Tu mal día de caza....

Abro este hilo, para que si quereis, escribais ese mal día de caza que casi todos hemos tenido. Tanto en la menor como en la mayor.

Abro el hilo con esta vieja historia, pero nunca por vieja olvidada. En realidad fue muy mal día... pero fue un gran día.



                                                     - EL TÍO ANDURRIALES -


Corría el 82-83 allá por Diciembre, cuando el viernes fuimos a una pizzería varias parejas de novios. Mi novia y yo andando, pues estaba a diez minutos de mi casa, y dejé el coche en la puerta. Nos pusimos morados, y al salir llovía, ofrecieron llevarnos en auto a casa, pero quisimos ir andando, y sin paraguas.

El sábado al mediodía ya estaba yo bastante tocado, la noche fue de órdago, la calentura no me dejó dormir, a pesar del tratamiento dado por mi madre. Se opuso a que me fuera de caza ese domingo, e hizo lo imposible por hacerme desistir.

- He quedado con Juan, y no le he avisado con la suficiente antelación, así que haré acto de presencia.

A las 6 AM llegó Juan, me miró a la cara y tuvo la prudencia de no decirme lo que era evidente hasta para un ciego. Y como era él el que sabía donde estaba la finca por haber ido ya un par de veces, y haber apalabrado los dos puestos, ronqueé un escueto :

- Conduce tú por favor...

Después de un par de horas, la parada del motor de mi Land Rover me despertó. Y lo que vi era lo anunciado, charcos por doquier y algún montero con botas de agua. Sin salir del coche, cojimos las nuestras del maletero y ya calzados pusimos pié en fango.

Buscamos algún conocido, pero a esa hora no había ninguno, un rato después aparecieron un par de ellos, los cuales me dieron muchos ánimos diciéndome que me quedara en el coche, pues con esa cara no estaba yo para mojaduras (como si yo no lo supiera), a lo cual les dí las gracias y les desee con la poca coña que me quedaba... ojalá y no veáis ni correr un perro.

- Paco, deberías quedarte por aquí y no subir al puesto, el tiempo...- no dejé terminar a Juan-.
- Según la UHF ( esa y la 1ª era lo que había entonces en TV) lleva lloviendo por aquí casi todo el mes sin parar, y hoy no será una excepción. Pero he venido hasta aquí, y no me voy a quedar sin oír las ladras y con suerte ver pasar algún guarro jaleado por los perros.

Hora de desayunar, las migas... ¡¡¡ tenían migas !!!, y yo ni ganas de mirarlas con el hambre que siempre tenía yo en aquellos años. Mejor comprarme un traje de pana que invitarme a comer. Y en esta estaba cuando :

- Uuuuuyyyyy, usted no está para esas migas, le sentarán mal, venga, venga conmigo que ya lo apaño yo.

Una chincheta gris, me había aferrado el brazo izquierdo, y me arrastraba a un lugar desconocido, y yo me dejé llevar porque la voz de la chincheta me daba absoluta confianza. Mientras era “transportado”, me dí cuenta que la chincheta mediría 1,60 m. con sombrero cordobés gris, y todo su atuendo acorde al sombrero. Pero ya estábamos en una cocina rústica, con una lumbre que pedía a gritos una buena sentada a su lado, y le dí lo que pedía en un banco muy cómodo que mi salvador ya me había colocado bajo salva sea la parte con absoluta precisión.

- A ver, que me trae usted Tio Andurriales ??.
- Este señor está malo, y las migas con chorizo, panceta y lo demás lo pondrán peor, así que dele usted un buen tazón de Colacao y una tostada con aceite del molino viejo, que serán mano de santo. Y otra ración igual para mi, si no le es molestia.

En pocos minutos, teníamos delante aquel desayuno “especial”, que nos había preparado la accionista del Colacao, pues perdí la cuenta de las cucharadas del polvo ese que puso dentro de la leche. Mas tarde me enteré que la “accionista” se llamaba Juana, la cual andaría por los 50, pero muy bien cumplidos y mejor llevados.

