Una finca que no tiene posibilidades de aburrirme, cada viaje tiene un encanto especial, una vez, por que tiene los cultivos altos y exige un modo de cacería en la cual cuesta ver a los animales,
otra vez, por que se han cultivado y nos permite apostarnos divisando la fauna variada, eso que tanto nos acelera el pulso, eso que llevamos en la sangre y por lo cual hacemos cualquier
sacrificio.
En este caso, iba a estrenar un nuevo "fierro", cosa cautivante si las hay. estar en ambiente sinegético entre historias y anecdotarios.
Este campo en especial, ofrece una posibilidad "privilegiada" a aquellos que gustan del long range, se pueden divisar desde las distintas lomas, animales que bordean el monte (mucha cantidad de
especies en veda, como el guazuncho / viracho / corzuela, como gusten llamarlo); por supuesto, no se les da caza, aunque engalanan el escenario.
En la mañana, salimos a hacer un amanecer para ver si veíamos un lindo axis, no hallamos nada que nos permitiera realizar el tipo de caza con la que comulgo. Volvimos a media mañana, asado
con buen vino y...siesta!
.
De tarde, luego de unos mates, equipo listo para ir al apostadero. levantamos rastros en varios y elegimos entre los que había habido movimiento, el que ofrecía el mejor paisaje.
Un par de horas, y lo que era una promesa, se convirtió en decepción. Le dije al guía, vayamos a recorrer el campo, hay buena luna, quizás podamos encontrarlos...si ellos no vienen...
Acertada decisión. Caminamos por un rastrojo y a unos escasos doscientos metros, hallamos una piara que se estaba alimentando. Nos arrimamos hasta quedar a tiro de un animal enorme que
presumíamos padrillo!. Quedamos a unos 70 metros y la Steyr bufaba por soltar plomo
, me acomodo y sueltos el booom!, quedó en su sitio, nos arrimamos y era una chancha del
tamaño de un ternero!, como 140 kilos!, Una alegría enorme, la misma que me embarga cada vez que estreno un fusil y este me entrega su satisfacción.
Cargamos en la chata y seguimos la recorrida; como soy un amante de la caza y las armas y el debut había sido el mejor, decidí usar otro fusil, algo quizás incomprensible para quien solo gusta
de la caza. Pero bueno, cada loco con su tema, escogí el querido 7 x 64 y salí al nuevo raid, en un cruce de caminos, identificado por tres enormes árboles, nos paramos sobre una loma y vimos
a unos quinientos metros (generosa la luna y las nubes ausentes) otra piara, hicimos arrime y a unos cien metros decidí no correr mas riesgos, me preparé y nuevamente booom!.
otra chancha soñada para mi cocina!, unos sesenta kilos, con una gordura propia de este espacio.
La noche estaba sobre ruedas, no paraba de mencionar que en el apostadero, hubiese estado a los cabezasos del aburrimiento y trocamos todo por pura adrenalina!.
El guía me dice, "ya que estamos cerca, si quieres vamos al corral, donde suelen haber visitantes!. Como negarme!, ¡¡¡ vamos !!!. Nuevamente con el 308 en mano, recorrimos el potrero y
saliendo de una tapera, empezamos a bordear un alambrado, cuando el guía se planta como el mejor perro perdicero, y me dice: " ahí los tenés". Cuatro lechones de esos a los que no acceden
los presidentes de países
, disparo al cogote el apuntado, con la suerte de dar en la paleta del que estaba detrás, dos de un tiro como en el viaje anterior!.
La noche se convirtió en soñada, las malos augurios sobre este mal que no es exclusivo de nadie, me decidieron a llevar la mayor cantidad de caza posible, quizás sería varios los meses sin salir
nuevamente, al menos quería asegurarme pasarla bien en casa y ese deseo, estaba cubierto, que puede alegrarnos mas que cumplirlos?.
Al día siguiente (el del regreso al mediodía), salí a hacer otro amanecer, con el Winchester en mano, estaba decidido a dar caza a un axis aunque sea a distancias mayores a las que me gusta
cazar. Un recorrido de una hora y vimos muy lejos un rebaño. Hicimos unos quinientos metros mas con la camioneta y decidimos bajar, otros tantos a pié (quizás mas) nos vieron y huyeron,
seguimos por un camino en una cañada y al divisar al fondo del mismo, vimos unos benditos cuernos que no sabíamos calificar. Le vas a tirar igual no? -balbuceo el guía-, claro!...me tienen sin
cuidados los adornos!. Puse el trípode y a unos doscientos metros, el macho acuso el disparo del 300 H&H. "está pegado" dijo el guía, arrimamos y allí estaba mi premio, el de esas salidas de
caza, por las cuales cualquiera firmaría un contrato de por vida.
Unas fotos.
Cordial saludo para todos.
Edito, para agregar datos:
Steyr 308 con mira Kahles 3 a 10 x 50 ret.4 dot.
Munición Hornady superformance de 150 granos
El 7 x 64 con Sellier y Bellot 173 granos Soft point.
Zeiss Victory de 2.5 a 10 x 50 ret.4
Y el .300 H&H con Winchester Silver tip de 180 granos.
Nickel supra de 2.5 a 10 x 46 ret. 4
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