Viene al hilo de la manifestación celebrada el día 3 de marzo de 2019, por la que se pedía respeto al mundo rural y a sus tradiciones.
A consecuencia de todo ello, he presenciado un debate en la cadena televisiva cuatro en la tarde del mismo día 3, moderado por Roberto Arce, en la que intervenía la presidenta de pacma -Silvia Barquero- y un representante o portavoz de la plataforma que convocaba la citada manifestación.
Tengo que decir que no sé qué me ha producido más indignación, si la intervención de la Sra. Barquero o la del representante antes aludido.
El discurso de la Sra. Barquero es claro y estudiado, orientado a una sociedad urbanita, con poco conocimiento del medio rural y, por tanto muy influenciable con mensajes superficiales, frívolos y mal intencionados.
Pero el que no tiene perdón de dios son los argumentos esgrimidos por el representante de la plataforma. Este señor dos cosas: o no se había preparado nada, pesando que se enfrentaba a algún exaltado analfabeto o bien se ha puesto nervioso, porque el tiro le ha salido por la culata.
No ha esgrimido ningún argumento válido que convenciera, mínimamente, a cualquiera que estuviera viendo dicho debate y no haya pisado nunca un tomillo. Se ha dejado interrumpir contínuamente y ha aludido, principalmente, a la importancia económica y al potencial voto del campo.
A mi entender dicho discurso es equivocado, puesto que en estos debates televisivos, a los que tienes de "poner de tu parte" no es a los políticos y empresarios, si no a la ciudadanía y para éstos -poco entendidos en el tema- la justificación de la caza ni es una cuestión de números ni de votos, si no de ètica.
En ese debate, la Sra. Barquero nos ha tratado -como siempre- de asesinos y maltratadores de animales silvestres y de perros de caza y la contestación que ha tenido es, básicamente, que la "caza mueve millones de euros y crea empleo", a la vez que "los cazadores votan", argumentos ambos muy pobres a la hora de rebatir dichas afirmaciones, así como de convencer a gente urbanita sobre la justificación que tiene en pleno siglo XXI el hecho de practicar la caza de forma ordenada y sostenible. Una mera y escueta alusión a los daños que le han provocado los jabalíes en su jardín es lo más parecido a un discurso coherente que ha pronunciado este señor. Lamentable.
No existirá gente dentro del colectivo del mundo rural una personac preparada para que, aprovechando las pocas oportunidades que nos brindan los medios generalistas, justifiquemos con argumentos coherentes el hecho de practicar y proteger nuestras tradiciones rurales.
El final del debate me dejó un sabor como que habíamos perdido una de las últimas batallas que nos quedan en esta guerra. Espero equivocarme.