Mientras desayunaba, tuve ocasión de ver a mi bienhechor a la luz de la lumbre, el cual no se había quitado el sombrero, y vi un dulce rostro de una edad indefinida con una sonrisa bondadosa y unos ojos sinceros, y que por las arrugas podría tener 70 y tantos, pero que por sus andares y agilidad diría que poco mas de 20. Así era aquel menudo hombre de campo, pequeño, delgado pero con cuerpo, enjuto, con tendones de alambre pegados a sus finos músculos y estos pegados a sus huesos y con un moreno de campo que no dejaba dudas de cual era su medio.

Comía como el hombre humilde que era, sin prisa, pero sin quedarse atrás, como si estuviera siguiendo tu ritmo para estar listo justo antes que tu acabaras. Y así fue, aún me retuvo un poco mas junto a la lumbre, y le pidió a Juana que me preparara un termo con mas Colacao para que me lo llevara al puesto, yo me defendí diciendo que ya tenía un termo en el coche con café con leche (era cierto) pero Juana no me escuchó, a pesar de mis intentos de hacerla desistir. ¿¿ Pero quien hace desistir de tal cosa a una accionista del Colacao ??.

- Bueno, ya habrán acabado el sorteo de puestos, usted se queda aquí mientras yo voy a enterarme de cual le ha tocado, y de camino le digo a su amigo donde está.
- ¿¿ Sabe que vengo con un amigo ??
- Les vi ponerse las botas de agua dentro del coche.
Tonta mi pregunta, a este hombrecillo no se le escapa nada que ocurriera en sus dominios. Y se marchó.

-¿¿ Oiga Juana, como se llama de verdad el Tio...... ???
- ¿¿ Andurriales ??.
- Si.
- Pues... Tío Andurriales.
- Pero tendrá otro nombre, como Pepe, Manolo...
- No lo sé, y que yo sepa nadie lo sabe, lleva por aquí unos cuatro años y vive en una pequeña caseta que hay en una finca a unos 10 Km, de aquí y cuando llega la temporada de monterías va apareciendo en unas u otras según le da. Todo el mundo lo conoce, y le dejan hacer pues es muy útil para todo, el sabe donde hace mas falta y siempre está allí. En los pocos años que lleva por aquí, se ha ganado a todos, no hay sitio que le niegue la entrada.
Una cosa, no intente darle propina... no le gusta.

Yo creo que lo de Tío Andurriales se lo puso él, pues siempre anda por ahí y casi siempre por el campo, no va por carreteras y caminos por donde va la gente. Siempre va solo por los andurriales mas solitarios, y cuando ve algo raro avisa al dueño de la finca o a los guardas ayudándoles en sus trabajos. Ha evitado mas de un incendio, y también desanima a los furtivos con sus apariciones en sitios querenciosos. Sabe mas de donde está la caza que los mismos guardas, a veces pone trampas para comer algún conejo, tiene en su casetilla un huertecillo muy bien surtido con algunas gallinas, ovejas y cabras y no le falta comida ni ropa pues se la damos los guardeses de las fincas en compensación por su ayuda.

- ¿¿ No le pagan nada en la finca donde vive??
- A veces le dan algo, pues ellos pagan la poca luz que consume en la casetilla y el agua que usa es del pozo. Los pocos que han estado en su casetilla dicen que da gusto verla de lo bien que la tiene y lo ordenado que está lo poco que tiene, es un manitas. Por aquí han dicho que tiene acento de Jaén, pero que tiene cosas en el habla de media Andalucía, y que no quiere cuentas con la justicia, pues dicen que tuvo problemas en la guerra, estaba en el bando republicano y algo le pasó con alguien, y desde entonces se cambia de vez en cuando de sitio, dicen que mató a alguien pero ya sabe usted, se cuentan tantas cosas en las tabernas.

