MÁS LOBOS

El monte Llosorio, en el concejo de Mieres, volvió a ser el escenario de un nuevo ataque de lobos contra las reses que pastan en el alto. Manuel Remis, ganadero de la zona, denunció ayer la muerte de dos de sus animales, una cabra y un cabrito, a manos de los cánidos. En su caso concreto, en lo que va de año, ya han sido 16 las reses muertas por los ataques de lobos.


El ganadero encontró el domingo los restos devorados de ambos animales, que habían desaparecido días antes. Según explicó, entre el año pasado, en el que los cánidos le mataron más de 60 animales, y este ejercicio, las pérdidas para su ganadería ascienden a unos 7.000 euros. Una cantidad por la que debería de ser indemnizado y que todavía no ha recibido. «Es muy complicado que la administración reconozca que las reses nos las matan los lobos, porque además hay veces que tardas días en encontrar los restos y los guardas alegan que no pueden certificar que al animal lo mató un cánido», explica Remis.


La Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu en el Caudal (Agall) reclamó a los responsables de la Consejería de Agroganadería «que tomen medidas de forma urgente». Según explicaron los directivos de este colectivo, ya ha habido varios avistamientos de cánidos en la zona: «Los ganaderos saben que no son pocos los lobos que hay por el monte, y desde aquí podemos decir que la guardería también lo sabe, porque desde principio de año ya abatió a tres.

De hecho, la actividad de los lobos en el monte Llosorio durante este último mes se ha dejado notar, ya que solamente en mayo los ganadores han contabilizado la muerte de al menos catorce potros.