Hola a todos, en este hilo solo quería contaros una serie de vicisitudes por las que he pasado con un rifle que tengo y que como consecuencia de un cambio de culata el arma comenzó a tener un comportamiento extraño, perdiendo las magníficas agrupaciones que tenía antes de la operación de maquillaje.
El rifle en cuestión es un antiguo Brno modelo ZKK602 del calibre 300 Win. Mag que ya conocéis en esta casa pues en otro hilo os conté la operación de cambio de culata y rejuvenecimiento al que fue sometido, concretamente en este:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]La nueva culata que le puse es una Bell and Carlson específica para un CZ550 Magnum, que fue el modelo que sustituyó al ZKK602 y es muy parecido, ya que no existen actualmente culatas sintéticas para un rifle de 40 años.
Para montarla tuve que llevarla a un armero ya que de los tres tornillos de fijación que trae el Brno, la culata solo traía dos y aunque aparentemente servía perfectamente para el rifle, esto era un gran problema pues el material de fibra de vidrio y carbono es muy duro y para mí no era fácil hacer el agujero con la precisión que requería el asunto.
Una vez colocada la culata en el rifle cuyas fotos ya habéis visto en el enlace que he puesto anteriormente, le instalé un visor multipropósito ya que el rifle solo pensaba usarlo ocasionalmente para monterías y esperas. El visor elegido fue un Delta Titanium HD de 2,5 – 15 x 56 con retícula iluminada.
Con munición de fábrica de varios tipos, varios lotes de munición recargada por mí y mucha ilusión, me fui al campo de tiro para centrar el visor.
La primera sorpresa fue agradable, al disparar pude comprobar que la culata absorbía perfectamente el retroceso del 300 y lo controlaba bastante, limitándose a dar un empujón más o menos fuerte.
La segunda sorpresa ya no fue tan agradable, comprobé que los tres primeros disparos con munición comercial tenía una dispersión de unos 8 cm a 100 metros.Pensé que esa munición no le gustaba al rifle y probé con otra distinta con resultados similares.
Un poco decepcionado y desorientado ya que el rifle agrupaba con su antigua culata sobre 0,5 MOA y aún menos con munición recargada, repasé los tornillos del rifle, así como los de las bases y anillas del visor, comprobando que estaban todos apretados. También probé con la munición recargada consiguiendo la mejor agrupación en unos 5 cm.
La tercera sorpresa es la sensación de que el disparador me parecía bastante más duro que antes, aunque no tenía sentido ya que nadie lo había tocado y pensé que era un tema de sugestión.
Disgustado me volví a casa y en el trayecto no paraba de darle vueltas a la cabeza sobre las causas de que el rifle no agrupase como antes. Ya en casa repasé la boca del cañón por si le hubiera dado algún golpe, comprobé el espacio de cabeza del cerrojo y alguna cosa más. Comprobé la resistencia del disparador y para mi sorpresa había pasado de 1,5 kgs que tenía antes a 2,3 kgs y a veces 1,9, otras 2,1 kgs…etc. La salida era irregular y no era nítida.
En casa también pude comprobar que el apoyo del bloque delantero del rifle que encaja en el hueco de la culata correspondiente, para descargar así el retroceso, encajaba bien y tocaba en la zona correspondiente. Miré el cañón y estaba flotado, aunque en la culata original y en la que tuvo después, no lo estaba y tenía un punto de apoyo en el puntal de la culata.
Así que volví al armero y después de examinarlo con mucho detenimiento y varias pruebas, vimos que el tornillo trasero que va detrás del guardamonte y atraviesa la culata, asomando la punta justo por debajo de la nuez, en origen quedaba enrasado con el carril metálico bajo la nuez por el que se desplaza el cerrojo, sin embargo ahora vimos que le faltaban unos 3 mm para llegar arriba, estando por debajo apretado al máximo. Llegamos a la conclusión de que como el disparador por encima de la cola del mismo, es una pieza de acero recta que encaja en un hueco que lleva el fiador por su zona inferior que tiene una forma de V invertida, al faltarle 3 mm para llegar a su sitio donde encaja, hacía menos fuerza en la parte ancha de la V del fiador y necesitaba más fuerza para liberarlo, teniendo además mayor holgura que antes y por eso un comportamiento más irregular.
Por lo demás aparentemente el rifle encajaba perfectamente en los huecos de la culata correspondientes, por lo que en principio pensamos que la falta de precisión podía estar motivada por la dureza excesiva del disparador y su falta de regularidad.
El armero fabricó otra cola de disparador nueva con la palanca superior más larga 3 mm y después de un buen trabajo de pulido consiguió dejar el disparador a unos 950 gramos y con excelente salida y regularidad.