Escuchamos la puerta abrirse y ambos nos callamos.

- Ya está to solucionao Don Francisco, su amigo Juan ha cambiado los puestos para que estén los dos seguidos, coja usted el número 7 pues el 6 solo tiene un charcal grande y cazará poco, en cambio el otro está algo mas alto y tiene buen paso de reses cuando el campo está así de enfangao. Cuando está seco, es mejor el 6 porque tiene mas tramo de tiro.
Venga le acompaño a donde está su amigo -como si me fuera a perder- , hasta luego Juana y muchas gracias por to.

Cogió el termo que olvidé intencionadamente sobre la mesa, y me llevó con Juan.

- Que pasa Paco, te has agenciao un buen guía para ponerte morao, y además tienes hasta suerte jodio, pues te ha correspondido el 7 que es de lo mejor para como está el día.
- Gracias Juan, pero ya me han informado y me quedo el 6, el 7 pa ti que hoy lo aprovecharás mejor que yo. Por cierto, el guía me “agenció” a mi.

El bueno de Juan no me contradijo, pues sabía que hasta hablar me costaba trabajo, no por otra cosa.

Fuimos al coche y preparamos los arreos, por mi parte poca cosa, la mochila con el chubasquero, los dos termos pues Andurriales metió el de Juana en mi mochila, un mini botiquín ampliado con 4 analgésicos, rollo de papel de WC, visor del rifle en su funda, una petaca con coñac que seguro tendría hoy bastante trabajo y cuatro cosas mas. En el cinto la canana con poco mas de la mitad de las balas de las 20 posibles las cuales sabía me sobrarían todas, pues no tiraría a no ser que viera una oportunidad muy clara, y eso dado mi estado y el puesto, no se iba a dar. El cuchillo, el cual también me sobraba pues como no iba a herir reses tampoco las iba a rematar, pero como tenía que montar un lío para sacar la funda del cuchillo del cinto y no tenía ganas... me lo llevé. El banquillo, hoy imprescindible.
Y el express del 9,3, el cual llevaba conmigo poco tiempo, pero sabía donde daban las balas... en su sitio, pues el 338 lo dejé en casa, no estaba el cuerpo para cargar con dos rifles, dos visores, dos fundas... etc.

Nos subimos los tres al coche, y monte arriba y abajo dirigiendo la marcha nuestro particular guía hasta cerca del 6 en el cual dio el alto. Nos bajamos los dos del coche y este cogió antes de que yo pudiera todos mis arreos y no me dejó ni tocarlos.

- Juan siga usted hasta arriba del cerro, deje por allí el coche, y a mano izquierda baje por el sendero hasta que encuentre la tablilla del 7, no hay perdida.

Me llevó al puesto el viejo acoplándose a mi paso, en total unos cien metros con algo de cuesta abajo. Me preparó aquello como si de un pic-nic se tratara, y me indicó que si entraba algo sería por detrás de la charca, lo cual me dejaba unos 10 mts de tiradero hasta la charca y a unos 100 mts, pues a ambos lados de la charca era monte cerrado y los bichos sabían que si salían por ahí la charca los pararía al cruzarla y los perros apretarían allí. Así que un puesto que en seco era muy bueno pues tenía un tiradero de mas de cien metros de largo por 50-60 de ancho, con agua era inútil.

Mejor, mas tranquilo, me amodorraría sentado en el banquillo con la espalda echada en el pino gordo y bajo que tenía tras de mi.

- Bueno D. Francisco, aquí le dejo, usted tranquilo que de vez en cuando vendré a darle una vuelta, y no deje de darle buches al Colacao.- todo esto mientras me tocaba la frente para ver la fiebre-.

- Usted  sabe que andará por los 40º ¿verdad?.- no le respondí-. Si hace falta voy por su coche y le llevo a la cocina con Juana, junto a la lumbre.

