Crónicas Monteras 2011-2012 (I)

Como lo prometido es deuda aqui teneis mi crónica, pido perdón de antemano por ser tan extensa.

Finca: La Palomera (Alía)
Orgánica: Monteros de Sopetran
Puestos: ??
Rehalas:??
Resultados: 42 venados, 56 cochinos y 1 muflón (Ciervas a parte).
A destacar 1 venado precioso de 14 puntas, alto, grueso y simétrico y una docena muy bonitos de montería. Otros 10 o 12 machos de jabalí entre los que destacaban 2 berracos con unas defensas enormes y el muflón que para lo pequeño de cuerpo que es tiene un bonito trofeo.

Precioso día de montería que disfrute junto a mi tío, él fue el que me inició en la caza hace ya la friolera de 16 años, primero como morralero y después dejándome pegar mis tiritos en la menor y la verdad es que no concibo hoy en día la montería si no es con él a mi lado (esos abrazos después de un lance felizmente culminado saben a gloria).

Nos dimos cita en Alía, pueblo en el que nunca había estado para montear la finca La Palomera y en la que tenía puestas grandes esperanzas debido a los comentarios que me habían llegado de diferentes fuentes, entre ellas de compañeros de este foro.
Tras los saludos de rigor y un café en el Hotel Valmayor, se emplaza a los asistentes para comenzar el sorteo.
Me toca una de las traviesas centrales, la verdad es que no tengo mucha predilección a la hora de elegir una armada porque aunque me gustan esos puestos de traviesa sucios de monte donde oyes a los guarros en la espesura y los esperas salir al cortadero, prefiero esos puestos de cierre o sopié donde me producen sensaciones especiales esos venados que vienen corriendo en tu dirección, que le vamos a hacer si soy mas de venado, asi que como no conozco la zona ni la finca, me conformo con pensar que ese puesto es el mejor, sin lugar a dudas asi será.

Tras un pequeño desplazamiento en coche en el que vamos observando una parte de la finca llegamos al lugar del sopié donde nos detenemos para dejarlos.
La finca me sorprende gratamente de lo bonita que es, tiene unos dehesa por la que trascurre un pequeño río el cuál seguro que aporte agua a los animales en verano, pero lo que mas me llama la atención son esos collaos en la parte alta entre medias de los canchales que hacen de linde con el Coto Regional y por los que seguro tienen su huida los cochinos, os dejo unas fotos que desmerecen y mucho lo bello que es el lugar.

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Al llegar al lugar advierto un cortadero que según sube hacia los canchales de la parte alta se va ensuciando e inclinando cada vez más y mirando a mi tío le digo que se prepare para la jornada que nos espera, él me dice que seguro que no es allí donde nos toca ponernos y yo sonrío con un tono de ironía que hace que mi tío pierda la sonrisa que tiene en la cara. A la derecha se aprecia el cortadero por donde deberíamos subir.

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Efectivamente en la linde con el monte donde empieza el cortadero queda el número 1 y nosotros somos el último puesto antes del postor. Nos tocará subir hasta la pedriza de arriba pues allí a la izquierda de esta se encuentra nuestra puerta.
Tras dejarnos el alma en la subida con sus correspondientes parones para tomar aliento, aprovecho para sacar alguna foto.

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El puesto es de ensueño, esta pegado a la pedriza de la derecha y el postor quedaría en el canchal de la izquierda repartiéndonos el collao a medias.
Tiene un pequeño cortadero de 5 metros de ancho muy sucio que va en paralelo a la cuerda por el que se descubren varias gateras bastante tomadas y luego mas monte hasta culminar en el alto donde se aprecia una alambrada que divide la finca del Coto Regional.

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Preparamos los bártulos y nos disponemos a esperar, estoy empapado en sudor de la paliza que nos hemos pegado para subir y además empiezo a tener frío pues estamos a la sombra de la pedriza.

Al poco oigo en el valle un tronchar de jaras y una carrera, adivino que debe ser un venado rompiendo monte y efectivamente vemos como el venado seguido de un podenco blanco va paralelo al sopié por el número 1 que le suelta un balazo sin tocarlo, el venao vuelve a meterse en dirección al monte ahora para subir hacia nuestro collao pero esta lejísimos, va andando, se para, vuelve a andar pues es seguido por el mismo perrete, se vuelve a parar, así hasta que a media ladera aparecen dos podencos que lo hacen dar media vuelta otra vez sobre sus pasos en una alocada carrera que lo devuelve nuevamente sobre el puesto número 1 que le suelta otros 2 tiros y que nos da la sensación de no tocarlo de nuevo. Vaya lance emocionante le digo a mi tío, el asiente con la cabeza.

A los pocos minutos oigo como suena la alambrada de detrás, le emplazo a mi tío que este atento pues he oído algo y él no tiene muy bien desarrollado este sentido y al momento nos aparece por la espalda a unos 10 metros en dirección a la mancha una cierva enorme que nos da el susto de la mañana pensando en ese venao que vendría alambreando en paralelo por la cuerda, al minutos aparece la rehala por el rastro y se pierden por el valle.

Esta misma rehala al introducirse por ese sitio forma un escándalo monumental, suenan ladras por todos lados, vemos como el postor se prepara y dispara en 2 ocasiones, oímos un tronchar de jaras y volvemos a verlo esta vez abrazandose con su acompañante, parece que han matado 1 guarro.

Al ruido de los disparos hacen presencia en el valle y saliendo de la espesura una collera de venaos, uno de ellos precioso, van en dirección al sopié y llevan media rehala detrás, al salir a los claros suenas las detonaciones pero debido a la distancia que nos separa, no sabemos si se habrán cobrado.