Así que de nuevo al campo de tiro con ilusión renovada, distinta munición comercial y cargas nuevas con las puntas que mejor agrupó. Allí me esperaba una nueva decepción ya que con la munición comercial siguió la misma tónica y con la recargada, peor aún que la vez anterior.
El tema para los que disfrutamos con las armas suponía todo un reto y yo estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para recuperar el rifle, ya que además del cariño que le tengo, el tema era para mí ya algo personal.
Consultando con algún compañero del Foro muy experto en estas lides y buen conocedor de los Brno/CZ y después de darle muchas vueltas al asunto, además de ver varios videos Yankees sobre el tema, pensé que la solución podía ser desmontar la culata y calzar el cañón justo en el puntal, para que tuviera un punto de apoyo fuerte como en las dos culatas anteriores, por si acaso el pesado cañón estaba calculado para que tuviera un nodo en ese punto y anular así las vibraciones del mismo justo en esa zona. Parece que en algunos rifles que no agrupan bien puede ser una de las soluciones que funcionan, aunque para ello habría que ir variando el calzo hacia el extremo de la culata y probar hasta encontrar el “nodo”. Solo lo hice en el puntal, ya que allí era donde apoya en sus culatas de madera.
Procedí en casa a calzar el cañón con papel de aluminio y dejarlo bien apretado contra la culata, y vuelta al campo de tiro con la nueva munición. Nueva decepción y agrupaciones entre los 5 y 10 cm a 100 metros, siendo las mejores con munición recargada. Vuelta a casa dándole vueltas a la cabeza y nueva llamada a los amigos para tratar de buscar soluciones.
Así que ya un poco desmoralizado quito el calzo del cañón, lo dejo flotado de nuevo y decido como último recurso hacerle un bedding o “encamado” de resinas para ver si esto soluciona algo, ya que uno bien hecho suele generalmente mejorar el arma. Para ello me voy a otra armería madrileña de la que tenía referencias sobre su buen hacer.
En la armería comento el problema al armero y este desmonta la culata, tiñe las partes metálicas del rifle, la encaja de nuevo y aparentemente todo encaja a la perfección. Sin embargo, sin colocar aún los tornillos, coge un mazo de goma y golpea la acción hacia adelante y hacia atrás y…….. ¡sorpresa!, hay una ligera holgura longitudinal.
Por otra parte como la cabeza del tornillo al que le faltan unos 3 mm para llegar a su tope es muy gruesa en los antiguos Brno, con un grosor mínimo de 3 mm, el armero decide rebajar la cabeza del tornillo por su parte inferior 1,5 mm para ganar esta longitud de apriete y que apenas le falte 1 mm para llegar a su sitio.
Y por último, me hará un bedding con resinas en todas las partes de apoyo de la acción y soportes del cañón, algo que aunque es aparentemente fácil, hacerlo perfectamente no lo es tanto y creo que hay pocos armeros capaces de ello en nuestro país.
Recojo el rifle en la armería y me desmontan la culata para que vea el nuevo asiento y pueda comprobar que encaja de tal forma que para volver a colocarla hay que utilizar un mazo de goma, comprobando que el tornillo ha subido casi 2 mm y que el disparador se ha quedado en unos 800 gramos de presión. Con nueva munición comercial y alguna más recargada regreso de nuevo al campo de tiro.
Ahora sí, me llevo una gran alegría pues el rifle vuelve a ser el mismo de siempre. Agrupa con munición recargada y punta Hornady ELDX de 178 grains en unos 2,5 cms, con Rémington Accutip de 180 grains en unos 2 cms y con la Federal Soft Point Power Shock 180 grains realizo varios grupos que hacen un trebol y vuelve a los antiguos 0,3 MOA. Compruebo que las puntas demasiado afiladas como las ELDX y algo menos la Accutip no son las que más le gustan, algo lógico en un rifle de casi 40 años con un estriado hecho para las municiones de entonces como las Power Point, Remington Core Lock o la Federal Soft Point, con más superficie de forzamiento en las estrías que las muy afiladas modernas.
Así que contento por haber recuperado a mi antiguo compañero de caza y haber solucionado un problema que me tenía ya “comida la moral”, vuelvo a casa con el rifle centrado con las Federal Soft Point y listo de nuevo para cazar.
La conclusión que se puede sacar de esta experiencia es la enorme importancia que tiene la unión entre el conjunto acción-cañón y la culata, esta tiene que ser perfecta. La culata debe ser un molde exacto donde todo encaje sin holguras, proporcionando una total rigidez al arma sin que existan holguras de ningún tipo.
Disculpad lo largo que me ha salido, pero creo que era conveniente dar todos los detalles, aunque alguno me dejaré en el tintero, por si alguien tiene problemas similares con su rifle y en algún momento la experiencia le puede ser de utilidad.