- Estoy aquí mas seguro, a salvo de sus Colacaos gigantes.- y esbocé una mueca parecida a una sonrisa.- Su sonrisa si fue abierta y sincera, estirando su arrugada cara.

Se marchó, y a los pocos minutos soltaron el primer tiro bastante lejos de allí. Pocos tiros sonaban para lo que se esperaba de la montería, pero con agua poco mas se podía esperar.

No tardó ni media hora, que aparece mi ángel de la guarda con una butaca plegable muy cómoda, y ante mi cara de asombro, me dice:

- Me llevo su banquito para otro montero, el cual me ha cedido esta butaca de camuflaje muy cómoda. Le he dicho que tenía un amigo que estaba malo en el 6, y me la ha cedio. Ahora podrá dormir a gusto tumbao patrás y todo.

- Pero hombre, para que se ha molestado, he venido todo el camino durmiendo y... .
- Nada, nada, por si quiere echar una cabezá.

Me acopló en la tumbona en posición de tumbado, pues así la puso él, y se perdió con mi banquillo en la mano.

Cada media hora venía o se asomaba al cerro a verme y se iba. Entre una de esas, el Colacao gigante y el café hicieron su efecto, y me fui de vareta detrás de un chaparro que había unos metros mas atrás... ¡¡¡ que alivio !!!. Y parece que aquello me puso un poco mejor, pues me puse de pié y empecé a interesarme por la cacería.

En ese momento escuché una ladra cercana, y sonó un tiro en el 7, el puesto de Juan... y otro mas. Y la ladra que se acercaba. De pronto dejé de escuchar la ladra, y oí a un guarro de trifulca con los perros, se acercaban a mi puesto, cogí el 9,3 que estaba sin visor, y me puse en guardia baja, con la culata en la cintura y el punto de mira algo alto, la guasa me venía por la derecha, y a los pocos minutos, aparece el guarro agarrado por la nariz por un perro mediano-grande de difícil linaje por sus mezcla y al cuello llevaba agarrao un amastinao.

Apareció por el final de la charca de frente hacia ella y hacia mi y con los dos perros agarrados, apunté, pero a unos 100 mts y con los perros, ni se me ocurre tirar, bajé el rifle. El bicho arrastró con cierta dificultad a los perros a la charca, y pude ver su cojera de la pata trasera izquierda. Se metió con los perros hasta mitad de la charca, y yo salí corriendo arma en mano, el guarro en la charca no paraba de soltar sangre que se diluia en el agua fangosa.
Intentaba darle jetazos, pero el mastín ya lo tenía agarrado por la carrillá, y no podía pues andaba carente de fuerzas.

Estaban de culo frente a mi en el centro de la charca, y yo casi llegaba ya al borde de la misma. En ese momento, el guarraco metió la cabeza bajo el agua y con ello sumergió a los perros casi enteros. ¡¡¡ El muy cab.ón intentaba ahogar a los perros !!!. Descarté el remate a cuchillo dentro de la charca, pues por el frío que hacía, seguro rondaba los 0 grados y como estaba yo de jodio, ropa mojada, lejos de la chimenea, nada de desnudarme allí... o acabaría con pulmonía o algo peor.

Estaban a unos 30 mts de mi, clavé la rodilla derecha en el fango, apoyé el codo en la izquierda y apunté a la columna del guarro desde atrás. Esta era la única manera que me garantizaba no darle un tiro a los perros, pues la trayectoria de la bala iría al menos 50 cms mas alta de lo que estaban los perros en ese momento. El tiro así sería horizontal, por eso no lo hice de pié. El cañón inferior hizo gala de la precisión que yo tan bien conocía, y al guarro le desaparecieron las patas debajo del cuerpo, sumergiéndose por entero dentro del charco.

Pero los perros no salían, estos se ahogan ¿¿ donde c.ño estará el perrero ??- pensé. Y cuando ya  estaba a punto de entrar en el agua a por ellos....aaahhhhhhhhh.

