Rececho de macho montés

El pasado día 3 de enero fui a recechar por primera vez. Estoy trabajando en el extranjero y necesitaba quitarme las ganas de cazar, puesto que este año no he podido ir a cazar al jabalí como hago desde hace años. Había estado buscando recechos de muflón cerca de mi casa, Zaragoza, pero al final me decidí por una cabra. Quedé con la sociedad de cazadores de un pueblo del Maestrazgo turolense, para cazar un ejemplar selectivo, de más de 6 años.
LLegué al pueblo el día 2 después de comer, y llamé al presidente de la sociedad, con el que quedé. Este vino a verme junto al socio que me iba a servir e guía en el rececho. Rellenamos los papeles de la autorización y luego el guía me propuso salir a dar una vuelta hasta que se hiciera de noche. Si no me importaba, nos acompañaría su padre, al que le gusta mucho salir al monte. Los tres juntos nos dirigimos en su coche al monte. Después de poco rato llegamos a un barranco en el que habían visto unos días atrás un animal como el que buscábamos. Allí, dos machos imponentes nos hicieron temer que espantarían al resto, pero aunque salieron corriendo hacia el fondo del barranco, los que buscábamos aún estaban allí. Vimos al macho que buscábamos, un animal viejo, de 11 años, pero con poca cuerna, unos 60 cm. Estaba rodeado por un rebaño de unos 12 ó 13 animales, entre hembras, cabritos y machos jóvenes, con uno adulto muy bueno. Sin perder mucho tiempo tratamos de entrarles. Cruzamos el barranco para acercarnos con el aire a favor, llegando por arriba a los campos dónde los habíamos visto paciendo, pero cuando nos asomamos, habían desaparecido sin que nos diéramos cuenta. La noche se acercaba, así que nos dirigimos al coche para volver al pueblo, allí nos tomamos una cerveza los tres juntos, y el guía me contó que ha ese macho han tratado de tirarle un par de veces más pero no hay manera, siempre se escapa.
A la mañana siguiente, a las 8 me pasaron a buscar de nuevo al hotel. Fuimos con el coche a revisar algunas zonas donde había algún macho como el que buscámos, pero no hubo suerte. Tras un rato decidimos ir a ver si encontrábamos uno bastante bonito que habían visto hacía un par de días. Llegamos al sitio, pero del macho no había rastro, estaban la hembra y el cabrito que lo acompañaban cuando lo vieron la última vez, pero no el macho. Después de estar un rato viendo a la cabra y al cabrito decidimos irnosa mirar otro sitio, y entonces vimos al macho. Estaba pastando metido en el monte bajo, medio tapado por unas matas de boj, y se movía muy despacio hacia la hembra. Sin perder tiempo decidimos tratar de tirarlo. Era un macho de unos 10 u 11 años, que tendría unos cuernos de cerca de 70 cm, bastante bonito. Empezamos a acercarnos a él, metiéndonos entre la hembra y él, puesto que si no nos vería acercarnos porque la entrada por el otro lado era pastizal y roca pelada. Al subir por fin a la ladera por donde se iba moviendo, detrás de unos pinos oímos como se espantaba y echaba a correr. Nos arrancó de apenas 25 metros de distancia, y no le puede tirar porque el guía quería valorarlo antes de más cerca que antes para asegurarse de que era un animal viejo y no llegaría a trofeo.
Un poco desanimado, el guía quiso acercarse a un barranco cercano, puesto que la semana anterior había tirado allí con otro cazador a un macho trofeo, y quería comprobar si estaba por allí todavía. Al acercarnos, vimos al macho trofeo, sesteando al sol, cerca de un rebaño de cabras y cabritos. Estuvimos un poco mirándolo con los prismáticos, y la verdad es que me pareció un bicho magnífico. Al poco, vimos dos machos algo más pequeños que estaban a unos 200 metros del otro grupo. El guía me dijo que le parecía que uno de ellos cojeaba algo de una pata de atrás, y al mirarlo en una mejor posición comprobamos que en una de esas patas tenía un bulto extraño. Decidimos tratar de tirarlo, así que fuimos bajando dando un rodeo hasta el fondo del barranco que nos separaba de ellos, mientras los machos iban trasponiendo. Caundo llegamos a la referencia que habíamos tomado, nos extrañamos de no ver a los machos, y justo en ese momento salieron corriendo aproximadamente de unos 40 metros de nosotros. La ladera por la que huían estaba abancalada, por lo que en un par de botes desaparecieron de nuestra vista, pero el guía me dijo que corriéramos hacia abajo, que allí había un bancal ancho donde les podría tirar, y así lo hicimos. Bajamos corriendo dos bancales llenos de aliagas y los vimos corriendo por el bancal ancho. El guía me dijo que le tirara al segundo, que era el cojo, y mientras tanto yo me había tumbado en el suelo y me apollaba en la mochila. Cuando estaba tratando de meter al bicho en la cruz, el guía me dijo que me esperara, que seguro que se paraban al llegar al borde del bancal, antes de bajar al siguiente, y efectivamente eso hicieron. El primero se paró justo en el borde, y el segundo un poco más atrás, momento en el que le puse la cruz en el codillo y disparé. Cayó dando volteretas, y el gúia me dijo que le repitiera, por si sólo le había roto una pata, y le disparé de nuevo, mientras el animal daba volteretas y caía al bancal de abajo.
Tras unos momentos para tranquilizarnos y recuperar el aliento, recargué el rifle y nos acercamos. El animal estaba en el bancal de abajo, completamente muerto. La primera bala le había entrado por el costillar derecho y le había salido por el pecho. Con la segunda pensábamos que no le había tocado, hasta que vimos un pequeño roce en uno de los cuernos. Después de felicitarnos mutuamente, llamamos a su padre, que se había con el coche para ver toda la película desde el otro lado del barranco, y entre los tres sacamos el macho hasta el coche, para después amlorzar y echar un trago de vino. Luego ya tocó limpiar y trocear la carne para llevármelo a casa.
Este es el macho:
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En esta otra se ve la pezuña deformada:
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Tenía una antígua fractura, ya cicatrizada, y la pezuña le había crecido deforme por no apoyar bien esa pata.
Al final era un animal de 8 años, con los cuernos de 59 y 58,5 cm, dió unos 178 puntos de puntuación, pero aunque el bicho no era muy grande, la experiencia me encantó, y vimos un montón de animales los dos días que salimos al campo.

Enhorabuena por el rececho y por el relato.

Enhorabuena,bonito macho y muy buen relato. Felicidades!!
Un saludo.

Mi enhorabuena.

Precioso relato; Enhorabuena por tan bonita cacería y por el trofeo conseguido.

enhorabuena amigo

Enhorabuena

Enhorabuena, muy bonito el macho.

Enhorabuena por ese precioso macho.

Un saludo

Enhorabuena , bien bonito

Enhorabuena, y gracias por la crónica, un lance bastante agitado, ¡jejeje! Menuda pezuña... El trofeo muy bonito.

Muy bien, paisano. Enhorabuena!

congratulations

Enhorabuena!!!!!!

Bonita trofeo, gran cronica y buena forma de quitar el gusanillo!!

Bonito relato y enhorabuena por el macho, es muy majo.
Un saludo

Enhorabuena.

buen trofeo. enhorabuena¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Muy bonito el macho y gran relato.

Enhorabuena!

enhorabuena

Gracias por el relato y enhorabuena por la experiencia y el resultado!!!