Tiran en nuestra traviesa aunque nosotros estamos haciendo mas bien de cierre, creemos que es a los guarros que cruzan el cortadero.

Ahora nos toca a nosotros, oigo en la espesura un ruido de jaras, vienen en nuestra dirección, tengo que avisar a mi tío pues sigue sin enterarse, le voy señalando por donde vienen, se los canto de una forma que me sorprendo de la facilidad que tengo para escuchar a estos animales, los oigo cada vez mas cerca, intuyo que son varios, por ahí, ahora mas arriba, van a salir por una trocha del cortadero al collao, todo esto sin hablar y gesticulando, momento en el que hacen acto de presencia 2 guarretes que vienen andando y al salir emprenden su huida cruzando como rayos, suena el rifle y el primer guarro queda inmóvil en mitad del cortadero, el segundo tiro es fallado estrepitosamente y justo antes de que desaparezca entre el matorral vuelve a sonar el rifle alcanzando al guarro en una pata trasera, me quedo mirando el viaje pero no veo nada, voy corriendo al tiro, uno yace en mitad del cortadero pero del otro no hay rastro y me vuelvo, al rato llegan los perros, uno de ellos late a parado, se produce el agarre y el rehalero la remata sacándola al cortadero. Me fundo en un abrazo con mi tío, estos momentos no los cambio por nada en el mundo, las felicitaciones de rigor y me cede el rifle, me dice que tengo mucha suerte de oírlos porque aunque se los cante de esa manera, cuando salen al cortadero siempre le sorprenden porque no sabe por donde lo harán y que cuando quiere disparar ya van por la mitad de este y de ahí sus fallos, yo lo asiento con una ligera sonrisa.

Avanza la rehala hasta que la perdemos de vista cuando ahora es el amigo del postor que apunta a algo y tira hasta en 3 ocasiones, los vemos como han tenido que acertar nuevamente pues se felicitan.

Ahora queda todo en tranquilidad unos minutos, estos momentos pasan rememorando el lance vivido y de vez en cuando miro a mi tío que tiene la vista perdida en el infinito. Me encanta la montería y sus sensaciones.

De repente vemos como el postor apunta en dirección a nuestro collao, nosotros no vemos de que se trata por lo tupido del monte, al pasar la parte que delimita las zonas de tiro aprieta el gatillo, nosotros seguimos sin ver nada, va en su dirección, al poco suena otro, ahora hace acto de presencia un guarro que lleva la boca abierta por el cansancio, es mas grande que los otros que hemos tirado, va hacia ellos pero al llegar al canchal de piedras no puede seguir y tira en dirección al cortadero para salirse de la mancha, antes de que salga a este y en un clarete le pega un tercer tiro dándole en los cuartos traseros pero este sigue como si nada, cuando sale al cortadero y viendo que no son capaces de verlo por las piedras que tienen delante, me precipito tirándolo y errándolo, ahora apunto a conciencia y antes de que desaparezca lo vuelvo a tirar y aunque me da la sensación de que se encoge, sigue su camino. Hay un momento de silencio y veo como el postor apunta de nuevo y tira 1 tiro, me hace un gesto de que el guarro ha caído, lo ha tirado justo en un clarete antes de llegar a la alambrada.
Me vuelvo a abrazar a mi tío, me felicita por el lance y aunque no sabemos si lo he dado y a sabiendas de que el postor lo había pegado primero, nos lo estamos pasando en grande y hemos tirado los dos, que mas se puede pedir.

Todo queda en calma, pasan unos minutos y ya es tarde, se me ha pasado volando el tiempo, tienen que ser las 3:30 o las 4, el postor se acerca al puesto y le ayudo a sacar el último guarro al cortadero.
Vemos que tiene un tiro en los cuartos traseros rozándole el culo, un segundo tiro empanzado por el lateral donde lo tiré yo y un tercer tiro en la zona de la columna, de atrás hacia delante que lo hace quedarse en el sitio cerca de la alambrada. Lo felicito y me dice que vaya al puesto, que todavía puede entrar algo y que él va a por la mula. Al rato hace acto de presencia la bestia.

Y aquí la anécdota de la jornada, en estas estamos, yo en mitad del cortadero a unos 50 metros del puesto, acercando el tercer guarro a los otros dos para la correspondiente foto y porque había indicado al dueño de la bestia donde están los guarros de los compañeros cuando de repente oigo algo entre las jaras, levanto la vista y veo un cochino que sale entre el puesto y yo, el guarro al verme se asusta y va en dirección a mi tío que lo mira quieto y sin querer apuntar por tenerme de frente, yo corro hacia la mancha y me tiro al jaral haciéndome trizas un brazo para que lo pueda tirar, con el ruido el guarro que toma en dirección contraria hacia la cuerda para salirse y le pasa a mi tío a escasos 5 metros, yo espero la detonación y esta no se sucede, salgo del montarral y lo veo descojonándose de la risa, cuando vuelvo al puesto le doy la mano, un abrazo muy sentido y las gracias con los ojos humedecidos y el mirándome nuevamente y después de un silencio se vuelve a descojonar al verme como tengo la ropa y el brazo.

Aquí el resultado de la postura

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Comentamos los lances con los compañeros de armada, según bajamos por la traviesa vemos un guarro con una boca muy bonita, en el sopié vemos como la mayoría de los venaos cerca de nuestra armada se han matado allí donde yo intuía, uno de ellos espectacular.
Comemos y felicito a los organizadores por el gran día que me han hecho pasar, sobre todo para mí por lo narrado y las sensaciones vividas y antes de partir a casa vemos el plantel de reses.

Eso ha sido todo, espero no haberos aburrido con este tochazo, un saludo.