Apareció rompiendo agua como si fuera monte, aquella chincheta gris que yo no sabía de donde había salido. Llegó hasta el lance, y sacó a los perros. Uno de ellos había quedado pillado por la cabeza del jabalí y el otro no lo soltaba según me dijo luego.

Los perros vomitaron todo lo que tenían dentro y con paso cansino se alejaron de nosotros buscando mas pitanza... raza.

Aparece el perrero y entre los dos sacan al bicho del agua.

- Está usted loco D. Francisco y perdone que se lo diga, iba a entrar a por los perros en la charca que le he visto yo la intención.- me suelta el viejo -.

- De eso nada, que no iba a entrar.

- ¡¡¡ Pero lo estaba pensando !!!. A mi no trate de engatusarme que yo sé bien lo que veo... un tris ha faltao... y porque yo he venío. Ande, tire pa la tumbona que ya ha hecho hoy bastante... además de cagar.

¡¡¡¡ Maldita sea mi estampa, hasta eso había visto el jodio viejo !!!!.

Antes me acerqué a ver al jeta, y tenía un tiro en el jamón izquierdo con salida alta sin tocar hueso, el tiro de Juan y otro que le entraba por encima del rabo y que salía cerca del morrillo pero desviado hacía un lateral reventándole unas cuantas vertebrebras, ese era mi tiro. Se ve que el bicho movió la cabeza antes de tirar y por eso salió algo desviado. Si hubiera sido en otro puesto el final del lance quien sabe la discusión, pues de inmediato se puso a llover fuerte borrando rastros y huellas.
Mientras, el viejo marcaba el bicho con una navajilla detrás de la oreja.

- Cuando llegué a la junta todos sabrán quien lo ha marcado.

Fui a decirle al Tío Andurriales que avisara a Juan de que el guarro estaba allí... .

- Su amigo ya sabe que el guarro está muerto en su puesto.
- Claro, habrá escuchado mi tiro.
- No, yo salí de allí corriendo cuando escuché el agarre, mientras le decía a Juan que se lo remataba en el puesto de usted.
- ¿ Con que lo iba a rematar usted, si no trae cuchillo ?.

Metió la mano en su bota campera, y sacó una navaja que hubiera sido la envidia de José María El Tempranillo por las dimensiones, y la volvió a poner en su “funda” diciendo :

- No se puede andar "desnudo" por estos andurriales Don Francisco.

Y desapareció entre el monte, no sin antes volverme a recetar la tumbona... “que pa algo había cargado con ella”, me recalcó. Me tumbé y di otra cabezada.

Terminó la montería y allí estaba otra vez, me recogió los bártulos, me los subió al camino y se fue en busca de Juan al cual encontró subiéndose al coche. Se bajó y cargó mis cosas. Me acurruqué en mi asiento y me adormilé entre los zarandeos del Land. El viejo aprovechó para tocarme la frente, y decirme que estaba peor.

- Tié cohone la cosa, tienes que venir tu medio muerto pa rematarme la única res que tiro. Y encima te tengo que da las gracias c.ño.

- Y además mal enganchá y del segundo tiro Juanito, tira ya el 7 ese (7X57) y cómprate un calibre pa montea de verdad.

- Con este se puede matar un elefante... ¿¿ y no se puede matar un guarro ??.

Tengo que aclarar, que unos años antes fui yo el culpable de esta sempiterna respuesta suya, pues le dije a Juan que con ese calibre y con bala sólida, se habían matado muchos elefantes en África (Karamojo Bell) a principios de siglo, pero también le había dicho, que solo tirándole de lado y al cerebro, si no, era inútil. Pues no tenía nada que ver que fuera capaz de penetrar hasta el cerebro, con que fuera capaz de abatir por poderes cualquier otro animal. Que afinando el tiro podía llegar a cualquier sitio con bala sólida, pero en montería no se daban esas circunstancias, y por tanto era mejor usar mas calibre.
Pero nada, Juan se agarraba siempre a lo que le interesaba, y era imposible entablar de nuevo esa conversación con visos de que por fin entendiera mis explicaciones. El lo tenía muy claro. Años después lo cambió por un 30.06, que tampoco me gustaba, raro que es uno.

