremos bien el conjunto mientras el alcohol del vino se evapore. En ese momento añadiremos las ciruelas pasas deshuesadas y los dátiles, también sin hueso. En mi caso añadí una decena de pasas y una decena de dátiles, pero entiendo que podrá regularse el punto de dulzor deseado en función de añadir la fruta adecuada.
Luego cubriremos bien con caldo de carne y dejaremos que el conjunto se cocine a fuego lento hasta que la carne esté blanda y el líquido suficientemente reducido. Pueden pasar un par de horas tranquilamente, que estos guisos no quieren prisas, durante los cuales veremos si hay que añadir o no más caldo.
Una vez hecho y corregido convenientemente de sal y pimienta, si se desea un acabado más fino se separa la carne de la salsa, se tritura esta última y se pasa por un chino, añadiéndola de nuevo a la carne.
Puede servirse con cualquier guarnición, pero en este caso elegí unas chalotas confitadas , unas patatas fritas a dados y unas setas de cardo a la crema, que era primero de año y había que lucirse.
Lamento no haberme acordado de sacar fotos, pero con el resacón del día anterior bastante hice con mantenerme derecho.
Espero que os guste y lo probéis con vuestras próximas capturas.