El lobo avanza hacia la costa
Los ganaderos reclaman batidas en Ardisana (Llanes), Ibéu (Onís) y Cuerres (Cangas de Onís), donde afirman que los cánidos causan decenas de bajas entre sus reses - Los ecologistas aseguran que la declaración de «zonas libres de lobos» es presuntamente ilegal y que el Gobierno del Principado «se la ha sacado de la manga»
Llanes, Ramón DÍAZEl lobo ha vuelto a actuar en Llanes. Los ataques se suceden, según los ganaderos, casi a diario, en las zonas de Ardisana y Elcéu. Los afectados resaltan que el concejo llanisco fue declarado hace años «zona libre de lobos» por el Gobierno del Principado, por lo que reclaman la celebración de batidas para erradicar a la especie de esos parajes. Los grupos ecologistas, por su lado, sostienen que la declaración de cualquier área de Asturias como «zona libre de lobos» o «zona de exclusión» es una presunta ilegalidad, dado que ni aparecen en al Plan de Gestión de esta especie, ni existe en la normativa vigente. El conflicto, aparentemente irresoluble, acabará presumiblemente en los tribunales, adonde los conservacionistas han anunciado que llevarán a todos los responsables de la Administración que posibiliten las matanzas de lobos.
El regreso del lobo a Llanes fue desvelado ayer por el presidente de la Junta Ganadera del concejo, Juan Antonio Ruenes, quien demandó una nueva batida en esa zona (ya se organizaron anteriormente varias más, aunque sin resultados). «Los lobos bajan casi todos los días a Ardisana y matan una media de cuatro o cinco animales, sobre todo cabras y ovejas, pero ya ha caído a algún xatu», añadió.
El presidente de la Junta Ganadera de Llanes subrayó que ese concejo es «zona libre de lobos». Ruenes manifestó serias dudas en cuanto a la posibilidad de clasificar al lobo como especie cinegética para afrontar la situación. «Nadie querría hacerse cargo, porque quien gestionara el coto tendría que hacerse cargo de los daños», indicó. Pero, además, clasificar al lobo como especie cinegética dificultaría aún más su erradicación, dado que «fuera de la temporada de caza no se podría actuar». Así que se manifestó partidario de mantener el actual estatus del lobo (en Asturias no es ni especie protegida, ni cinegética), porque posibilita la celebración de controles poblacionales.
Ruenes sí criticó abiertamente el sistema elegido por el Gobierno regional para las batidas, pues sólo se permite que actúen los miembros de la guardería. «Hay muy pocos guardas. Además, acuden con chalecos reflectantes que son vistos por los lobos a treinta kilómetros de distancia», se quejó. «Algunas veces parece que (los responsables de la Consejería de Ganadería) se ríen de nosotros», indicó Ruenes, quien dejó entrever que algunos guardas «no parecen muy dispuestos a abatir lobos».
Ruenes subrayó que en la zona llanisca del Cuera no se han registrado daños desde hace algo más de un año. Y entonces hubo serias dudas de que el autor fuera un lobo o un perro asilvestrado. El caso es que, al margen de ese episodio, no se han registrado daños desde que, por orden del Gobierno del Principado, se erradicó esta especie del Cuera. El último lobo fue abatido en el Cuera en enero de 2008.
Sí se han registrado daños en la zona cabraliega del Cuera. Según desveló el alcalde, José Antonio Pérez Prieto, el pasado verano se registraron decenas de bajas. La Consejería organizó varias batidas. El regidor aseguró que desconocía se había sido abatido algún ejemplar. Desde septiembre no se han registrado ataques al ganado, ya que todos los animales abandonaron ya entonces los pastos de verano.
El regreso del lobo al Cuera fue una de las razones que llevaron a la dirección del parque nacional de los Picos de Europa a organizar controles de población para abatir hasta seis lobos en el espacio protegido. En una resolución firmada el pasado 8 de octubre por el director del parque, Rodrigo Suárez Robledano, a la que ha tenido acceso este periódico, este justifica la eliminación de lobos con la «constatación comprobada de (su) expansión hacia la sierra del Cuera». En aquel escrito, con el que Suárez Robledano rechazó un recurso ecologista contra los controles de lobos en los Picos, se destaca la «capacidad genésica de la especie», pues el año pasado criaron los seis grupos familiares existentes en el parque nacional y la presencia de camadas con entre cuatro y nueve lobeznos.
Los lobos también han atacado en el concejo de Onís y, en menor medida, en los de Cangas de Onís y Peñamellera Alta. El alcalde de Onís, José Manuel Abeledo, aseguró que en la zona de Ibéu se han visto dos lobos, probablemente los mismos que actúan en Ardisana. Asimismo ha habido bajas en la zona oniega del río Casaño, y en Cuerres, en Cangas de Onís, donde se ha visto a un ejemplar de lobo, que previsiblemente baja desde el Parque, añadió Abeledo. El alcalde de Onís indicó que el «problema» es la sobrepoblación de lobos en el parque nacional, que genera la expansión de la especie hacia el Norte.
Los grupos ecologistas tienen una visión radicalmente diferente de la situación del lobo en los Picos y su entorno. Denuncian una auténtica «persecución», supuestamente ilegal. «Que no pueda haber lobos en el Cuera es una presunta ilegalidad. No menciona el decreto del Plan de Gestión del Lobo absolutamente nada sobre zonas libres de lobos o zonas de exclusión, conceptos que se han sacado de la manga. Todo lo contrario, a ninguna especie, incluidas las cinegéticas, se la puede eliminar localmente», señaló Laura López Varona, representante de la Asociación para la Defensa Jurídica del Medio Ambiente, Ulex, que hace unos días entregaba junto a dos miembros del Observatorio Justicia y Defensa Animal 53.300 firmas en favor del lobo y contra los controles en los Picos. «El concepto "zona libre"», según los animalistas, «se lo han sacado de la manga. El único legal es el de "área de distribución natural de las especies", que es «la que ocupan de forma natural sin intervención del hombre (sin reintroducciones) y siempre debe ser respetada», añadió la portavoz de Ulex.
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AUTOR Ramón DÍAZ