Llegamos a la junta y ya no me bajé del coche, pues me encontraba muy mal y me metí al coleto otras dos aspirinas con café con leche de mi termo y el último pelotazo de coñac. Ya tenía claro lo que le iba a regalar al tío Andurriales antes de irme.

Llegó Juan al coche y al abrir la puerta me desperté.
- Espera, que tengo que darle algo a alguien.- le dije-.
- Pues hace rato que no veo por ninguna parte al viejo. Lo he buscado para darle una buena propina y ha desaparecido.
- Yo se donde está, ahora vengo.

Y encaminé mis pasos hacia la cocina de la Sra. Juana. La cual en cuanto me vio aparecer, me dijo que se había ido hacia buen rato, que había ido al coche un par de veces para ver que yo estaba dormido y tranquilo.

Le dije que cuando lo viera, le entregara una medalla de plata de la Vg. de la Cabeza que yo llevaba desde siempre colgada en el retrovisor.

- No la aceptará, se lo digo porque esa medalla se quedará en un cajón para siempre.

- Bueno, si él no la quiere, se la queda usted, si le parece bien.

- No, será para él, y si no la quiere, la próxima vez que usted venga por aquí se la vuelve a llevar.

- Muy bien, eso me deja libre para regalarle a usted otra cosa, ya se la mandaré. ¿¿ Puede usted decirme en que finca vive el Tío Andurriales ??.

- ¿¿ Que quiere usted... que la tengamos ??, no quiero yo líos con el Andurriales, que cuando se enfada no le habla a quien cree culpable. El sabrá quien se lo ha dicho, y por mas que le diga, seré yo la apagache.

No tenía mas ganas de hablar. Le di un beso a Juana, me deseo mejoría y me fuí.

Cuando llegué a mi casa, estuve varios días en cama hasta que me recuperé, y después me fui en busca de un buen amigo mio pintor, al cual le expliqué exactamente lo que quería. Le hice hasta un bosquejo de lo que quería. Unos meses después me lo entregó.

Al año siguiente le dije a Juan que reservara dos puestos en la misma finca, pero ese año no se daba allí ninguna montería, así que le envié por transporte a Juana su regalo. Un cuadro del tamaño adecuado a la chimenea que me dio su calor, en el cual aparecía ella en primer plano junto a la tosca mesa echando Colacao en el tazón de leche, y al fondo esa chimenea con el Tío Andurriales y un servidor sentados a la lumbre.

El pintor como todo artista, se tomó la licencia de pintarme medio liado en una manta rociera para dejar patente que estaba enfermo, dicha manta le ahorraba pintar mi cara, solo se veía mis ojos y mi pelo (que tampoco era así, pues yo llevaba gorra). Al Tío Andurriales lo pintó de perfil con su sombrero cordobés dándole sombra a la mitad superior del rostro, mirándome mientras se acercaba el tazón de Colacao a la boca. Realmente quedó muy de mi gusto, pues había captado la escena a la perfección.

Ahora, lo que me costó que mi amigo pintara un bote de Colacao en vez de un tarro de porcelana de la Cartuja o un bote rústico ...” un horrendo bote de Colacao en mi cuadro, ni hablar”. Me costó dos meses y mas de un tapeo explicarle los hechos una y otra vez, y es que convencer a un artista, amigo, homosexual y muy cabezón fue mas difícil que echar fuera el día aquel.

Pensé, que si el viejo iba por allí, le gustaría verse de vez en cuando en el cuadro y se acordaría siempre de aquel día.

Al otro año si fuimos a cazar a una finca vecina, y cuando terminamos fuimos a ver a Juana, la cual se alegró de vernos y cuando le pregunté por el Tío Andurriales, me dijo que cuando llegó el cuadro le gustó mucho, y le pidió permiso a Juana para llevárselo y ella en vista de que no quiso la medalla (me la devolvió el día que fui a verla), le dejó llevarse el cuadro a su casetilla.
Poco después de aquello desapareció de aquellos lares tal y como apareció, en silencio... y con el cuadro.

Fue un mal día para mi, pues lo pasé fatal por mi estado. Pero a veces, el Jefe pone en tu camino a alguien que se compromete contigo en todo momento. Ese día fui salvado por un errante y desconocido ángel de la guarda. Y eso hace que ese día sea siempre único y memorable para mi.

Donde quiera que estés, gracias por siempre Tío Andurriales.

Chapeau! Enjarao, me ha encantado el relato: 

Vaya relato, si señor, buena lírica y mucho fondo.  

Muy buen relato D. Paco. Gracias  

acojonante

Chapeau Don Paco.
Entrañable relato.
Muchas gracias .

Magnífico.

  

Enjarao me ha encantado tu relato! Me he sentido espectador de ese dia de montería! Da gusto que exista gente en el mundo como el Tio Andurriales, que sin esperar nada a cambio, si no por empatía y bondad, hacen que el peor de tus días se convierta en un acontecimiento vital que te marque de por vida. Doy gracias a Dios por que exista gente asi!

Me ha gustado mucho, Paco. Muchas gracias por el trabajo.

Gracias a todos, espero que os animeis y pongais los vuestros.

Se lo debía al Tío Andurriales. Todo a venido, porque el pasado domingo me encontré de nuevo con mi amigo el pintor al cual hacía cuatro o cinco años que no veía, y nos reimos de los detalles de aquellos días de copas y debates sobre lo que yo quería en el lienzo y lo que el quería. Por cierto, cobra hoy como para encargarle un cuadro al jodío.

Y otra cosa extraña, fué lo que me paso con mi amigo Juan cerca de su pueblo a 7 Km. de la capital tres años antes yendo a conejos. Siempre que salíamos por aquellos campos, el no llevaba agua, y bebía en un viejo arroyo de aguas muy limpias. Yo jamás lo hice, siempre llevaba mi propia agua.
En ese arroyo ha bebido desde siempre su padre y su abuelo yendo de caza, y después él. Bien pues se puso enfermo, y el médico del pueblo no sabía que era y lo mandó al hospital, y allí le descubrieron que tenía TIFUS, el cual le trataron y quedó bien.
Le dijeron después de mucho preguntarle que era del agua del arroyo seguro, que el bicho estaría unos metros mas arriba de la corriente, y que al beber él se contagió. Y no sabe de nadie mas que lo cogiera en el pueblo, pero ya nadie bebe del arroyo ese, a pesar de que hicieron pruebas del agua y no tenía nada malo, aunque por sanidad advirtieron no beber de nada que no fuera un grifo o un pozo previamente analizado.

Que cosas mas raras leches. Como para fiarte de nada.

Saludos... Enjarao.

Seguro que el tal "andurriales" tendría como nombre "Salvador".

Un magnifico relato,digno de una no menos magnifica persona como se deduce que es quien la a
escrito.

Muchas gracias por compartir con nosotros tan bonita historia.

Un saludo.

Enjarao, con la boca abierta y el vello de punta, qué sensibilidad y qué arte. Gracias.

Bonito y emotivo relato, ya que nadie se anima ahí va el mío, más breve y sin final feliz. Hace ya unos 15 años, tuve un perro un breton mestizado con setter que fue un gran perro. Aprendió el solo que  si cazando conejos una vez que lo tenía localizado giraba la mata y lo echaba hacia mi, era más fácil matarlo. Cazaba con él nuestras piezas habituales, yo siempre cazo todo desde la codorniz en agosto a la becada en noviembre con el mismo perro, conejos y liebres incluídas. Emepezo a hacer esta maniobra con todas las piezas perdices y becadas incluídas.
Pués bien un fatítico día de noviembre hizo la maniobra que acostumbraba con una becada en un pinar cerradísimo en el que yo no tenía visibilidad. Aquel día ví a una becada volar a unos 2m del suelo siguiendo un camino que había en aquel monte tan cerrado, volando directa hacia mí que también seguía el camino buscando al perro puesto. Llenarme el ojo de becada , aculatar y disparar fue todo uno, con tan mala suerte que el tiro engancho al perro al que no veía ni oía y suponía puesto más lejos.
El animal me busco, venía hecho una lástima, sangrando abundantemente, Es de resaltar que una vez herido vino a mí buscando consuelo. Lo cogí en brazos olvidando la becada que yacía muerta en mitad del camino. Lo llevé al veterinario de urgencia y me dijo que ningún plomo lo había herido de gravedad (era 10) excepto uno que se le incrustó en un ojo.
Se recuperó y tuerto como estaba aun cazó otra temporada entera. Lamentablemente a los dos años del suceso se quedo ciego del otro ojo. El veterinario me dijo que seguramente una infección provocada por la herida anterior o porque el perro se daba a veces con obstáculos al cazar del lado que no veía. Disgusto por partida doble. El perro ya andaría por los 8 años y lo tuve que sacrificar.
Ese fue mi peor día de caza y aprendí una cosa, no disparar nunca si no vemos al perro. Era más joven y estaba un poco flipado por las becadas que por cierto con este perro fue con el primero con el que empezaron a ser accesibles para mí de forma habitual.
Sirva esto de adevertencia a quien lo necesite y de homenaje a mi querido Sol al que algún día espero encontrar en otros pinares eternos.

Gracias por tan magnífico relato, Enjarao.

Espectacular Paco, espectacular.

Y no lo digo por quedar bien en el foro sino porque me ha encantado de verdad.

Un abrazo

Impresionante relato Enrejao!!!!!!


Da gusto leerle.

Un abrazo

Triste final para tan buen compañero pepdark, sin duda seguirá persiguiendo bichos en los eternos cazaderos... sigue entrenándose.

Saludos... Enjarao.

Antonio7RM escribió:

Espectacular Paco, espectacular.

Y no lo digo por quedar bien en el foro sino porque me ha encantado de verdad.

Un abrazo

Jamás te he visto hacer eso en el foro. Lo que dices lo dices a veces con la cabeza, a veces con el alma. Y esta vez está claro con que lo has dicho.

Muchas gracias Antonio... un abrazo.

Fue un buen perro y además lo tuve cuando no sabía de perros.Tu relato amigo Enjarao impresionante. Siempre he dicho que el ser humano es capaz de las más grandes bondades así como de perversas maldades. En el devenir de nuestra existencia nos topamos de bruces con seres
nobles y altruistas, pocas veces pero puede pasar. Ahora que vivimos en una sociedad consumista,donde todo el mundo sólo parece mirar por su interés, es reconfortante pensar que aún quedan "Tíos Andurriales" por el mundo. Ayuda a no perder la fe . Gracias por compartir tan bonito relato.

Buaahhhhhhh, gran relato D. Paco.

No había tenido tiempo de leerlo hasta ahora

Gracias.

De lo mejor que he leido en los foros:aplauso:    

Enjarao, bonita historia y muy bien relatada. Grácias.

DAVID H. escribió:

De lo mejor que he leido en los foros:aplauso:    

Ya somos dos. FELICIDADES.

muy muy buen relato
gracias, la verdad a sido de lo mejor leído en este aspecto
  

pelu escribió:

muy muy buen relato
gracias, la verdad a sido de lo mejor leído en este aspecto
  

Yo mientras más lo leo, más me rio....

Al Codillo escribió:

pelu escribió:

muy muy buen relato
gracias, la verdad a sido de lo mejor leído en este aspecto
  

Yo mientras más lo leo, más me rio....

Y más me enternezco, todo a la vez